En esta entrada te dejo algunas leyendas urbanas clásicas
que rondan por internet. Cada una de estas leyendas de terror dicen estar basadas
en hechos reales.
1 El
enamorado del más allá
Una joven
llamada Annie estaba sola en casa y disfrutaba de conversar con un amigo en
Internet. Los mensajeros instantáneos de PC dominaban el mercado en ese
momento. De repente, se dio cuenta de que alguien muy parecido a su amigo
apareció en otra ventana, a lo que una siguió conversación aterradora.
La chica
comenzó a hablar con el desconocido a través del programa de mensajería. Ella
no conocía a ese chico y no sabía cómo se había agregado a su lista de amigos.
Pasaron los días y la joven se había enamorado del chico y le pidió su
número telefónico. Ella se armó de valor, llamó a la casa del joven y
quien le contestó fue su madre, quien al oír preguntar por su hijo se
sorprendió, pues este había muerto hacía dos años.
La joven
pensó que se había tratado de algún gracioso que se había hecho pasar por el
joven malogrado, pero pidió una investigación al proveedor de internet y se
determinó que la IP provenía de la misma casa del joven muerto.
Misteriosamente, su madre nunca había apagado el ordenador de su hijo después
de muerto. Cuando finalmente lo apagó… Annie volvió a verlo conectado.
2- El
experimento
Un
científico loco decidió realizar un cruel experimento: probar los efectos del
aislamiento sobre la mente humana. Para ello, encerró a varios niños durante
varios años, impidiendo que interactuaran con otros humanos o con cualquier
otra criatura viviente. Los niños debían sobrevivir solo con los instintos
remanentes en los humanos.
¿Cruel?
Podía ser peor. Pocos lo sabían ¡pero su propósito real era lograr atrapar un
espíritu! Quería robar la mente de un niño para poder dominar su propio cuerpo
y volver a la juventud, que ya no le pertenecía.
Todos
los pueblos, por pequeños que sean, tienen sus propias leyendas.
De hecho, cuanto más pequeños y rústicos sean, más probabilidades tienen de que
existan leyendas. Una de ellas tiene que ver con una pequeña población de
Badajoz llamada Táliga, y que algunos dicen que tiene muchos puntos en común
con otra llamada la leyenda de la Serrana de la Vera, en este caso de la zona
de Cáceres. La leyenda en cuestión tiene el nombre de la Tía Cabalganta.
Esta vecina de Táliga era una mujer de extraordinaria
belleza, que durante las fiestas populares conoció a un forastero que la engañó
y consiguió engatusar con falsas promesas, pero que la abandonó. Desde ese
momento los vecinos la miraban de muy mala manera, y su carácter antes afable y
simpático se torno arisco y rudo.
La mujer decidió
abandonar Táliga y vivir en un molino abandonado junto a la rivera, alimentando
su odio hacia todos los demás seres humanos. Los pastores y agricultores la
veían recoger frutos del campo para comer, aunque también aseguraban haberla
visto por las noches removiendo un gran caldero y haciendo pócimas.
Tal fue el odio que sentía hacia los forasteros, que
incluso habilitó una estancia en el molino para alojarlos, pero ninguno salió
con vida de allí. La tía Cabalganta los mataba y los enterraba en un huerto
cercano.
Una noche de tormenta la mujer desapareció, algunos dicen
que por un rayo y otros por la crecida del rió.
Algún tiempo después, algunos vecinos aseguraron haber
visto en el huerto donde enterró a sus víctimas a una mujer hermosa y con la
ropa hecha trizas siendo perseguida por los espectros degollados de los cuerpos
que no encontraban descanso al haber sido asesinados tan vilmente, y que están
condenados a vagar eternamente persiguiendo a la mujer que los mató.
7- Lagrimas
de sangre
En una
ciudad de la provincia de Buenos Aires, Argentina, había una niña tan hermosa
como un ángel pero su apariencia al vestir era como la de una vampira, su
actitud era extraña, pues parecía sombría, pero a pesar de su forma de vestir
era dulce. Ella estaba acostumbrada a ir al cementerio todos los días, una
vez el guardia de dicho lugar la llamó para preguntarle algo y le preguntó con
quién estaba hablando cuando iba al cementerio, entonces ella respondió que
estaba hablando con algunos amigos y familiares que ya habían sido asesinados,
por lo que el vigilante sin comprender solamente advirtió que se estaba
cerrando las puertas y viniera al día siguiente.
Como de costumbre, llegó al cementerio para hablar con sus
“familiares y amigos”, sin embargo, ese día ella estaba angustiada más de lo
normal y en las manos llevaba unas rosas cuyas espinas habían herido sus manos.
Ya acostumbrado a sus visitas diarias, el vigilante no le dijo nada.
No saludó al vigilante lo que hizo que frunciera el ceño y
le preguntó, “pero y qué pasó, no me saludas ya?” Ella le dijo , “hoy
me voy pronto alguien allí me dijeron que la razón de mi angustia es porque
haré un recorrido donde voy a llorar lágrimas de sangre y que la próxima vez
que venga aquí estaré con los ojos cerrados.
Ella se fue y el guardia de seguridad del cementerio se
quedó mirándola fijamente, simplemente pensaron que estaba loca, sin embargo al
día siguiente no se presentó hacer su visita y le había advertido que una niña
iba hacer asesinada a sangre fría cuyos ojos se habían pegado y estaba siendo
velada en la morgue de la ciudad y su cuerpo sería enterrado allí.
En el momento en no le pasó por la cabeza que podría ser la
misma chica, para matar a su curiosidad se acercó a la morgue y cuando vio el
cuerpo y se encontró que era la chica se sorprendió.
Pasaron unos días y el vigilante vio a alguien dentro del
cementerio, pero ¿cómo? si él no vio a nadie llegar entonces oyó una voz
familiar era la voz de la niña asustada, salió de allí y fue a su oficina y
pensó que eran cosas de su imaginación.
Uno de esos días algunos amigos estaban visitando la tumba
de esta chica y llevaron algunas rosas, que decidieron poner en su tumba y
notaron algo extraño un nuevo conserje y le preguntaron si alguien más había
ido al cementerio a visitar la tumba y este dijo que no, porque después de
su muerte era difícil para él ver a alguien allí, era que ella estaba allí
todos los días.
Al día siguiente, y al final de la tarde antes de que el
cementerio cerrara una de las amigas de la joven muerta fue de nuevo a visitar
su tumba antes que ella entrara el vigilante oyó un grito y vio a una chica
salir corriendo y se detuvo en el camino y le preguntó lo que había pasado,
ella dijo que vio a su amiga (la niña) con los ojos abiertos a la perfección
sin lesión poner sangre corriendo como si estuviera llorando lágrimas de
sangre.
El guardia no creía mucho que eso fuera cierto y al día
siguiente fue a la tumba de la niña a ver cómo estaba después de las
visitas y había encontrado las rosas que sus amigos habían tomado hace tres
días en perfecto estado, pero con toda la sangre en las espinas manchada como
si alguien las hubiera acabado de recoger y grave por el miedo el guardia leyó
algo que alguien había escrito en la tumba:
“Por favor no tengas miedo de que el alma esté triste y
maldita.” El vigilante no sabía cómo apareció la escritura en la tumba, pero
cuando terminó la lectura vio a la chica vestida de luto como llorar lágrimas
de sangre habituales, que se quedó sin miedo diciendo que el día en que el día
se convierte en noche para ver si la chica fue al cementerio con rosas en
las manos gotean sangre y llorando lágrimas de sangre.
De nueva cuenta mirando al cementerio que a veces ve a una
chica en negro caminando por el cementerio y que todos los días durante todo el
año la oye hablar y cuándo un pariente o amigo la visita de allí diciendo que
vio llorando lágrimas de sangre y el amigo que la vio primero perdió el miedo y
ahora con la misma costumbre de la chica muerta va todos los días al cementerio
a visitar su tumba y dice que una de las cosas que la chica tiene es que
su tristeza solamente descanse cuando sabe quién fue que le abrió los ojos y
luego se quitó la vida oscura.
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