viernes, 14 de julio de 2017

Las leyendas urbanas que inspiraron películas de terror


El hombre del garfio "The Hook"
Esta historia se hizo conocida a mediados de 1950, en los Estados Unidos.
Un adolescente estacionó su automóvil en un sendero oscuro y solitario para conseguir más intimidad con su novia, un lugar llamado "sendero del amor". Luego de sintonizar música en la radio, los adolescentes comenzaron a besarse. Minutos más tarde, la transmisión se cortó abruptamente y la voz de un preocupado locutor advirtió a la población acerca de un peligroso asesino suelto con un garfio en lugar de su mano derecha. En ese momento, la chica le pidió a su novio que la llevara inmediatamente a su casa, El muchacho, trabó todas las puertas asegurando a su chica que estarían a salvo y trató de besarla de nuevo, ella se puso frenética y lo rechazó, insistiendo en que debían salir rápido de allí. De mala gana, el chico arranco bruscamente el coche y lo puso en marcha haciendo rechinar las ruedas.
Cuando llegaron a la residencia, ella salió disparada hacia la entrada, y justo antes de cerrar la puerta comenzó a gritar al escuchar esos gritos, su novio giró la cabeza para ver lo que sucedía y encontró un garfio cubierto de sangre colgado del picaporte.

La mujer del armario

¿Alguna vez tuviste la sensación de que alguien se escondía en tu armario mientras dormías? ¿Qué pasaría si te enteraras de que realmente sucedió algo así en Japón? En marzo de 2014, un hombre decidió instalar cámaras de seguridad en su casa porque siempre le faltaba comida y, además, escuchaba ruidos extraños cuando se acostaba a descansar. A la mañana siguiente casi muere del susto cuando, al mirar la grabación, descubrió que alguien salía de su armario y se ponía junto a él para corroborar que estuviera dormido. El hombre llamó inmediatamente a la Policía porque pensaba que se trataba de un ladrón. Los oficiales comenzaron a registrar la propiedad y encontraron a una mujer de 58 años oculta dentro del armario. Según el informe oficial, se trataba de una indigente que comía y se bañaba en el lugar mientras el dueño de la casa descansaba, o cuando no estaba en su domicilio.
El pasajero que se desvanece

El pasajero que se desvanece, es una leyenda urbana sobre un joven que iba camino a un baile, conduciendo por una carretera solitaria. De repente vio a una joven al lado de la carretera. Este le preguntó si necesitaba ayuda, si necesitaba que la llevara a casa, ella acepto, dio la dirección y subió en el auto 
A medida que se acercaban el muchacho notaba como su pasajera parecía estar incomoda y se daba calor abrazándose así misma. Cuando llegaron el muchacho bajo del auto y le dijo que esperara allí, y que el tocaría la puerta. Una mujer de edad atendió. Ella dijo que la niña era su hija, pero que había muerto hacia 12 años en un accidente de autos en la misma esquina, señaló a un cementerio en el camino y le pidió, algo molesta que se marchara, el muchacho regresó aturdido al auto para encontrar el asiento vacío con el cinturón de seguridad aun abrochado. Sumido en locura y confusión salio a toda velocidad de esa ciudad. 

Llamadas desde el “más allá”


En muchas películas de terror los protagonistas reciben llamadas telefónicas de alguien fallecido. Para asombro de muchos, esto realmente ocurrió en septiembre del 2008. Veinticinco personas perdieron la vida en un accidente de tren ocasionado en la ciudad de San Francisco. El teléfono de una de las víctimas realizó treinta y cinco llamadas varias horas después de que se declarara su muerte. Los médicos forenses informaron que Charles Peck falleció en el acto. Sin embargo, nadie pudo explicar las comunicaciones efectuadas desde su celular, ya que el aparato nunca fue encontrado. Lo más curioso de la historia es que el teléfono de Peck llamó a varios miembros cercanos de la familia, y siempre que alguno contestaba se escuchaban sonidos extraños e ininteligibles desde el otro lado.


 El asesino del asiento Trasero “ The Back seat Killer”




Una noche, una mujer salió de copas con sus amigas. Salió de la barra bastante tarde en la noche, entró en el coche y comenzó a conducir por la carretera desierta camino a casa. Después de algunos kilómetros, se dio cuenta que el auto tenia poca gasolina y se detuvo en una estación cercana.  Al entablar conversación con el empleado se asustó por el extraño comportamiento del mismo, quien trataba de convencerla de dejar el coche y seguirlo hasta su oficina. Ella se negó y se marchó tan rápido como pudo. 

Mientras conducía, al mirar a su espejo retrovisor se dio cuenta de que un auto, con las luces altas se acercaba rápidamente. A medida que el coche se detuvo detrás de ella, peligrosamente cerca de su baúl las luces la cegaron.  Ahora si se estaba poniendo nerviosa. El coche detrás de ella apagaba las luces y las encendía simultáneamente y el conductor parecía estar gritando y haciendo señas con las manos. 

A través de cada semáforo y curva, el conductor del auto misterioso la siguió hasta que llegó a casa y se detuvo en la entrada. Aterrorizada, corrió desesperadamente a su casa y llamó a la policía. Mientras corría desde el coche, El conductor del vehículo la perseguía gritándole, "¡Cierra la puerta y llama a la policía!" 

Cuando la policía llegó la horrible verdad finalmente fue revelada. El hombre en el coche había estado tratando de salvarla. Cuando se detuvo detrás de la joven y sus faros iluminaron el coche, vio la silueta de un hombre con un hacha elevándose desde el asiento trasero, por lo que encendió sus luces altas para advertirle.  La policía detuvo al asesino del asiento trasero que resultó ser un enfermo mental fugado. Esa fue una noche terrible y ella supo entonces que salvo su vida milagrosamente. 

Suerte que no encendiste la luz




Se cuenta la historia de una joven universitaria que acudió de madrugada a su habitación para llevarse algunas de sus cosas antes de volver a marcharse y pasar la noche junto a su novio. Ella entró pero no encendió la luz ya que su compañera estaba durmiendo. Anduvo varios minutos por el cuarto a oscuras buscando algo de ropa y algunos libros, finalmente salió. 

Al día siguiente de regresó se encontró a la policía. Le preguntaron si ella vivía allí y contestó que sí, le dejaron pasar y se encuentra en la pared escrita con sangre estas palabras "Suerte que no encendiste la luz". Su compañera había sido asesinada la noche anterior estando ella en la habitación. 

Esta historia cuenta con muchas variantes y se conoce desde hace más de 40 años en EE.UU. El tema es repetitivo y recurrente en colegios y universidades y pretende alertar a los adolescentes de ciertos peligros.

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