El demonio que gobierna en el
mundo “Mammón avaricia”
Mammón equivale al dios griego Hades y al romano Dis Pater,
en su descripción, y es probable que hasta cierto punto se base en ellos,
especialmente porque Plutón/Hades era el guardián de las abundancias de la
tierra y por los lobos, que en la Edad Media se asocian
con la avaricia. Santo Tomás de Aquino describió metafóricamente el pecado de
la avaricia como "Mammón, que era ascendido
desde el infierno por un lobo, viniendo a inflamar el corazón humano con su
avaricia".
Asimismo, se alude a él en el Paraíso perdido de John Milton,
en donde se le ve como un ángel que, gozando de los privilegios de
estar en el cielo, lo único que contempla de sus bellezas es el oro con que
están hechas las calles de la ciudad divina. En la versión de Milton, se alía
con Satanás y Belcebú para luchar contra los ejércitos de
Dios. Según el texto, fue el encargado de sembrar en el hombre la codicia de
excavar la tierra para extraer de ella sus tesoros.
Durante
la Edad Media ,
Mammón fue personificado frecuentemente como el demonio de la avaricia, de la riqueza y de la injusticia. Así Pedro Lombardo (II,
dist. 6) dice,
“Riquezas es llamado por el nombre de un
diablo, a saber Mammón, para Mammón es el nombre de un diablo, por quien las
riquezas conocidas son llamadas según la lengua siria.
En la obra medieval inglesa Piers Plowman (Pedro el
Labrador) también se cita a Mammón como deidad.”Nicolás de Lira comenta
respecto al pasaje en Lucas: “Mammon est nomen daemonis”.
(Mammón es el nombre de un demonio.)
Mammón es uno de los
demonios más populares de los grimorios medievales, aunque luego haya sido
prácticamente olvidado por los libros prohibidos de períodos posteriores.
En el texto La Divina Comedia ,
su autor Dante Alighieri describe a Mammón durante su visita al
inframundo como un demonio lobo, debido a que en la Edad Media los lobos
eran asociados con la avaricia. Tal vez Santo Tomás de Aquino lo describió
mejor en su metáfora como uno de los pecados capitales: la codicia. “Mammón
sale del infierno ayudado por un lobo, para venir al mundo y corromper el
corazón del hombre con la codicia”, nos dice Aquino.
Mammón fue nombrado como uno de los tres príncipes del Infierno, únicos subordinados
del mismo Lucifer. Esta clasificación fue hecha por la monja visionaria
Santa Francesca de Roma (1384-1440), quien por su dedicación a Dios
podía ver la maldad en las personas y también tenía visiones sobre los peligros
que acechaban al hombre.
Hasta el momento no se ha
encontrado ningún rastro de cualquier dios de Siria con
tal nombre, y la identificación literaria común del nombre como un dios de la
avaricia proviene probablemente de la obra de Edmund Spenser (1552-1599) The
faerie Queene (La Reina de las Hadas), donde Mammón supervisa una cueva de la
abundancia. Textos últimos del ocultismo como
el Dictionnaire
infernal de Plancy describen a Mammón como embajador del infierno en Inglaterra. ParaThomas Carlyle en
su Evangelio
del Mammonismo, Mammón se
convirtió en simplemente una personificación metafórica del materialismo del siglo XIX. Asimismo, Rubén Darío utiliza
la expresión "culto de Mammón" como metáfora del culto al dinero. En
su poema A Roosevelt, dice
sobre EE.UU.:
"Juntáis al culto de Hércules el culto de Mammón", simbolizando con
ello que la fuerza militar de EE.UU. iría de la mano con un afán de riquezas o
con la entronización del dinero como un valor moral. También Gottfried Feder, representante del ala anticapitalista del nazismo y
uno de los principales teóricos económicos del partido, definía el mammonismo
en 1919 en su popular Manifiesto contra la usura y el quebrantamiento de la
servidumbre del interés del dinero como "epidemia devastadora"
y "veneno corrosivo" del capitalismo prestamista.
Mammón es
el demonio que sonríe ante los abusos del capitalismo salvaje, el incremento de
la brecha entre ricos y pobres y la servidumbre del alma humana a la sed
desmedida por adquirir dinero, ya sea para hundirse en las aguas del hedonismo
desmesurado o para rendir culto al vacío trabajando para fantasmas como el
estatus o el poder económico. Mencionado por Jesucristo en el Sermón de la Montaña , Mammón es un
demonio que no comparte su espacio con los deseos que Dios inspira en el hombre como dijo El Maestro, “no podéis servir a Dios y a Mammón”
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