Clara
Sanders era una adolescente de dieciséis años, pasaba sus días sumida en una
profunda tristeza, nunca deseaba hablar, en ocasiones se hamacaba por horas en
el jardín mirando hacia la nada, su mente parecía estar pérdida, una vez que
sus hermosos ojos verdes se posaban en el horizonte así podía quedarse por
largos minutos, incluso toda la tarde, era como si se fuera a otro mundo, se la
veía mover apenas los pies dejando huecos en la tierra, sentada agarrada de las
cadenas que sostenían la hamaca. Clara era diferente sin dudas, hacia unos
meses que se encontraba internada en el hospital para enfermos mentales de
Albees, las enfermeras se compadecían de ella y la trataban con mucho cuidado,
debido a que a veces se ponía agresiva.
Clara
Sanders padecía depresión, antes era una chica inteligente, divertida, buena
conversadora, se la podía ver con su hermana gemela o con sus amigas, jugando a
la rayuela saltando la soga, había tenido una social muy activa, antes había
sido como cualquier otra chica de su edad ¡feliz! Nadie se explicaba porque
estaba ahí, en un lugar tan horrible como lo es un hospicio psiquiátrico, mucho
menos por qué era una niña tan triste. Sus padres juraban que ella era
problemática y que hacía cosas muy raras desde la trágica perdida de su hermana
gemela, quien había muerto ahogada en el río cerca de su casa donde solían
jugar cuando eran niñas, lo que nadie entendía era porque Sara Sanders la
gemela de Clara había sido asesinada, su cadáver fue hallado en el río dos años
atrás, apareció flotando una tarde fría con una cuerda que rodeaba su cuello.
Desde
entonces que Clara no era la misma, le faltaba su mitad, después de la muerte
de Sara, pasaba todo el día caminando por la orilla del río, como si buscara
algo, los vecinos decían verla hablando sola, haciendo grandes gesticulaciones
como si discutiera con alguien imaginario y siempre regresaba a su casa pasadas
las seis de la tarde, la hora en la que fue encontrado el cadáver de su
hermana. Su madre intentaba hablar con ella, pero la chica no le respondía, una
vez que caía la noche se encerraba en su habitación, sus extraños comportamientos, sus pesadillas
y sus intentos de suicidio, habían llevado a sus padres al límite de tener que
dejarla en el hospital psiquiátrico, tenían miedo por su vida, Clara solía
lastimarse.
Llevaba unos meses en el manicomio, siempre en las noches despertaba sudada y
gritando que tenía frío, o decía que las voces la despertaban, o que no la
dejaban dormir, los médicos querían que mejorara de su depresión, pero ella no
colaboraba, sus padres no querían que la dieran de alta, porque decían que el
día 31 de octubre fecha en que fue asesinada su gemela, la chica siempre se
comportaba como si estuviera poseída por demonios, se lastimaba con cualquier
objeto, gritaba, maldecía y lloraba porque sí, habían intentado exorcizarla en
su fe católica, pero ella no mejoraba.
Llegó el día 31 de octubre de 1994 y Clara Sanders empezó a hacer cosas
raras, decía frases sin ningún sentido se acercaba a los médicos y les gritaba
-"tengo que atarla esta maldita... tiene frío...se siente sola... está en
un lugar oscuro"... Los médicos la llevaron a su habitación, y le
inyectaron calmantes, cuando por fin creían que se había dormido, salieron a
llamar a sus padres.
Cuando llegaron los padres de Clara, la
chica al parecer se había despertado, con la ayuda de su cama trabó las puertas
de su habitación para que no entrara nadie,
los padres y el personal del hospital lograron ingresar a su habitación,
notaron marcas en piso, eran de sangre y barro, parecían muchas pisadas, como
si alguien hubiera caminado muchas veces por el cuarto con los pies mojados en
lodo y ensangrentados, todo estaba revuelto, Clara no estaba, la ventana estaba
abierta, algo que era casi imposible de creer para los médicos, los
tranquilizantes que le habían inyectado era demasiados fuertes, el Sr. Sanders
abrió la puerta del baño movido por un fatídico presentimiento, y allí la
encontró, el cuerpo de su hija pendía de la ducha, con lágrimas de sangre en
los ojos, ahorcada y en la pared habían escrito con sangre las siguientes frase
" me asesinaste y morirás conmigo, ya no estaré nunca más sola".
Al tiempo se descubrió mediante el diario de Clara Sanders, el que estaba
escondido en su alcoba, que podía tener contacto con Sara su hermana gemela
asesinada, al parecer cada 31 de
octubre, ésta intentaba matarla, hasta que ese mismo día lo consiguió, Clara
era atormentada por el espíritu de su hermana gemela que la incitaba a
lastimarse, hasta que logró ingresar en su cuerpo para cobrar venganza, en el
diario íntimo Clara había dejado bien relatado como estranguló a su hermana la
tarde del 31 de Octubre y la lanzó al río en un arranque de ira.
Los desafortunados padres de las gemelas quedaron con una pena muy grande, eran
sus únicas hijas, y entre ellas se asesinaron por competir por el amor de sus
padres y cada noche antes de acostarse van a la habitación de las niñas a
darles las buenas noches, porque según ellos las gemelas a veces aparecen
amarradas del cuello compartiendo la misma cuerda, sin dejar de decir que
tienen frío y que están en un lugar oscuro, también se dice que se las puede
ver pasear de la mano, todos los 31 de octubre, a la misma hora, juntas caminan
a orillas del río, a las seis de la tarde la hora en la que ambas fueron
asesinadas.
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