lunes, 19 de octubre de 2020

La casa de la familia Ammons "Un portal al infierno"




Una pequeña y hermosa casa de un apacible barrio norteamericano, Latoya se mudó con sus tres hijos, pero al poco tiempo la tranquilidad se esfumo, primero fueron golpes provenientes del sótano, así como pasos y puertas, pero más adelante podían verse sombras que aparecían por momentos en los rincones de la casa. Pero estos eventos sobrenaturales tras mudarse a su nueva casa, no fueron nada, lo peor fue cuando una noche su hija de 12 años empezó a levitar sobre la cama, había enjambres de moscas en pleno invierno y aparecían huellas misteriosas, así como “amigos invisibles” La historia de la familia Ammoons digna de una película de terror.

 


¿Real o simple ilusión? La misteriosa silueta que aparece detrás de la ventana de la casa de Latoya Ammons correspondería a una entidad demoníaca, según afirmaron los mismos policías que hicieron la toma. El caso de la familia Ammons se volvió muy famoso después de que publicaran una foto de la casa, en cuyo porche cubierto aparece una curiosa “figura” visible. La foto fue tomada por los funcionarios de la Policía local, los cuales aseguraron que la casa se encontraba vacía en esos momentos.

Aparte de la foto distribuida por el departamento policial, también existe un informe oficial de casi 800 páginas sobre los extraños sucesos ocurridos durante todo este

Todo comenzó en noviembre de 2011, cuando la familia Ammons (Latoya de 32 años, su madre Rosa Campbell y sus tres hijos) se mudaron a una casa de alquiler en Carolina Street, Gary, una calle tranquila junto a otras pequeñas casas de un solo piso. Poco después, comenzaron a suceder extraños incidentes, tales como moscas enormes que de repente irrumpieron en la casa durante todo diciembre, pasos en el sótano y huellas de botas mojadas por el suelo de la sala de estar.) , era noviembre de 2011, pero esta casa no era lo que Latoya creía, era la morada para los más de 200 espíritus demoniacos que la habitaban, solo seis meses después, la familia huyó despavorida, estos eventos sobrenaturales eran reales o producto de sus imaginaciones hiperactivas?

Latoya Ammons y su madre


La primera señal de que algo andaba terriblemente mal llegó en forma de un enjambre de moscas negras gigantes, a pesar del frío clima de diciembre. Los matamos, pero siguieron regresando”, recuerda la madre de Ammons, Rosa Campbell. "Esto no es normal."

Preocupada, pero reacia a dejar su nuevo hogar, la familia decidió quedarse allí. Las cosas se calmaron hasta marzo del año siguiente, cuando de acuerdo con Ammons, fue testigo de cómo su hija levitaba sobre la cama. En este punto la aterrada madre ya no sabía qué hacer, y las semanas siguientes las cosas solo empeoraron: risas macabras y voces graves comenzaron a aparecer en los rostros de sus pequeños en episodios cortos pero que dejaron a la familia completamente traumatizada. Unos videntes contratados por la madre de Latoya la informaron que más de 200 espíritus habitaban en esa casa.

Y las cosas siguieron empeorando. El primero consejo de los videntes fue que abandonaran de inmediato el lugar, pero esto no era una opción para la familia, que estaba corta de presupuesto. Por lo tanto, realizaron una pequeña ceremonia, construyeron un altar en el sótano (con imágenes de Jesucristo, de la Virgen María y con una biblia abierta en el salmo 91), No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la pestilencia que acecha en las tinieblas, ni la plaga que destruye mediodía." dibujaron cruces en su ropa y su cara y quemaron incienso mientras rezaban el salmo: “No temerás el terror de la noche/tampoco las flechas que vuelan en el día/ni la pestilencia que acecha en la oscuridad/ni la plaga que destruye al mediodía”. Sin embargo, aunque por algunos días las cosas parecieron calmarse, luego volvieron a empeorar.


Las posesiones ya no solo afectaban a los 3 pequeños, también lo hacían con la madre. La única que parecía inmune a estos eventos era la abuela, Rosa Campbell, quién asegura que desde su nacimiento ha estado blindada contra el mal. Latoya ha sido la única capaz de recordar los episodios de posesión, en los que dice que se sintió débil, con la cabeza embotada y el cuerpo cálido. Su hijo menor comenzó entonces a hablar con un muchacho al que nadie más podía ver, y que contaba lo que se sentía ser asesinadoY algunas veces fue arrojado del baño, llegando a sufrir lesiones que requirieron algunos puntos.
La familia comenzó a dormir fuera de la casa (donde algunos amigos o, en casos desesperados, en algún hotel), mientras que las cosas empeoraban. Llegó un punto en el que los niños se despertaron en el hospital, pues habían resultado imposibles de controlar, y las autoridades comenzaron a tomar cartas en el asunto. Preocupadas por un posible maltrato, evaluaron la familia y enviaron algunos oficiales a que investigaran la casa. En un vuelco un tanto dramático para Ammons, la custodia de sus 3 hijos le fue retirada por temor a que corrieran peligro bajo su cuidado.

En mayo del año 2012, la casa que alquilaba la señora Latoya Ammons, fue visitada por varios oficiales de policía, quienes llegaron al lugar para investigar un reporte bastante extraño.


No se trataba de un robo ni de un caso de violencia doméstica, sino que de un reporte de posesiones y ocurrencias paranormales. Según había declarado la propia dueña de la casa, ella y sus tres hijos (de 12, 9 y 7 años) no sólo eran acosados por demonios, sino que la misma casa, a la cual se habían mudado en noviembre del año anterior, estaba poseída por espíritus malignos. El inmueble parecía exudar un extraño aceite y en su interior se paseaban figuras y entidades oscuras que caminaban y atacaban a la familia. Los niños, que eran arrastrados por los sillones, antes de entrar en terribles convulsiones y salmodiar versos satánicos, aseguraban que habían visto a algo parecido a un “monstruo negro y horrible” que los acechaba.

Charles Austin, un veterano y escéptico policía de 62 años que creía haberlo visto todo en su vida policial, sólo sabía que los servicios sociales de la ciudad le habían informado que los tres hijos de la señora Ammons habían dejado de ir al colegio por algo relacionado con demonios, por lo que no fue extraño que, al igual que el resto de sus colegas, pensaran que sólo se trataba de una broma o de un simple fraude. Los uniformados tuvieron que entrar de todos modos a la casa, guiados por la madre de Latoya Ammons, Rose Campbell, quien les había contado previamente a los policías que en una ocasión en que fueron visitados por un psíquico especialista en fenómenos paranormales, el menor de los niños, con sus ojos en blanco, había comenzado a “girar su cabeza y hablar en lenguas extrañas”.

El oficial Austin agrega que cuando él y su equipo bajaron con sus radios al sótano, una voz en la radio gruñó la palabra “Hey”, para a continuación gritar “salgan de aquí”. Luego la comunicación se tornó confusa y después quedó copada con estática. Austin y sus colegas, pese a lo asustados que estaban, tomaron numerosas fotografías de las figuras y de todos los inexplicables sucesos que presenciaron, pero la mayoría de las imágenes desaparecieron de sus cámaras y teléfonos celulares porque la mayoría de los aparatos de comunicación comenzaron a mostrar inexplicables fallas después de esa visita. Sin embargo, en una de las pocas imágenes que la Policía tomó posteriormente desde el exterior de la casa, se puede ver la silueta de una supuesta figura demoníaca agazapada detrás de una ventana. Además, uno de los policías también logró grabar uno de los extraños sonidos que se escucharon cuando bajaron al sótano.

El agente Austin, luego de salir de la casa junto a sus compañeros, reveló que cuando se iba a subir a su auto el asiento del conductor comenzó a moverse por sí solo, hacia atrás y hacia adelante. “Todos los que estuvimos ahí ese día en el sótano y que vimos lo que vimos y pasamos por lo que pasamos después… todos pensamos lo mismo y todos lo llamamos igual. Ese pedazo de tierra era un portal del infierno”.

Capitán Austin, quien inicialmente desestimó las declaraciones de Ammons y Campbell. Sin embargo, tras varias visitas a la casa y entrevistas con la familia Austin replanteó su postura y ahora afirma que cree completamente en la versión que dan las dos mujeres. De acuerdo con él, las pruebas de esta posesión demoníaca son bastante contundentes.


La familia, entonces, obtuvo el apoyo de un sacerdote quien habría sido ubicado por el hospital, que accedió a realizar un ritual de exorcismo para librarse de los espíritus. El padre, llamado Michael Maginot, comenzó por intentar algunas bendiciones, pero pronto se dio cuenta que el asunto requería una intervención mucho más enérgica. Eventualmente realizó un exorcismo sobre Ammons, quién, afirmó, se encontraba poseída por uno de estos demonios. En el evento estuvieron presentes el oficial de policía y el encargado estatal de velar por la seguridad de los niños.

De acuerdo con los testimonios, la ceremonia fue de todo menos sencilla. De acuerdo con Ammons, comenzó por rezar con el padre Maginot, pero pronto tuvo que detenerse debido a un intenso dolor en su interior, “como si algo tratara de agarrarse de allí”. Antes del gran exorcismo que Maginot realizó en Ammons, oró por ella e hizo llamamientos para expulsar demonios. Él nombró a los demonios que atormentaban a Ammons durante el ritual después de que ella buscó sus identidades en línea (mientras la computadora seguía apagándose) porque afirmó que los nombres tenían poder. Mientras los policías experimentaban esa inolvidable jornada de terror, el padre católico Michael Maginot, un experto en practicar exorcismos, fue llamado después de que una trabajadora de servicios sociales y una enfermera le comunicaran que habían visto a uno de los hijos de Layota Ammons trepar por la pared como una araña y caer de pie enfrente de ellas. Estas funcionarias, además, aseguraron que escucharon fuertes ladridos y gruñidos de animales cuando entraron en la casa, pese a que allí no había ni una sola mascota, para después ver una siniestra sombra que se deslizó furtivamente. Una de ellas, finalmente, reportó que uno de sus dedos se había “congelado” luego que tocara un extraño fango aceitoso que parecía gotear desde el techo del inmueble, sin mencionar que un sacerdote que había a revisar la casa, sintió que lo apuñalaban reiteradamente en el estómago mientras leía la Biblia en el sótano de la misma.


Después de hablar con los testigos, investigar meticulosamente el caso y recibir la autorización de su Obispado, el Padre Maginot decidió practicar un exorcismo a Latoya Ammons, quien se había mudado a un departamento en Illinois, mientras sus hijos eran cuidados por una institución del Estado Luego de atar algunos cabos, el padre había llegado a la conclusión que uno de los demonios que habitaban la casa intentaba apoderarse de Latoya, para transformarla en una “fuente” del mal. “Ella, en sus momentos de normalidad, hablaba de que veía a una sola entidad demoníaca que parecía dirigir a las otras. Cuando yo le preguntaba cómo se llamaba este ser, ella de inmediato comenzaba a experimentar convulsiones y otros síntomas clásicos de la posesión. En un momento determinado puse mi crucifijo sobre su frente y su cuerpo comenzó a agitarse violentamente. En ese momento me convencí que la fuente del mal era ella y no sus hijos. Los demonios saltaban a través suyo a sus hijos, para después volver a ella. Después que terminó la ceremonia pareció volver a la normalidad. Cuando se fue le regalé un crucifijo y un gran rosario hecho con medallas benedictinas. Ella me contaría posteriormente que, a poco de salir de la iglesia, el rosario se rompió por sí sólo en cinco partes, al igual que la figura de Cristo. Pero faltaba otra cosa. Cuando fui a buscar mi bicicleta encontré el asiento totalmente torcido, como si alguien de fuerzas hercúleas lo hubiera destrozado. Yo ya sabía quién había hecho aquello. Era una clara advertencia para mí”. El tercer y último exorcismo que el padre Maginot le practicó a Latoya Ammons fue en latín, y consistió básicamente en rezar a Dios y condenar al demonio. “En la parte en que recé a Dios ella no experimentó ninguna reacción, pero cuando comencé a condenar al demonio se agitó en violentas convulsiones. Ello fue muy interesante por cuanto Latoya Ammons no tenía ninguna noción del latín”.

 Al final, terminó por quedar inconsciente. En total se realizaron 3 exorcismos, el último en junio del año 2012.

La familia se mudó y ahora vive en un hogar, previamente bendecido, donde dicen que no han presentado problemas. Ammons recuperó en noviembre del 2012 la custodia de sus hijos – pues las autoridades consideraron que ya no tenían nada que temer bajo su cuidado – y agradece a Dios la posibilidad de haber salido ilesa de aquella horrible experiencia.

Zak Bagans, investigador paranormal, compró la casa supuestamente devastada en 2014, allí filmo un documental que título Demon Hause, donde domostraba que el interior de la casa supuestamente había demonios, documental que muchos escépticos opinaron que se trataba de una farza, quen o podía ser tomado en serio los testimonios del oficial de policía, que Latoya realmente sufría de alucinaciones, el antiguo dueño de la casa dijo que no había demonios, que era una casa normal, y que todo fue una mentira de Latoya para no pagar el alquiler, al parecer nunca se sabe la completa verdad en los casos paranormales, en enero del 2016 la casa fue demolida

Bagans decía: “Algo había dentro de esa casa que tenía la capacidad de hacer cosas que yo nunca había visto antes, cosas que otros que tenían la forma más alta de credibilidad tampoco podían explicar”. "Había algo allí que era muy oscuro, pero muy inteligente y poderoso".


Lo que no termina de entenderse es la demolición de la casa, ¿supuestamente al demolerla los demonios regresarían al infierno? O estos se esparcieron por la ciudad.



Latoya Ammons tenía una advertencia para los escépticos: paranormales: "Cuando escuches algo como esto, no asumas que no es real porque lo he vivido" "Sé que es real".







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