jueves, 9 de febrero de 2017

3 Leyendas Urbanas de amor y venganza



3 Leyendas Urbanas de amor y venganza

En esta entrada les traigo unas leyendas urbanas sobre amor y venganza, festejando el día de los enamorados con leyendas de terror.

 La Mujer del velo




Cuenta la historia sobre un tal Luis, quien en sus tiempos ganó la fama de Don Juan, porque no había mujer que se le resistiera. Él era por naturaleza conquistador, embaucador, mentiroso y aprovechado; utilizaba todo su encanto, para enamorar mujeres de buena posición, a las cuales les sacaba algo de dinero después de ganar su confianza.
Con su gran pose e intelecto, levantaba pasiones en cualquier lugar, fue así que Ana, como muchas otras, quedó enamorada con locura de él, pero realizado su cometido, Luis perdió completamente el interés en ella. Abandonada e ignorada por su amado, la mujer no pudo soportar el dolor y se quitó la vida, no sin antes jurar que se llevaría al causante de tal pena, para estar juntos en la eternidad.
El día de muertos, cuando Luis volvía de sus noches de juerga, con unas copas de más, vio la hermosa silueta de una mujer, provocada por el cuerpo más divino del que hubiese podido imaginar, solo que el rostro no pudo verlo, pues llevaba un velo negro en señal de luto.
Luís quería acercarse, pero ella solo se alejaba más y más, hasta desaparecer. Cada noche, sucedió lo mismo, ella se dejaba ver a la distancia, pero no permitía que la alcanzara. Él pensaba que iba a morir de amor. Y pasó una semana: fecha en la que su difunta amante suicida cumplía un año. Al pasar por el panteón vio nuevamente a la mujer a que le robaba los suspiros, ella pedía a gritos ayuda, y él, no pudo desaprovechar la oportunidad. Al verlo venir ella dijo:

—Gracias al cielo alguien me ha escuchado.

—¿Por qué está usted en el panteón?

—Visito a mi hermana, que hoy cumple un año de muerta. Un mal hombre la enamoró y ella se mató por él, ¿Qué crees que se merece?

—Merece ser enterrado vivo con la mujer a la que hizo sufrir, para que ella lo pueda amar—dijo el hombre buscando complacer a la dama.

—Pues eso ha de pasar—dijo ella muy convencida, tomándolo de la cintura, y dejando caer el velo que cubría su rostro. De inmediato el tal Luis quedó impactado, tenía frente a él a la amante suicida, su cara estaba carcomida por los gusanos que formaban una montaña rusa a través de los orificios del cráneo… ella lo prensó en un abrazo mortal, para después hundirlo en la tierra junto con ella, para que le hiciera compañía toda la eternidad.
Se dice que desde entonces, en la fecha marcada, se escuchan los desgarradores gritos de un hombre, mientras una mujer canta una canción nupcial.

La Última Llamada 


Un hombre profundamente enamorado recibe la noticia de que su novia ha fallecido recientemente tras sufrir un ataque al corazón en su lugar de trabajo. Al día siguiente tras un emotivo funeral, agotado y aún llorando por la pérdida de su gran amor vuelve a su casa donde tras varias horas de llantos desconsolados empieza a recibir llamadas en su teléfono móvil. 

Cansado y sin ganas de hablar con nadie hace caso omiso a la insistencia de la persona que le llama y finalmente consigue dormirse. 

Al despertar revisa su teléfono y comprueba que las llamadas recibidas la noche anterior fueron realizadas desde el teléfono de su amada muerta. Asustado y confuso llama al número y sólo escucha quejidos ahogados y una débil respiración, la llamada se corta a los pocos segundos. 

Esa misma tarde se acerca al cementerio a poner una flores en la tumba de la fallecida y despedirse por última vez, mientras llora recordando a su amor se acuerda de las llamadas que recibió y prueba nuevamente a llamar al número de su novia pensando que algún familiar habrá guardado su móvil y trató de ponerse en contacto con él. 

Para su sorpresa al marcar el número se empezó a escuchar la melodía del teléfono de su pareja, un sonido casi imperceptible que pudo escuchar debido al silencio que reina en los cementerios. De inmediato sintió como un escalofrío recorría su espalda. 

¡ Su amada muerta le había estado llamando desde el más allá. ! 

Muerto de miedo y acobardado por la idea de estar solo cuando un espíritu le atormentaba, se acercó a uno de los empleados del cementerio que se encargaba de mantener en buen estado las tumbas. Tras contarle la historia el trabajador rápidamente avisó a sus compañeros que procedieron a desenterrar el ataúd de su amada. 

Lo que encontraron les heló el corazón, la mujer tenía las uñas totalmente destrozadas y todo el ataúd estaba manchado de sangre ya que se le habían desprendido de los dedos al tratar de arañar el sarcófago donde se encontraba encerrada. Al parecer había fallecido hacía pocas horas, al acabarse el aire que había en el espacio cerrado. 

Un análisis forense determinó que había sido enterrada con vida, al confundirse un ataque de catalepsia con un infarto que le había causado la muerte. Al despertar en el ataúd, horas después de ser sepultada, asustada trató de ponerse en contacto con la persona más cercana, su novio, pero éste al no atender las llamadas no sabía que estaba desaprovechando las pocas horas de aire de las que disponía su amada. Quien desesperada luchaba por salir del ataúd que poco a poco la dejaba sin oxígeno.


La mujer sin corazón




Había un feliz matrimonio, que se amaba como ningún otro, de aquella unión, nació una niña, que conforme crecía, desarrollaba un amor enfermizo hacia su padre y un odio desmedido por su propia madre. Constantemente le decía a su padre que quería casarse con él, y que deseaba la muerte de su madre para poder ser felices para siempre. La reacción del hombre era de enojo por supuesto, no quería pensar en una situación similar. Pero aquello no tardó mucho en cumplirse.
Durante el funeral, el pobre hombre se hacía pedazos del dolor, mientras la niña trataba a toda costa de esconder una sonrisa diabólica, que a duras penas contenía, pues sus sueños estaban convirtiéndose en realidad, parecía haber hecho un pacto con el señor de las tinieblas, ¿Cómo es posible tanta maldad en una niña tan pequeña?  Al pasar de los días, el hombre se sumía en una profunda depresión, pero no podía evitar notar que su pequeña mostraba total entereza ante el hecho, animándolo en todo momento. Sin saber que en realidad el buen ánimo de su hija se debía a saber que su madre ya no estaba.
Una tarde la niña salió al parque con sus amigas, y su padre le encargó un corazón de cerdo para la cena. Pero cuando terminó de jugar la carnicería estaba cerrada, así que tubo la macabra idea de profanar la tumba de su madre y arrancarle el corazón… Así tampoco dudo en comerlo durante la cena junto a su padre.
Cuando se encontraba en su cama, la niña empezó a escuchar un susurro, una tenue y familiar voz, parecía ir adentrándose en la casa, hasta en punto en que la niña alcanzó a escuchar: -Hija, ¡Devuélveme el corazón que me has robado!- junto a esta frase las escaleras crujían, unos pasos se aproximaban a la entrada… La perilla giraba lentamente, hasta que la puerta se abrió, el espectro de la madre entró en la habitación, extendiendo su dedo acusador hasta el corazón de la pequeña, que junto a un último suspiro de horror, dejó de latir… Murió de puro pavor.

Desde entonces se ha visto vagar al espíritu de “La mujer sin Corazón”, algunos dicen que sigue atacando a niñas para saciar su sed de venganza, otros dicen que simplemente llora por el amor perdido. Y que así seguirá por toda una eternidad.


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