miércoles, 17 de mayo de 2017

4 Aterradoras Leyendas Urbanas de fantasmas en Buenos Aires


El mimo 

En Buenos Aires, existen varias leyendas urbanas escalofriantes, en esta entrada les traigo la leyenda de “El Mimo”, pero este joven no es un mimo cualquiera, dicen que los que se encontraron cara a cara con él, experimentaron el miedo y el terror más fuerte de sus vidas.

Los mimos son artistas que mediante la mímica hacen una representación de una historia, sin hablar, mediante gestos, movimientos, expresiones, que le permite al espectador comprender la historia, es así como los mimos roban sonrisas y lágrimas a los espectadores.

En Buenos Aires, hay un mimo protagonista de una leyenda urbana, este mimo no despierta sonrisas, más bien todo lo contrario causa terror, esta leyenda ocurre en el barrio de Almagro, específicamente en la esquina de las calles Sarmiento y Salguero, el protagonista es joven mimo que todos los días iba a la misma esquina para hacer sus rutinas de mímicas, lo que hacía era, esperar a que el semáforo se pusiera en rojo, entonces se paraba frente a los conductores y hacía sus rutinas y después pasaba pidiendo con la mano por los autos, algunas monedas, luego antes de que el semáforo volviera a estar verde, subía a la vereda, todos los días este joven hacía lo mismo. El mimo tenía todo controlado, su tiempo bien calculado ya que tenía poco, los minutos que le daba el semáforo, tiempo en el que hacía su show, para quienes esperaban dentro de sus autos la luz verde, para avanzar.
Una noche, aunque tuviera todo calculado, algo salió mal, realmente muy mal, el joven mimo estaba haciendo su rutina el semáforo estaba rojo, y derepente vió un automóvil que venía  a máxima velocidad, el cual sin respetar el semáforo lo atropella,  el cuerpo del mimo salió despedido, volando y terminó a metros de distancia, su cuerpo quedó tendido sobre el asfalto totalmente destrozado, este joven queda con fracturas expuestas, su mandíbula se había desprendido, ensangrentado, la escena era dantesca, el conductor que lo atropello, lo ve en el suelo completamente destrozado y sigue camino.
Este fue el trágico final del mimo, pero a la vez fue el comienzo de su leyenda urbana, ya que muchas personas que llegaban su auto a esa esquina en la noche, mientras esperaban a que el semáforo rojo cambie, empezaron a vivir experiencias inexplicables que los dejarían marcados para siempre. 
Una noche fría, de madrugada, dos amigos, llamados Raul y Alejandro, llegaron con el auto a esa esquina a la que el mimo murió, ahí justamente el semáforo se quedó en rojo, se quedaron un rato esperando a que la señal cambiara, pero por alguna razón no cambiaba, en la esquina había niebla, lo cual es raro en la ciudad, mientras ellos esperaban Raúl el acompañante comenzó a sentirse incomodo, intuía que algo no estaba bien, en silencio continuaron esperando que el semáforo cambiara para poder avanzar, Raúl insistía que había que había algo extraño, comenzó a sentirse mal, con frío, miraba para todos lados, le dijo a Alejandro que estaba frente al volante que no respetara la señal que siguiera camino, pero Alejandro se negó, Raúl con la sensación de que algo andaba mal, le vuelve a decir que avance, pero Alejandro quiere esperar que cambie la luz, entonces de repente miró hacia un costado y saltó de miedo al ver una cara desfigurada con la mandíbula colgando observándolos desde la ventanilla del acompañante tenía los ojos blancos y estaba a solo unos centímetros de la ventana, pegado al vidrio, tenía una cara como de estar mirándolos fijamente a ambos, como si buscara a alguien dentro del auto, ellos notan que tiene el cuerpo destrozado, lo que más los perturbo a los dos era el hecho de que aquellos ojos blancos estaban como estudiándolos a ellos, esto causó que los chicos se espantaran y aceleraran rápidamente para huir de aquella lúgubre esquina. 
Al día siguiente ellos fueron a la misma esquina a averiguar, preguntaron a  los vecinos querían saber sobre este siniestro personaje, y al enterarse se quedaron sorprendidos al descubrir su leyenda urbana, pero a la vez un poco tranquilos, ya que no solo les había pasado a ellos, también a otras personas que pasaban por ahí en sus autos en la noche. Cuentan que aquel mimo tan querido por la gente del barrio que una noche día fue atropellado por un auto que iba a toda velocidad, se  aparece por las noches en la misma esquina para buscar en los autos que se frenan a quien lo atropelló, para poder así vengarse de su asesino. 
Esta leyenda es muy popular en el barrio de almagro, muchos dicen que lo han visto, que aún este mimo sigue apareciéndose en la noche en la esquina de Sarmiento y Salguero, mientras no de con la persona que lo atropello, el mimo te verá con aquellos ojos blancos y te interrogará con la mirada, y no podrá descansar hasta encontrar a su asesino y llevar a cabo su venganza



Plaza miserere


Cuenta la leyenda que durante las noches un extraño hombre de edad relativamente avanzada se sube al colectivo entre las distancias de Plaza de Miserere y Nueva Pompeya. Un hombre de cabello canoso, tez pálida y ojos negros. Con movimientos lentos pero seguros de anciano.
Lo que transforma este relato en leyenda es que pese a que incontables usuarios de la línea lo vieron subir y comúnmente siempre sentarse en la parte de atrás del transporte público nadie pero absolutamente nadie lo vio bajar.


Se dice que cuando uno busca a “aquel pasajero que le llamo la atención” nunca lo pudo encontrar.
Pese a que muchos pasajeros de la línea nunca lo vieron hay muchísimas personas que lo pueden describir prácticamente igual (Salvo por algún que otro detalle de su combinación de colores en la ropa que, comúnmente, es oscura) y este dato es el que le da veracidad al relato. Ahora… el echo de que un extraño pasajero comúnmente desaparezca en mitad de un gentío de gente es lo vuelca el relato en la categoría de leyenda urbana.
En mi experiencia personal. Durante seis meses he trabajado enfrente de la plaza de Miserere y todos los días me subía al colectivo. Confieso que en aquel entonces no conocía la leyenda. Pero es el día de hoy de por que aquel extraño pasajero que al subir volcaba sus oscuros y profundos ojos como la muerte en mi me sentía, de cierta forma, con un ligero escalofrío en la espalda.



 El ahorcado del Cementerio de Chacarita


El Cementerio de la Chacarita, en Buenos Aires, es famoso por su remota historia, y por la gran cantidad de apariciones espectrales, se lo considera el cementerio más grande de toda la Ciudad de Buenos Aires.
Cuenta la leyenda que los días jueves cuya noches es de luna llena puede encontrarse en sus alrededores una visión horrorosamente macabra, preciosamente en la calle Jorge Newbery a metros de la intersección con las vías del ferrocarril. Muchos testigos afirmaron que una figura cadavérica y en elevado estado de putrefacción es vislumbrado colgando de uno de los árboles que rozan los altos paredones del camposanto.
La misma habla sobre un amor que fue separado por la fiebre amarilla que azotó a la ciudad en 187, una pareja de jóvenes enamorados que, al sufrir su amada la llamada de la muerte a través de la fiebre, su amado no pudo soportar la vida sin ella y se dio muerte a poca distancia de la sepultura de la muchacha.
Una muerte violenta,  puede desencadenar una pena terrible para el alma, no es casualidad que los más famoso casos de fantasmas sean porque uno o varios individuos murieron en condiciones extrañas o de suma crueldad, quizá sea por eso que dicho espíritu no puede abandonar este mundo terrenal. Quizá sea porque este pobre y solitario espíritu está a la espera de su amada para abandonar este plano, es una leyenda de amor y me pareció bien contarla, una de las tantas leyendas mítica y obscura Ciudad de Buenos Aires.

Si nos remontamos al año 1871 estaríamos en una dañada ciudad de Buenos Aires azotada por la Fiebre Amarilla donde los muertos y el olor a putrefacción inundaban las calles. Dicha peste se llevó miles de vidas en la ciudad y obligo a la misma a abrir nuevos cementerios ya que los que estaban construidos no daban abasto para albergar tantos difuntos (De echo el segundo cementerio más importante de la ciudad, el cementerio de la Recoleta, no albergaba en sus tumbas a las víctimas de la Fiebre). Por eso mismo se erigió el Cementerio de la Chacarita y se creó el “Tranvía Fúnebre” que era utilizado para recibir los féretros en la actual intersección de las calles Bermejo (actualmente Jean Jaurès) y Avenida Corrientes.



El Castillo de los Bichos

Esta impactante mansión de 5 pisos se encuentra en la calle Campana 3220, a metros de la Estación Villa del Parque. También llamado "El Castillo Lofts", popularmente se le conoce como "El Castillo de los Bichos" por las extrañas molduras de animales que lo adornan.

La obra fue encomendada por un noble italiano, como regalo de bodas para su única hija. Cuando su marido y ella partieron de su fiesta de bodas, y ante la mirada horrorizada de los invitados, el coche en el iban es arrasado por el tren vecino.

Los padres, entonces, retornan a Italia. Y el castillo queda abandonado. Vecinos e inquilinos dicen escuchar los gritos de los amantes, desesperados, durante la noche.




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