domingo, 16 de enero de 2022

La Infancia de Charles Dickens Cuento de Navidad



No muchos escritores tuvieron una influencia tan grande sobre los tiempos en los que les tocó vivir, y alcanzaron una fama tan universal como Charles Dickens. A Dickens no sólo le gustaba dar un paseo por la morgue de Paris, educar al cuervo que tenía como mascota, al que mando a momificar una vez que murió, o dar largos paseos nocturnos para escribir sus historias, no sólo le gustaba cazar fantasmas con su club de intelectuales, o practicar el mesmerismo para aliviar las dolencias de su gran amigo, sino que también le gustaba la navidad.

 A sus lecturas públicas acudían multitudes, mientras que sus novelas por entregas agotaban las tiradas de las publicaciones periódicas en las que aparecían. El narrador británico fue un intelectual comprometido, que denunció las injusticias de la Revolución Industrial. Recordamos los principios de sus libros “Era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos”… y seguimos utilizando a sus personajes para describir nuestra realidad. Dickens cobra además una especial importancia por estas fechas próximas a la navidad, por su famosa novela corta “Cuento de Navidad”  



Una de las herencias que había dejado el puritanismo en la sociedad anglosajona era una celebración de estas fiestas. Cuento de Navidad, que Dickens escribió en el otoño de 1843, cambió las fechas para siempre. La historia del avaro Ebenezer Scrooge visitado por tres fantasmas durante la Nochebuena, que le hacen salir de la miseria moral en la que vivía, se convirtió en un best seller y su éxito fue enorme. Su historia le dio un tono mucho más festivo e impulsó costumbres como el pavo o las tarjetas de felicitación. “Lo que Dickens hizo fue aderezar aquel día al gusto de sus aspiraciones, querencias y temores”

Su relato se basa en la idea de ofrecer a alguien la posibilidad de mirar su vida desde fuera y actuar en consecuencia.  Su obra sigue vigente, eso es lo más maravilloso, atraviesa las diferentes épocas, al igual que la obra de Mary Shelley Frankenstein, aun hoy en día uno puede ver reflejado muchos aspectos. Para los Scrooge y los pequeños Tim, para los creyentes y los paganos, para todos, los que celebran y los que no, para los que se quedan en casa gruñendo y los que congregan multitudes en torno a una mesa, si algo demuestra la historia de Dickens y la Navidad es el poder que la imaginación humana ejerce sobre la realidad y también que la generosidad, la empatía y la solidaridad pueden cambiar la propia vida y, de paso, la de todos.

Charles Dickens era especialista en niños huérfanos o en niños pobres, esto último tenía un fuerte origen, estaba profundamente traumatizado por una infancia realmente atormentada que lo llevó a sufrir no sólo pobreza, sino mal trato.

El legado del escritor británico, literario y social, tuvo mucho que ver con su niñez ligada a la pobreza y las desilusiones.



En febrero de 1824, cuando Dickens tenía doce años y vivía con su familia en el norte de Londres. Su padre, John Dickens, oficinista en la Armada, fue detenido y enviado a prisión por impago de deudas.

De un día a otro, a la familia Dickens se le derrumbó el mundo, y a Charles, el mayor de los hijos varones, le tocó lidiar con una situación abrumadora. Su infancia feliz, en Chatham, en el condado de Kent, donde vivió hasta los diez años, parecía un espejismo. El hijo fue testigo de este traslado y escuchó, asustado, las palabras proferidas por su padre antes de marcharse, en las que aseguraba que aquello era el fin de su vida.

Las semanas que siguieron fueron una pesadilla para el joven Dickens. A pedido de su madre, se encargó de empeñar las posesiones familiares, incluidos sus queridos libros. Pronto la casa quedó vacía, y la familia dormía en dos habitaciones desnudas y heladas. La madre y los hermanos pequeños se fueron a vivir con John Dickens a la prisión, algo que estaba permitido en aquel entonces.

Charles se quedó solo en una casa casi vacía y fría, teniendo doce años, luego fue alojado en una casa particular en Camden, con una casera “que cobraba barato y no trataba nada bien a los niños. Por supuesto como hijo mayor, empezó a trabajar. Un amigo de la familia le había encontrado un empleo en una fábrica de betún junto al Támesis, cerca de la estación de Charing Cross. Hoy es un lugar turístico, con hermosos jardines a vista del río, pero en aquella época los diques junto al Támesis todavía no se habían construido, y la zona era industrial e insalubre, por cierto, muy al estilo en sus escritos. Lo único similar entre el Londres actual y aquel previctoriano es la cantidad de personas que circulaban por la capital más importante del mundo. En términos de población, era una ciudad superpoblada, densa, con personas que trabajaban por sueldos míseros. Con una pobreza tremenda, brotes de cólera y problemas de higiene.

En Este segundo Londres, oculto, injusto y pestilente, es el que Charles Dickens vivió de forma directa, siendo un preadolescente. Aquel niño brillante y sensible se dedicaba a pegar etiquetas y cerrar los botes de betún durante diez horas al día a cambio recibía seis chelines semanales. Allí se dio cuenta de lo que significaba ser pobre, y aquello lo marcaría para siempre.

Hasta que su padre fue enviado a prisión, Charles había ido al colegio y había vivido en un ambiente de clase media, especialmente por parte de su madre: dos de sus tíos maternos trabajaban como periodistas. Fueron figuras importantes en la infancia de Dickens, pero no evitaron aquellos meses horribles que pasó el niño en la fábrica.

Al inicio, sus compañeros de trabajo, los cuales algunos eran huérfanos, lo apodaron “el joven caballero” y cuidaron de él. Pese a su aspecto frágil y a un problema de salud que le provocaba espasmos laterales, ya de niño Dickens era especial, una de esas personas que iluminan el ambiente al entrar en un salón. De hecho, de adulto, se convirtió en un invitado muy requerido y en un anfitrión perfecto: atento e ingenioso.

Charles crece en las calles de Londres y desempeña muchos trabajos diferentes para ganarse la vida y establece así sus primeros contactos con la sociedad británica.

Su personalidad, tuvo también su lado oscuroEn su obra abundan los personajes infantiles que soportan sufrimientos: empezando por el celebérrimo Oliver Twist de su segunda novela, cuya publicación arrancó por entregas en 1839 y continuando por La pequeña Dorrit, escrita también por entregas entre 1855 y 1857, donde narraba las peripecias de una niña que creció y vivió en la prisión de Marshalsea. “En cierto modo, estos personajes eran su propia persona”.

Pero aquel encuentro con la miseria marcó también a Dickens ideológicamente, y en su ocupada y descomunal carrera, las cuestiones de la injusticia y los derechos de los pobres fueron primordiales. Su legado social fue enorme. consiguió muchas cosas, como contribuir a cambios legislativos en aspectos como los derechos de los trabajadores y la protección de la infancia o a construir el primer hospital infantil del país, el Great Ormond Street Hospital de Londres, que es uno de los mejores del mundo”.

A Christmas Carol. In Prose. Being a Ghost Story of Christmas, comúnmente conocida como A Christmas Carol y traducida al español como Canción de Navidad, Cuento de Navidad o El cántico de Navidad, es una novela corta y muy profunda. Su trama cuenta la historia de un hombre avaro y egoísta llamado Ebenezer Scrooge y su conversión tras ser visitado por una serie de fantasmas en Nochebuena.

La redacción y difusión del libro se llevó a cabo durante la época victoriana, en la que prevalecía una sensación de nostalgia por las antiguas tradiciones navideñas, ​y en la que comenzaban a introducirse costumbres como los árboles de Navidad. ​Una variedad de conceptos y publicaciones influyeron en Dickens al momento de redactar su obra, aunque destacan sus experiencias de la infancia, su simpatía por los pobres​ y varios relatos navideños y cuentos de hadas.

 A grandes rasgos se puede considerar el relato como una condena de la avaricia, aunque también son posibles otras interpretaciones. Desde entonces fue traducida a diversos idiomas y adaptada a varios medios como el cine, el teatro y la televisión.






 Durante la época victoriana, las celebraciones navideñas tuvieron un auge 
importante. 
Por ejemplo, la reina Victoria y el príncipe Alberto extendieron la tradición del 
árbol de
Navidad en Gran Bretaña en el siglo xviii, ​ mientras, a comienzos del siglo xix, 
los villancicos recobraron el nivel de relevancia que habían perdido a lo largo 
de varios  no fue el primero en abordar las tradiciones navideñas inglesas en la 
literatura. Cierto material le sirvió de inspiración para producir su propia 
novela; 
por ejemplo, coincidió con el punto de vista de Washington Irving en, 
El cuaderno de bocetos de Geoffrey Crayon, The Sketch Book of 
Geoffrey Crayon, 
Gent. (1819-1820), cuando este hizo alusión a la nostalgia de las Navidades 
pasadas 
como medio para recuperar la armonía social que se había perdido en la época 
contemporánea. De manera similar, tomó como referencia algunos cuentos de
 hadas, 
que, en su opinión, eran relatos de conversión.

Otro de los factores que influyó en Dickens en el momento de concebir su obra navideña fue la situación de pobreza en la que vivían, una notable cantidad de niños ingleses a mediados del siglo xix. Durante una visita a las minas de estaño de Cornualles, a principios de 1843, el escritor se molestó por las pésimas condiciones de trabajo a la que estaban expuestos los menores de edad.​ Su percepción empeoró tras una visita a una escuela mantenida por la caridad, en la que se acumulaban niños hambrientos y analfabetos que vivían en las calles, ​ su asistencia a una cena de beneficencia para la enfermería de Charterhouse Square, donde criticó a la gente adinerada como, ganado elegante, babeante, sobrealimentado, apopléctico,​ así como por la lectura del Second Report of the Children's Employment Commission (Segundo informe de la Comisión del Empleo Infantil, 1843), un informe parlamentario en el que se expusieron los efectos de la revolución industrial en los niños pertenecientes a la clase obrera. Como resultado, en un discurso que pronunció en medio de una recaudación de fondos celebrada el 5 de octubre de 1843 en el Manchester Athenaeum, el escritor presionó a trabajadores y empresarios a unirse en la lucha contra la ignorancia a través de una reforma educativa.

Para finales de 1842 Dickens era ya un autor reconocido que había escrito seis obras notables, pero las ventas eran demasiados bajas, su esposa, Catherine, estaba embarazada de su quinto hijo. Finalmente, Dickens llegó a la conclusión de que la manera más efectiva de hacer llegar sus preocupaciones sociales por la pobreza y las injusticias a un segmento de población más amplio era mediante una historia navideña emotiva, que en su opinión habría de tener un mayor impacto que cualquier panfleto o ensayo. ​Como resultado, comenzó a escribir A Christmas Carol en octubre de 1843, cuya redacción culminó seis semanas después, a comienzos de diciembre. ​ La mayor parte de la novela se concibió durante caminatas nocturnas realizadas por el escritor que se extendían hasta 24 y 32 kilómetros alrededor de Londres. ​

Mientras escribía la historia, Charles: lloró, rio y volvió a llorar, y se emocionó de la manera más extraordinaria», según dio a conocer su cuñada. La finalidad de Dickens con A Christmas Carol podría resumirse en un esfuerzo por “abrir el corazón de sus lectores” hacia aquellos que luchaban por sobrevivir en los peldaños más bajos de la escalera social y promover la benevolencia práctica, pero también advertir de los terribles peligros que tenía para la sociedad la tolerancia hacia la ignorancia y la necesidad entre los pobres.

El escritor conoció al caricaturista John Leech por recomendación de George Cruikshank, el ilustrador con el que había trabajado en Sketches by Boz (1836) y Oliver Twist (1838). El 24 de octubre, Leech comenzó a trabajar en la ilustración de A Christmas Carol, cuyo trabajo resultó en la producción de cuatro grabados a color y cuatro grabados sobre madera en blanco y negro. Cabe destacar que Dickens incorporó el enunciado  Tim, que no murió, en la estrofa final durante el proceso de impresión original, ya que este no aparecía en el manuscrito original de la novel

A Christmas Carol está ambientado en la City de Londres durante un día «frío, desapacible, cortante y con niebla» de Nochebuena. Está estructurado en cinco capítulos denominados estrofas, de los cuales tres hacen referencia a los encuentros de los fantasmas de la Navidad, pasado, presente y futurocon Ebenezer Scrooge, un anciano avaro y egoísta que desprecia todo lo relacionado con la Navidad.

Las apariciones de los tres fantasmas de las Navidades son el hilo conductor de la trama en las siguientes tres estrofas. Scrooge debe acompañar a cada uno de los espectros a evocar momentos de la infancia y juventud del primero entre los cuales se incluyen el encuentro con su hermana Fan, que murió joven tras dar a luz; y una fiesta navideña organizada por su antiguo jefe, el señor Fezziwig, etapas caracterizadas por su amabilidad e inocencia. Otro de los encuentros le permite conocer la situación de pobreza en la que vive la familia de su empleado Bob Cratchit, cuyo hijo más pequeño, Tim, está gravemente enfermo; y la forma en la que su sobrino celebra las fiestas decembrinas. ​ No obstante, la visión de su muerte tras una vida solitaria, «malvada y tacaña» le lleva a reflexionar y cambiar de actitud, de forma que «haré honor a la Navidad en mi corazón y procuraré mantener su espíritu a lo largo de todo el año. ​

La novela finaliza con la estrofa en la que Scrooge despierta en su habitación el día de Navidad convertido en un hombre generoso y amable, ávido de celebrar las fiestas con los demás. Tras acudir a cenar a casa de su sobrino, brindar un donativo considerable a los pobres, aumentar el sueldo de Cratchit y ofrecerle apoyo económico para el cuidado del pequeño Tim, se revela que Scrooge . no volvió a tener trato con aparecidos, pero en adelante vivió bajo el principio de abstinencia total y siempre se dijo de él que sabía mantener el espíritu de la Navidad como nadie.




La novela es protagonizada por Ebenezer Scrooge, un prestamista británico cuya personalidad pudo haberse originado en los sentimientos que Dickens tenía por su padre, a quien amaba y odiaba al mismo tiempo. Esta ambivalencia se refleja en las dos versiones de Scrooge en el relato: por un lado, un individuo frío, tacaño, codicioso y solitario y, por el otro, alguien benevolente y sociable.  Robert Douglas-Fairhurst, profesor de literatura inglesa, dedujo que la ambición de Scrooge se debía a la infancia solitaria y triste que tuvo, y representa «los miedos que Dickens tenía de él mismo» en una situación de pobreza. Bajo esta percepción, el escritor llevó a cabo un ejercicio de optimismo a través de la conversión del anciano al final del libro

Su nombre procede de una lápida que Dickens vio durante una visita a Edimburgo y que pertenece a Ebenezer Lennox Scroggie, un comerciante de maíz. En la tumba Dickens confundió el término mealman (comerciante de comida) por mean man (hombre avaro).

Con respecto al nombre de Marley, Dickens se basó en un cartel que rezaba «Goodge and Marney» y que estaba instalado en el local de un comerciante, cerca del domicilio del escritor. La imagen de su espectro provino del recuerdo de unos prisioneros con grilletes que vio durante una visita a la Western Penitentiary, en Pittsburg (Pensilvania), en marzo de 1842. A su vez, Tiny Tim estuvo inspirado en su sobrino Henry, un niño discapacitado de cinco años de edad.

Los niños que representan a la ignorancia y a la necesidad están basados en unos menores de edad que Dickens vio en una escuela caritativa situada en el East End londinense.

La actitud de la sociedad británica de esa época hacia la pobreza infantil es una de las principales temáticas que motivaron la redacción de la novela, cuyo autor deseaba usar como instrumento para exponer su rechazo a tal situación. A grandes rasgos, Scrooge es el paradigma del egoísmo cuya actitud acarrea una serie de repercusiones que son exploradas a lo largo del texto; la miseria infantil es representada en las figuras alegóricas de Necesidad, Ignorancia, ​ y en el personaje de Tiny Tim, cuya incorporación busca la simpatía del lector.

Dickens retomó la obra en varias ocasiones para corregir ciertas expresiones y errores de puntuación. Su popularidad lo inspiró a escribir otras historias navideñas tales como Las campanas (1844), El grillo del hogar (1845), La batalla de la vida (1846) y El hechizado (1848), en cuyas tramas se aborda la conversión secular y se alude a los cambios sociales de ese entonces, con especial énfasis en las problemáticas existentes. En la Gran Bretaña de comienzos del siglo xix, las celebraciones navideñas iban asociadas con la vida campestre y no resultaban tan comunes en las urbes industrializadas.





No hay comentarios:

Publicar un comentario