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Leyendas Urbanas de amor y venganza
En esta entrada les traigo
unas leyendas urbanas sobre amor y venganza, festejando el día de los enamorados con leyendas de terror.
Cuenta
la historia sobre un tal Luis, quien en sus tiempos ganó la fama de Don Juan,
porque no había mujer que se le resistiera. Él era por naturaleza conquistador,
embaucador, mentiroso y aprovechado; utilizaba todo su encanto, para enamorar
mujeres de buena posición, a las cuales les sacaba algo de dinero después de
ganar su confianza.
Con su gran pose e intelecto, levantaba
pasiones en cualquier lugar, fue así que Ana, como muchas otras, quedó
enamorada con locura de él, pero realizado su cometido, Luis perdió
completamente el interés en ella. Abandonada e ignorada por su amado, la mujer
no pudo soportar el dolor y se quitó la vida, no sin antes jurar que se
llevaría al causante de tal pena, para estar juntos en la eternidad.
El día de muertos, cuando Luis volvía de
sus noches de juerga, con unas copas de más, vio la hermosa silueta de una
mujer, provocada por el cuerpo más divino del que hubiese podido imaginar, solo
que el rostro no pudo verlo, pues llevaba un velo negro en señal de luto.
Luís quería acercarse, pero ella solo se
alejaba más y más, hasta desaparecer. Cada noche, sucedió lo mismo, ella se
dejaba ver a la distancia, pero no permitía que la alcanzara. Él pensaba que
iba a morir de amor.
Y pasó una semana: fecha en la que su difunta amante suicida cumplía un año. Al
pasar por el panteón vio nuevamente a la mujer a que le
robaba los suspiros, ella pedía a gritos ayuda, y él, no pudo desaprovechar la
oportunidad. Al verlo venir ella dijo:
—Gracias al cielo alguien me ha
escuchado.
—¿Por qué está usted en el panteón?
—Visito a mi hermana, que hoy cumple un
año de muerta. Un mal hombre la enamoró y ella se mató por él, ¿Qué crees que
se merece?
—Merece ser enterrado vivo con la mujer
a la que hizo sufrir, para que ella lo pueda amar—dijo el hombre buscando
complacer a la dama.
—Pues eso ha de pasar—dijo ella muy
convencida, tomándolo de la cintura, y dejando caer el velo que cubría su rostro.
De inmediato el tal Luis quedó impactado, tenía frente a él a la amante
suicida, su cara estaba carcomida por los gusanos que formaban una montaña rusa
a través de los orificios del cráneo… ella lo prensó en un abrazo mortal, para
después hundirlo en la tierra junto con ella, para que le hiciera compañía toda
la eternidad.
Se
dice que desde entonces, en la fecha marcada, se escuchan los desgarradores gritos de un
hombre, mientras una mujer canta una canción nupcial.
La
Última Llamada
Un
hombre profundamente enamorado recibe la noticia de que su novia ha fallecido
recientemente tras sufrir un ataque al corazón en su lugar de trabajo. Al día
siguiente tras un emotivo funeral, agotado y aún llorando por la pérdida de su
gran amor vuelve a su casa donde tras varias horas de llantos desconsolados
empieza a recibir llamadas en su teléfono móvil.
Cansado y sin ganas de hablar con nadie hace caso omiso a la insistencia de la persona que le llama y finalmente consigue dormirse.
Al despertar revisa su teléfono y comprueba que las llamadas recibidas la noche anterior fueron realizadas desde el teléfono de su amada muerta. Asustado y confuso llama al número y sólo escucha quejidos ahogados y una débil respiración, la llamada se corta a los pocos segundos.
Esa misma tarde se acerca al cementerio a poner una flores en la tumba de la fallecida y despedirse por última vez, mientras llora recordando a su amor se acuerda de las llamadas que recibió y prueba nuevamente a llamar al número de su novia pensando que algún familiar habrá guardado su móvil y trató de ponerse en contacto con él.
Para su sorpresa al marcar el número se empezó a escuchar la melodía del teléfono de su pareja, un sonido casi imperceptible que pudo escuchar debido al silencio que reina en los cementerios. De inmediato sintió como un escalofrío recorría su espalda.
¡ Su amada muerta le había estado llamando desde el más allá. !
Muerto de miedo y acobardado por la idea de estar solo cuando un espíritu le atormentaba, se acercó a uno de los empleados del cementerio que se encargaba de mantener en buen estado las tumbas. Tras contarle la historia el trabajador rápidamente avisó a sus compañeros que procedieron a desenterrar el ataúd de su amada.
Lo que encontraron les heló el corazón, la mujer tenía las uñas totalmente destrozadas y todo el ataúd estaba manchado de sangre ya que se le habían desprendido de los dedos al tratar de arañar el sarcófago donde se encontraba encerrada. Al parecer había fallecido hacía pocas horas, al acabarse el aire que había en el espacio cerrado.
Un análisis forense determinó que había sido enterrada con vida, al confundirse un ataque de catalepsia con un infarto que le había causado la muerte. Al despertar en el ataúd, horas después de ser sepultada, asustada trató de ponerse en contacto con la persona más cercana, su novio, pero éste al no atender las llamadas no sabía que estaba desaprovechando las pocas horas de aire de las que disponía su amada. Quien desesperada luchaba por salir del ataúd que poco a poco la dejaba sin oxígeno.
Cansado y sin ganas de hablar con nadie hace caso omiso a la insistencia de la persona que le llama y finalmente consigue dormirse.
Al despertar revisa su teléfono y comprueba que las llamadas recibidas la noche anterior fueron realizadas desde el teléfono de su amada muerta. Asustado y confuso llama al número y sólo escucha quejidos ahogados y una débil respiración, la llamada se corta a los pocos segundos.
Esa misma tarde se acerca al cementerio a poner una flores en la tumba de la fallecida y despedirse por última vez, mientras llora recordando a su amor se acuerda de las llamadas que recibió y prueba nuevamente a llamar al número de su novia pensando que algún familiar habrá guardado su móvil y trató de ponerse en contacto con él.
Para su sorpresa al marcar el número se empezó a escuchar la melodía del teléfono de su pareja, un sonido casi imperceptible que pudo escuchar debido al silencio que reina en los cementerios. De inmediato sintió como un escalofrío recorría su espalda.
¡ Su amada muerta le había estado llamando desde el más allá. !
Muerto de miedo y acobardado por la idea de estar solo cuando un espíritu le atormentaba, se acercó a uno de los empleados del cementerio que se encargaba de mantener en buen estado las tumbas. Tras contarle la historia el trabajador rápidamente avisó a sus compañeros que procedieron a desenterrar el ataúd de su amada.
Lo que encontraron les heló el corazón, la mujer tenía las uñas totalmente destrozadas y todo el ataúd estaba manchado de sangre ya que se le habían desprendido de los dedos al tratar de arañar el sarcófago donde se encontraba encerrada. Al parecer había fallecido hacía pocas horas, al acabarse el aire que había en el espacio cerrado.
Un análisis forense determinó que había sido enterrada con vida, al confundirse un ataque de catalepsia con un infarto que le había causado la muerte. Al despertar en el ataúd, horas después de ser sepultada, asustada trató de ponerse en contacto con la persona más cercana, su novio, pero éste al no atender las llamadas no sabía que estaba desaprovechando las pocas horas de aire de las que disponía su amada. Quien desesperada luchaba por salir del ataúd que poco a poco la dejaba sin oxígeno.
La mujer sin corazón
Había un feliz matrimonio, que se amaba como ningún otro, de aquella unión, nació una niña, que conforme crecía, desarrollaba un amor enfermizo hacia su padre y un odio desmedido por su propia madre. Constantemente le decía a su padre que quería casarse con él, y que deseaba la muerte de su madre para poder ser felices para siempre. La reacción del hombre era de enojo por supuesto, no quería pensar en una situación similar. Pero aquello no tardó mucho en cumplirse.
Durante el funeral, el pobre hombre se
hacía pedazos del dolor, mientras la niña trataba a toda costa de esconder una
sonrisa diabólica, que a duras penas contenía, pues sus sueños estaban
convirtiéndose en realidad, parecía haber hecho un pacto con el señor de las
tinieblas, ¿Cómo es posible tanta maldad en una niña tan pequeña? Al pasar de los días, el hombre se sumía en
una profunda depresión, pero no podía evitar notar que su pequeña mostraba
total entereza ante el hecho, animándolo en todo momento. Sin saber que en
realidad el buen ánimo de su hija se debía a saber que su madre ya no estaba.
Una tarde la niña salió al parque con
sus amigas, y su padre le encargó un corazón de cerdo para la cena. Pero cuando
terminó de jugar la carnicería estaba cerrada, así que tubo la macabra idea de
profanar la tumba de su madre y arrancarle el corazón… Así tampoco dudo en comerlo
durante la cena junto a su padre.
Cuando se encontraba en su cama, la niña
empezó a escuchar un susurro, una tenue y familiar voz, parecía ir adentrándose
en la casa, hasta en punto en que la niña alcanzó a escuchar: -Hija,
¡Devuélveme el corazón que me has robado!- junto a esta frase las escaleras
crujían, unos pasos se aproximaban a la entrada… La perilla giraba lentamente,
hasta que la puerta se abrió, el espectro de la madre entró en la habitación,
extendiendo su dedo acusador hasta el corazón de la pequeña, que junto a un
último suspiro de horror, dejó de latir… Murió de puro pavor.
Desde entonces se ha visto vagar al espíritu de “La mujer sin Corazón”, algunos dicen que sigue atacando a niñas para saciar su sed de venganza, otros dicen que simplemente llora por el amor perdido. Y que así seguirá por toda una eternidad.
me encanto esas historias ...
ResponderEliminarme encanto esas historias .. el blog es muy bonito
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