miércoles, 19 de enero de 2022

Los Fantasmas de Noche Buena: Una tradición Victoriana


Las historias de fantasmas son tan antiguas como la humanidad misma, siempre circularon en forma de relatos pasados de generación en generación. Aunque las relatos escritas sobre los espectros vendrían del romanticismo, que trasmitió el interés por lo fantasmas en la época victoriana. La época victoriana es el periodo que abarca el reinado de la reina Victoria, en reino unido, desde el 1837 hasta el 1901, marcó la cúspide de la revolución industrial y del imperio británico. Pese a esto la creencia en los fantasmas también tuvo su auge en esta era.



El avance deshumanizado de la industrialización era imparable, la difusión de las doctrinas filosóficas materialistas, propagaban a la sociedad la razón sobre lo espiritual, a su vez la crisis sobre las creencias religiosas y el modelo creacionista, favorecieron un giro hacía lo gótico y lo fantástico, que se vio plasmado en lo literario, con narraciones sobrenaturales, en las que los fantasmas yo no aparecían para dar un mensaje moral, sino para dar una sensación de terror e inquietud en los lectores y en el inconsciente colectivo.

Esta fue la época dorada para el género, los autores se sintieron arrastrados y seducidos por las historias fantasmagóricas y por el enigma de la existencia. Los castillos ruinosos, los bosques oscuros, los cementerios desolados, las mansiones abandonadas, pasaron a ser el escenario en casi todos estos relatos, todo esto inducía en los lectores, ese temor ancestral a lo desconocido, a la muerte y el más allá.

Es por todo este contexto que surge una extraña y macabra tradición en Noche buena, que era nada más y nada menos que sentarse frente a la chimenea a contar o leer historias de fantasmas.

No podemos negar que Dickens fue el precursor en hablar de fantasmas en navidad, con su famoso cuento de navidad, que en parte dio origen a esta aterradora tradición navideña. Ebenezer Scrooge recibe la visita de 3 fantasmas en la noche buena, algo que lo perturba hasta entender que debe hacer un cambio en su vida, tras recibir una buena dosis de la cruda realidad. La obra es una invitación a reflexionar.

Aunque no es la única historia de Dickens que da una vuelta a las historias navideñas, en Los siete pobres, que fue escrito por Charles Dickens y Wilkie Collins, publicado en 1857, también se describe a la noche Buena como, la época de las brujas para contar historias.

Halloween no era la única festividad para los victorianos ideal para contar historias fantasmales, navidad también lo era, la tradición de contar historias de fantasmas durante las festividades cristianas de invierno se asestó en Reino Unido.

En Europa y Estados Unidos, el origen de la Navidad está relacionado con la celebración pagana de Yule, que duraba 12 días y comenzaba con el solsticio de invierno. Durante dicha festividadlos pueblos nórdicos se reunían en una mesa que se colocaba frente a la tumba de los familiares fallecidos.

Era el día más oscuro, un momento en el que los muertos tendrían un acceso particularmente bueno a los vivos. 

 Otra vuelta de tuerca publicada en 1898, una novela de terror de Henry James, comienza con el relato de una macabra historia de fantasmas durante la víspera de Navidad.

También resurgen en navidad figuras demoniaca y aterradoras como leyenda de Krampus, la criatura del folclore de los países alpinos que, al contrario que Papá Noel, castiga a los niños que se han portado mal.

Tradicionalmente, el 5 de diciembre, en lugares como República Checa, Austria, Hungría, Alemania, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia o el norte de Italia, los jóvenes se disfrazaban de este demonio de la mitología nórdica y desfilaban por las calles. De hecho, esas tétricas cabalgatas se siguen celebrando actualmente en algunos países europeos.

 Dickens quien inauguro la tradición del relato de fantasmas en la Nochebuena. Él no fue el primer escritor que incorporo el cuento como un elemento más de la celebración navideña ya que antes de Dickens el escritor americano Washington Irving había escrito en 1819 (Old Christmas) una recopilación de ensayos sobre las tradiciones inglesas en la navidad acompañado de los primeros cuentos de Navidad, Jerome K. Jerome, amigo de Conan Doyle y del propio Barrie, fue uno de los primeros en publicar una recopilación de relatos de fantasmas para contar después de la cena de Nochebuena (Told after supper, 1891). Nada nos satisface más en Nochebuena que escuchar los relatos de espectros que nos contamos unos a otrosafirmó, es una noche festiva en la que nos encanta hablar y reflexionar sobre tumbas, cadáveres, asesinatos y sangre. En su prólogo Jerome presenta a su desfile de espectros:

La Nochebuena es la gran noche de gala de los fantasmas. En Nochebuena celebran su fiesta anual. En Nochebuena todos los que habitan Ghostland, el país de los fantasmas, quien es alguien, se entiende, o, mejor dicho, hablando de fantasmas, supongo que se debiera decir cada uno que no es nadie, se manifiesta, puede ver y ser visto, pasear y mostrar sus credenciales y su mortaja, puede criticar el estilo de los demás, y burlarse los unos de los otros.

Es el desfile de Nochebuena, como supongo que ellos mismos lo denominan, una función ansiosamente preparada a lo largo de Ghostland, especialmente por los fantasmas más arrogantes: los barones asesinados, las condesas manchadas de crimen y gritos espeluznantes, muchos tan terroríficos que congelan el alma, que llevan ensayando desde hace varias semanas atrás. Cadenas oxidadas y sangrientas dagas son puestas en buen estado de funcionamiento; y sábanas y mortajas, cuidadosamente remendadas y ventiladas para la función.

¡Oh sí, la noche del veinticuatro de diciembre es una noche verdaderamente conmovedora en Ghostland!

Si quieres pasar una noche buena al estilo de las tradiciones victorianas, apaga las luces, enciende velas y lee relatos de fantasmas victorianos.

 



 

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