lunes, 16 de enero de 2017

"La novia de Chucky"Elena Lobacheva


"Apuñalar al azar el cuerpo de un ser humano y verlo morir, me proporciona una sensación comparable con el placer sexual". 
Elena Lobacheva



Una pareja de asesinos seriales fue puesta bajo arresto en Moscú, el 20 de febrero de 2015. La pareja estaba integrada por Elena Lobacheva de 25 años y por su novio, Paul Voitov, de 20.

Su último ataque realizado en una portería, ocurrió 5 días antes, el 15 de febrero. La víctima elegida al azar, un barrendero, fue capaz de escapar del intento de asesinato gracias al uso de un destornillador que empleó para defenderse.

Si bien la víctima sufrió algunas puñaladas que lograron herirlo en la espalda, encontró la forma de llegar al hospital e inmediatamente fue atendido en una unidad de cuidados intensivos. Fue capaz de darle a la policía una buena descripción de la pareja y así, su relato colaboró en la identificación de los responsables. Pero detrás de este ataque, se escondía un trasfondo más profundo y violento.


Elena Lobacheva nació en 1989 en Moscú (Rusia). Desde niña fue solitaria con una marca tendencia a la violencia. A veces le gustaba maltratar a los animales, sobre todo gatos, y pasaba largas horas mirando películas de terror. Desde su infancia estuvo obsesionada con la película de 1998 “La novia de Chucky”, protagonizada por Jennifer Tilly, Brad Dourif y Katherine Heigl. Le gustaba tanto que inclusive se hizo un tatuaje en su hombro; su muñeca favorita siempre estaba con ella. Esa película se convirtió en una especie de instrucción para ella. 
 Elena compartía el departamento con su madre y su padrastro, los vecinos consideraban que ella era "amable y agradable". Pero la transformación oscura de la chica se iba reflejandose en su apariencia, además de los tatuajes, se afeitó la cabeza y a continuación comenzó a usar ropa militar. Según un informe, el cuarto de Lobacheva era desordenado y muy sucio. Había malos olores y objetos personales por todo el piso ", que compartía con un conejo como mascota. 

 La prensa rusa había estado en alerta durante el año 2014 por los numerosos crímenes cometidos por una pareja aún sin identificar, quienes atacaban a indigentes y hombres sin hogar de manera aleatoria. Los atacaban y asesinaban con múltiples puñaladas, por lo que fueron bautizados como: “los limpiadores”.


A los 15 años, Elena conoció a Paul Voitov de 19 años, se hicieron novios, ambos compartían el gusto por la violencia y el horror, para entonces, las fantasías homicidas de ambos se tornaban cada vez más serias. Según declararía Elena tiempo después, navegando por internet encontró “una página con instrucciones, paso a paso, para matar a la gente”. Ese mismo año, Anatoly Michalev, el alcalde de la ciudad siberiana de Chita, sugirió dispararles a las personas sin hogar con el fin de resolver los problemas asociados con ellos, las palabras que escucharon fueron"Por desgracia, no tenemos una licencia para dispararle a los indigentes, y ahora no hay otra maneras de deshacerse de ellos”. Entonces Ella y Paul decidieron probar la experiencia. 
En julio de 2014, dieron el primer paso, salieron a la calle vestidos de negro en busca de una víctima, y pronto la encontraron, este era un indigente que se les acercó a pedirles una moneda, lo que obtuvo de ellos fue una serie de cuchilladas, propinadas por Elena, el hombre quedó sobre el pavimento, mortalmente herido, desangrándose y quejándose. Ella siguió acuchillándolo hasta que estuvo segura de que estaba muerto, luego tomaron fotos con sus celulares y celebraron el evento emborrachándose juntos, pero lo que más atrajo la atención de la asesina fue lo que experimentó. Sobre eso, diría luego  "Apuñalar al azar el cuerpo de un ser humano y verlo morir, me proporciona una sensación comparable con el placer sexual". 

A partir de ese momento, ella y Paul se convirtieron en cazadores de indigentes. Se hacían llamar “La Banda de los Limpiadores”. Estaban dispuestos a que Moscú quedara libre de aquellos a quienes consideraban unos parásitos desarrapados. Durante ocho meses, utilizando una amplia gama de cuchillos, se dedicaron a recorrer las calles, acuchillando a los vagabundos y tomando fotografías y videos de los asesinatos.
Diez mendigos murieron de esa manera. Buscaban a sus víctimas en lugares aislados y los mataban durante la noche, el perfil de las víctimas hacía que a nadie le importasen esos crímenes; la policía no intentaba buscar al asesino, ya que se trataba de ciudadanos indeseables según la opinión de la sociedad. A veces miraban en la computadora las fotografías de todas sus víctimas, con los estómagos abiertos y partes del cuerpo mutiladas, y esto los excitaba sexualmente, contaron. 

Para el mes de Julio del año 2014, Elena Lobacheva y Paul Voitov ya habían asesinado a 12 hombres en Moscú, todos ellos vivían en la calle a excepción de uno, su último asesinato, que no tuvo como víctima a un indigente. Al parecer debido a una confusión, atacaron a Sergei Yevseyev, un trabajador de banco, quien se había detenido a descansar en la banca de un parque cuando iba de regreso a su casa.
El padre de la víctima declararía: "Mi hijo Sergei no era ni indigente, ni alcohólico, él trabajaba en un banco y se había reunido con un amigo en un bar local para charlar y tomar una copa. Después de salir de él, caminaba hacía su casa cuando lo atacaron, clavándole el cuchillo más de 107 veces”. 
Sergei Yevseyev, un empleado bancario de clase media a quien habían asesinado por error, fue apuñalado 107 veces.
No fue hasta esta muerte, que las autoridades comenzaron a preocuparse realmente por la ola de crímenes, en aquel entonces Anatoly Michalev, el alcalde de Chita (una ciudad siberiana) había recomendado a la ciudadanía disparar a los indigentes para acabar con el “problema” que representaban en la sociedad rusa.


Incitados por tales palabras, Elena Lobacheva y Sergei Yevseyev resolvieron lanzarse en esta cruzada y más tarde declararían a la policía que su motivación fue la de “limpiar la ciudad”, asesinando hombres sin hogar y también alcohólicos que encontraban de noche en las calles.

Los medios de comunicación la bautizaron como “La Novia de Chucky”. Paul Voitov declararía que Elena Lobacheva y él estaban en una cruzada para librar a la ciudad de vagabundos y alcohólicos. La pareja se enfrentó a la posibilidad de una sentencia a cadena perpetua. Olga Lobacheva, la madre de la asesina en serie, declaró que su hija no podía haber cometido los asesinatos: "Ella no pudo ser. Sí, es desordenada y sucia, pero es una buena persona. Siempre me da apoyo. No mataría a nadie. No hay ira en sus ojos”.
Por otra parte, Elena Lobacheva fue declarada como una “sádica sexual” ya que disfrutaba de fotografiar y filmar a los hombres muertos con “el estómago abierto por las puñaladas”. El 27 de febrero agregaría también que: “Apuñalar al azar el cuerpo de un ser humano y verlo morir, me proporciona una sensación comparable con el placer sexual”.

Apodada “La novia de Chucky” por ser fanática de la película y tener un tatuaje de este personaje en su brazo, estuvo durante 8 meses junto a su novio “limpiando la ciudad” para lo que emplearon una variada gama de cuchillos. El perfil seleccionado de las víctimas en un principio, no generó mayores investigaciones como mencionábamos anteriormente por tratarse de “ciudadanos indeseables” para la opinión de la sociedad.

Por lo tanto, debido a que asesinaron a un empleado bancario por error, por haber sido luego descritos por el barrendero municipal en otro fallido ataque, es que la policía comienza a movilizarse. Revisando asimismo las cámaras de seguridad del lugar, es que terminan de identificar a ambos sospechosos. Así es que fueron hasta la casa de Elena Lobacheva y los detuvieron, la pareja enfrenta actualmente la posibilidad de una cadena perpetua.
Sus víctimas fueron: SA Evseev (1979), Matitsyn VN (1982), Mitrushkin SN (1980), Sulimov AS (1962), Danilov GS (1986), Shitik AY (1978), Sultanov DB (1972), Pomogaev DO (1989), Volozhanin SD (1971) y Sano N. (1994)
Todas ellas bastante jóvenes según se puede comprobar gracias a los años de nacimiento,  hay dos víctimas que aún no han sido identificadas y al parecer, poco ha importado a las autoridades encontrar su identidad, aunque aparentemente pudieron ser más la cantidad de victimas.







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