En el mundo hay muchos lugares a los que se les
atribuye la presencia de espectros, personas que han muerto de manera violenta
o que se arraigaron a la vida y no
quieren irse, en estos lugares lo sobrenatural no tiene explicación lógica.
Pero una cosa son los rumores y especulaciones acerca de las voces y pasos que
se oyen o las sombras extrañas que deambulan en uno u otro lugar, experiencias
personales que podemos percibir pero no podemos comprobar que nos paso
realmente una experiencia paranormal y otra es cuando se logra fotografiar
estas presencias y ahí se vuelve más creíble.
La creencia en la existencia de fantasmas es un hecho
generalizado que se fija prácticamente en todas las sociedades del mundo.
Leyendas, cuentos populares, rumores y folklore referidos a ellos, testimonian,
directa o indirectamente que los fantasmas están ahí observándonos siempre.
Los fantasmas nos seducen, nos interesan, nos inquietan. No es
posible la neutralidad o la absoluta indiferencia cuando alguien instala el
tema en una mesa de discusión. Se les puede reverenciar, temer o rechazar, pero
nunca hacerlos a un lado sin algún comentario irónico, escéptico o crédulo.
Los fantasmas nos hablan de nosotros mismos. Sus apariciones son nuestros
propios reflejos.
Occidente ha tenido muy variadas entidades intangibles de su imaginario, una relación que se advierte cualitativamente cambiante en momentos determinados de su historia; y múltiples han sido los factores que se conjugaron para que los fantasmas sean hoy lo que la literatura muestra y mucha gente sostiene que son.
Los fantasmas, asimismo, pueden ser variables interesantísimas a la hora de reflejar las modificaciones en las sensibilidades colectivas, relacionadas con instituciones sociales muy caras del universo burgués (en especial del siglo XIX), tales como: la familia, el amor, la muerte romántica, el secreto y el individualismo.
Las apariciones piden, denuncian, exigen. Desenmascaran una intimidad hipócrita, egoísta y morbosa, que el grupo se ha cuidado muy bien de resguardar. Éste es quizás el motivo por el cual el concepto “fantasma” fue incorporado en algunas escuelas de psicología nacidas a fines de principios del XX.
1. El Majestuoso Hotel Viena
Lúgubre, Solitario, Hermoso, Majestuoso.
Así se ve el Gran Hotel Viena uno de los lugares con más actividad paranormal en el mundo.
La imaginación se dispara. Y como si fuera un portal a otra
dimensión, el viejo y destruido edificio desata los temores más primitivos e
irracionales.
El Gran Viena no admite que se lo ignore. Su mole gris, acariciada por las salinas aguas del Mar de Ansenuza, resiste cualquier desafío y llama la atención.
Varado como un enorme barco de cemento en una península no deseada, producto de las inundaciones destructivas de principios de los ’80 del siglo pasado, el Gran Hotel impone su perfil en el cielo nocturno, recortándose como un presidio gigantesco y tenebroso.
Su torre, algo inclinada hacia un costado para resistir el peso de una escalera exterior fuera de toda proporción, semeja un periscopio. Vigilante, intacta, es el mangrullo racionalista de un hotel asociado con los nazis. Un mirador, más propio de un campo de concentración que de un complejo hotelero de lujo de los años ’40.
Aparentemente sin vida. Ya nadie lo habita, ni lo habitará. Es
una ruina que lucha contra el tiempo, sabiéndose que es partícipe de una pelea
perdida desde el comienzo. La sal, la humedad, el sol, el calor y el frió, son
sus torturadores. Sus inquisidores fútiles que, por más que intenten rasgarlo,
partirlo, demolerlo de a poco, no pueden arrancarle sus misterios y sus espíritus
de pasado.
El hotel es un secreto. Un enorme enigma que sacude al visitante. Su solo perfil, visto desde el centro del pueblo de Miramar, es intimidante. Se burla de todas las preguntas sin respuestas que propios y ajenos se hacen cuando lo observan o visitan solo por unos pocos minutos.
Dicen que está embrujado. Que los espectros de sus antiguos vigilantes siguen custodiando los helados pasillos que lo recorren de punta a punta. Cuentan que han sido vistos por varias personas e incluso captados por alguna cámara o filmación.
La antigua recepción del Gran Viena, hoy abierta a la intemperie, se ve descascara y en ruinas. El piso se ha levantado y es más que deforme y escombros. Los techos, llenos de agujeros, dan reparo a decenas de palomas, que de noche, y con su ulular cansado, producen una extraña sensación de irrealidad. Las persianas que menean al son del viento que trae el mar, de tanto en tanto, desde algún recóndito recoveco del hotel, se puede oír una puerta o ventana que se cierra y se abre bruscamente por el fuerte viento que trae la marea o al menos ese es lo que se cree.
La zona aledaña al Viena está prácticamente deshabitada. No hay nadie afuera. Ni siquiera pescadores, que son los que por las noches buscan capturar pejerreyes grandes y terminan capturando historias sobrenaturales, sobre luces extrañas que merodean en el interior de ese hotel que casi les hace de muelle.
Creo que pocas cosas producen un impacto tan profundo como un
baño abandonado, con sus bañeras llenas de tierra y sus azulejos
desprendiéndose de las paredes. Sólo imaginar que en ese lugar alguien, alguna
vez, disfrutó del relajante efecto del agua caliente sobre su cuerpo, es
surrealista.
Inodoros y bidet fuera de lugar, arrancados por manos anónimas y dañinas. Canillas sin sus grifos. Pisos pelados. Techos venidos abajo. Todo es devastación y olvido.
La segunda planta, idéntica a la anterior, produce la sensación de estar asomándonos a un mundo espectral lleno de posibilidades macabras.
Martin Kruegger, un alemán que hiciera de jefe de seguridad del
Gran Viena durante sus años dorados. Según decían, su sombra era vista en más
de una ventana y no habían faltado inocentes e ignorantes turistas que, al
fotografiar al hotel, habían capturado la silueta errabunda del espectral
personaje.
Leyendas y Rumores.
La
encargada de la boletería del Gran Hotel me relató una historia de la que ella
misma fue protagonista: “Durante el verano pasado —enero o febrero de 2009—
subí al primer piso (del sector clase media) a cerrar las persianas y cuando
estaba haciéndolo, desde el interior de un placard ubicado a mi lado escuché
claramente una voz que me habló al oído. No entendí lo que dijo. Grité y bajé
llorando. Me caían las lágrimas. Desde entonces me da mucho miedo entrar sola
en el hotel. Subir, no subo más.”
¿Sugestión? ¿Un mero error?
Posiblemente.
Pero lo interesante es que muchos creen a pie juntillas en estas historias,
como la de ese plomero que, mientras arreglaba partes del hotel, salió
corriendo lleno de miedo, anunciando que “algo había” es ese sitio abandonado.
Otra historia digna de un filme
gótico de la productora británica Hammer es aquella que relata sobre los
misteriosos movimientos de un sillón de la habitación 61. Cuentan
que, personas allegadas al cuidado del hotel, encontraban regularmente un
sillón colocado mirando hacia la ventana que da al patio central. Como les daba
mucha impresión (“Era como si alguien invisible estuviera allí sentado, mirando
hacia fuera”), lo sacaban del sitio que tenía y lo colocaban apoyado contra la
pared. Lo sorprendente es que, al otro día, y sin que nadie —aparentemente—
mediara, el sillón volvía a aparecer en la posición anterior.
Nadie supo qué fue lo que pasaban, como tampoco nadie sabe hasta
ahora qué factor extraño es el que parece producir pasos por los pasillos de
los pisos superiores del sector de clase media.
Mi mujer y yo los escuchamos hace unas noches desde el hall de
entrada en la planta baja. En teoría no había un alma en el primer piso.
¿Cañerías conduciendo aire? ¿Pisos que se dilatan y crujen por la amplitud
térmica entre el día y la noche? ¿Una “ilusión óptica del oído”, como decía un
viejo paisano?
El contexto invita a tener la mente predispuesta a cosas
extrañas. Admitamos algo: no es común toparse con un gigantesco hotel en
ruinas, ni con una ciudad hecha escombros, debajo de una laguna.
En Miramar, los fantasmas del pasado están por todas partes.
En las últimas dos semanas del mes de junio de 2009, un equipo de cineastas norteamericanos desembarcaron en Miramar. Buscaban material para un documental de televisión y sorprendieron al pueblo por el organizado despliegue técnico que pusieron en marcha. El primer mundo descubría Miramar y los comentarios no dejaron de circular de boca en boca. La productora intentó imponer un férreo silencio en torno al trabajo, pero ya se sabe que “en pueblo chico, infierno grande”. Cuando llegué a Miramar, poco más de siete días después, las historias circulaban por todos lados.
¿Qué venían
a buscar, desde tan lejos?
¿Criminales
de guerra? ¿Testimonios que descubrieran algún nazi disfrazado de buen vecino?
¿Ustachas croatas sobrevivientes? ¿Imágenes para algún programa de ecología?
¿Flamencos?...
No. Nada de eso. Venían
por fantasmas.
Y parece que ellos sí los encontraron en el Gran Hotel Viena (ya todos sabemos lo fotogénicos que son los espectros, desde principios del siglo XX).
El tema estaba candente. Bastó con anunciar que iríamos al Gran
Viena por la noche para que los vecinos desembucharan típicas historias
sobrenaturales relacionadas con almas en pena. Naturalmente, los guías del
hotel han sido, desde siempre, los depositarios de la mayor parte de este
patrimonio intangible.
No hay película de terror que transcurra en algún hotel
tenebroso que no tenga una habitación embrujada, escenario de una pasada
carnicería o hecho truculento. Tampoco sus pasillos están ausente de fantasmas
de niños, ni espectros femeninos que se dejen ver deambulando en la oscuridad.
2. “Winchester Mystery House”
San José, California, Estados Unidos
La viuda de
Samuel Winchester, el inventor del rifle de repetición, Sarah Winchester mandó levantar una casa que se estuvo construyendo
durante 38 años sin parar hasta que el momento de su muerte, falleció con 82
años. Convencida por un medium de la época de que podía evitar que los muertos
por los rifles Winchester la visitaran buscando venganza en vida. Desde ese
momento en su casa no cesaban los ruidos de martillos, empleó durante años una
legión de constructores, carpinteros y decoradores en un proyecto sin fin.
Actualmente está convertida en una especie de parque temático: Winchester Mystery House.
La casa norteamericana más embrujada, la Misteriosa Mansión
Winchester, tiene 4 pisos, 467 entradas, 47 chimeneas y 2 espejos.-
Después de la muerte del heredero de
Ella creyó
que su única oportunidad para vivir una vida normal era la de construir una
casa de forma permanente. Si la casa nunca se terminaba, ningún fantasma podría
instalarse en ella. La casa contiene muchas características utilizadas para
atrapar o confundir a los espíritus. Hay puertas pequeñas o que no conducen a
ninguna parte, y ventanas que miran adentro de otras partes de la casa. Aunque
la mansión sea enorme, hay sólo dos espejos en el lugar. Esto se debe a que
Sarah creía que los fantasmas temían a su propio reflejo.
Luego de dirigir la continua construcción de la mansión durante 39 años, Sarah falleció mientras dormía a la edad de 82 años. Muchos acontecimientos extraños han ocurrido a través de los años y siguen reportándose actualmente. Los psíquicos han visitado la casa y creen que muchos espíritus deambulan por ella, ¡junto con el fantasma de Sarah Winchester!
Han habido muchos encuentros y sucesos inusuales incluyendo pasos, portazos, voces extrañas y las famosas manchas frías. Es una de las casas más raras, sino embrujadas, de Norteamérica.
Lugar raro si los hay,
Hay pocos sitios tan raros como esta mansión de estilo victoriano, en una esquina anodina de esta típica ciudad norteamericana, de calles anchas y ambiente tranquilo. Sin embargo, las sorpresas se suceden apenas cruzar el umbral. Así que, por las dudas, conviene tomar en serio la primera recomendación de los guías (la casa Winchester sólo se puede visitar acompañado): no desviarse nunca del recorrido propuesto porque nadie puede garantizar que el visitante perdido sea encontrado nuevamente.
Vista general de la misteriosa casa
Atraviese sus 160 habitaciones y enfréntese cara a cara con los
misterios y fenómenos extraños que dieron a la mansión su nombre; una ventana
construida en el interior del piso, escaleras que conducen a ninguna parte, una
chimenea que se alza cuatro pisos, puertas que al abrirse sólo dejan ver una
pared en blanco, los pilares al revés. Nadie a podido dar explicación a los
misterios que todavía ahora existen dentro de la mansión de Winchester.
Sarah
Winchester invertió su herencia de más de 20.000.000 millones de dólares para
construir la casa, su única obsesión, y así conseguir la paz eterna y apaciguar
a los malos espíritus.
Escalera de 13 escalones que no conduce a ninguna parte
Una visita a la casa del misterio de Winchester no es una visita
completa hasta que ha dado un paseo por los hermosos jardines victorianos que
la rodean. Sarah Winchester se tomo muchas molestias para que estuviera
perfecto y tuvo a ocho jardineros a jornada completa cuidando de todos y cada
uno de los árboles, plantas y flores importados de todas las partes del mundo.
Se encontrará cara a cara con grandes estatuas mitológicas y animales como
ciervos, cisnes, reptiles y varias especies más.
La obsesión
de la señora Winchester por lo sobrenatural se hace bien visible en los
jardines.
Pero
también se puede visitar la gran colección de rifles y el más famoso de la
historia, incluyendo el rifle de repetición que Oliver Winchester adaptó y
mejoró en el año 1866
El museo ahora exhibe artículos producidos en los años 20, ofrece al visitante la posibilidad de observar la colección de cuchillos Winchester, linternas, carruajes, y utensilios antiguos de la época.
Si tu objetivo es toparte ante lo sobrenatural no puedes dejar de visitar uno de los lugares más misteriosos de la historia, un lugar donde deambula la esencia de los espíritus, que según la viuda de Winchester están buscando venganza por haber sido víctimas de los míticos rifles del oeste.
Para entender algo de esta casa, hay que conocer la historia de su dueña, Sarah Winchester, que dedicó 38 años a hacer y deshacer habitaciones, puertas, escaleras y techos. Aunque la casa sufrió algunos daños serios en el terremoto de San Francisco de 1906, fue restaurada y hoy se pueden conocer las habitaciones y sectores principales, en visitas de una o dos horas.
Sarah, entonces una joven belleza de Connecticut, se había casado en 1862 con William Winchester, el heredero de la famosa fábrica de rifles a repetición que fue uno de los pilares de la conquista del oeste norteamericano. Cuando todo parecía encaminado -un matrimonio bien avenido en la alta sociedad de
Sin poder encontrar una razón natural para su tragedia, la buscó en lo sobrenatural. Y aconsejada por una médium de Boston, según la cual la pobre mujer estaba pagando las culpas de los Winchester, acosada por una legión de indios y soldados muertos por las balas de los rifles durante la conquista del Oeste y
Si les construía una casa especial para ellos, estaría a salvo mientras duraran las obras. En caso contrario, según la médium, sería la siguiente víctima de la lista. Cuánto de superstición y cuánto de desequilibrio había en Sarah Winchester, es difícil medirlo. Pero con su mudanza a una granja de ocho habitaciones en San José comenzó la leyenda de
Sarah murió en 1922. Entonces la casa, que había llegado a tener entre 500 y 600 habitaciones, tenía 160 cuartos, con 2000 puertas, 10.000 ventanas, 47 hogares, 47 escaleras, 13 baños y 6 cocinas.
La habitación donde dormía Sarah Winchester
Se dice que ya anciana, pero siempre con una memoria prodigiosa,
podía recitar uno a uno los objetos de cada habitación. Pero no es eso lo más
curioso, sino una serie de rarezas en la construcción que nunca pudieron ser
bien explicadas. Hay escaleras en forma de Y, escaleras con numerosos
escalones, pero de pocos centímetros de altura cada uno, y escaleras que llevan
a la nada.
A través de las paredes
También aparece durante el recorrido una notable obsesión con el número 13: hay 13 baños (al decimotercero se llega subiendo 13 escalones, y cuenta con 13 ventanas), todas las rejillas de desagüe tienen 13 agujeros, muchas ventanas están compuestas por 13 paneles, el pavimento de la entrada está dividido en 13 sectores, y en el dormitorio de Sarah hay un armario con 13 ganchos donde se colgaban 13 vestidos. Los que usaba durante sus sesiones de espiritismo. La lista de otros 13 es larga: 13 cúpulas de cristal, escaleras de 13 escalones, 13 partes en el testamento de la dueña de la casa, que fue firmado 13 veces.
Más allá de las curiosidades y supersticiones, la casa es un tesoro histórico de decoración y arquitectura, por muchos dolores de cabeza que probablemente le haya costado al arquitecto encargado de seguir los caprichos de Sarah. De los pisos de marquetería, que llevaron 33 años de trabajo exclusivo de un artesano, a los remates de bronce, todo parece salido de la más curiosa tienda de antigüedades.
Se dice que la mujer era capaz de pasar a través de las paredes, pero una revisión minuciosa de la casa permite descubrir que había varios escondites secretos para controlar el trabajo del personal sin ser vista: de ahí al don de la ubicuidad había un solo paso.
Sara Winchester temía que los espíritus de las personas que habían muerto por las armas creadas por su esposo volvieran de la muerte a vengarse. Pero no hay datos alguno de fantasmas, aunque la misma Sara se dedicara continuamente a realizar sesiones espiritistas. Ella construyó la casa tan caprichosamente sólo para despistas a los posibles espíritus que vinieran a perturbarla. Pero más allá de ser una construcción interesante y retorcida, nada mas hay.
3. El sanatorio
de Waverly Hills
Louisville, Kentucky, Estados Unidos
Es uno de los lugares más espeluznantes y sombríos
en Estados Unidos. Solía ser un sanatorio para enfermos de tuberculosis. Se
volvió famoso por el “túnel de la muerte”, el pasillo por el cual los empleados
en secreto sacaban los cuerpos de los fallecidos para que sus compañeros no se
dieran cuenta de su muerte. Precisamente en ese túnel más adelante se empezaron
a ver los fantasmas. Además
de los espíritus de los enfermos, en una de las habitaciones vive el espíritu
de una enfermera, quien estando embarazada descubrió que estaba enferma de
tuberculosis y se colgó del cuello.
Waverly Hills Sanatorium, el Hospital de
los Muertos
A principios del año 1900, el condado de Jefferson, Kentucky, Estado Unidos, fue devastado por un brote de tuberculosis, que dio lugar a la construcción de un nuevo hospital llamado el Sanatorio Waverly Hills.
Fue diseñado para albergar hasta 50
pacientes inicialmente, pero debido al gran volumen de personas infectadas
llegó a tener a más de 400.
El sanatorio funcionó por poco más de 50 años hasta que finalmente fue cerrado debido a las precarias condiciones en las que se trataban a los enfermos.
Se estima que alrededor de 6.000 personas murieron durante su funcionamiento y no precisamente por la enfermedad.
Pacientes del Sanatorio de Waverly Hills
Es aquí cuando la historia comienza a tornarse más
oscura aún, ya que es bien sabido por todos los lugareños, de que los pacientes
que entraban en aquel lugar, sufrían a menudo por los dolorosos tratamientos
que recibían, tales como electrochoque y cirugías experimentales que van mucho
más allá de la imaginación.
¿Y a que debe su fama este antiguo sanatorio?
Su fama se debe al «túnel de la muerte», el cual era
un pasillo que en sus inicios se utilizaba para recibir los suministros en
temporada invernal, pero usualmente era utilizado por los empleados que de
manera secreta, sacaban a los cuerpos de los fallecidos para que los demás
enfermos no se dieran cuenta de su muerte. Y es precisamente ahí donde más
adelante comenzaron a ver fantasmas deambulando y lamentándose por cada
recoveco.
Tunel de la muerte
La habitación 502
A demás de este túnel, se cuenta de que
en la habitación 502 se encontró el cuerpo de una de las enfermeras que se
había suicidado al enterarse de que había contraído la enfermedad. Ésta, al
encontrarse embarazada y sabiendo lo que le deparaba su destino, optó por la
decisión más fácil, quitarse la vida.
Hasta el día de hoy se escuchan sus lamentos rondando por la habitación 502 e incluso han logrado capturarla en fotografía.
4. - El hotel Stanley
Es muy conocido mundialmente por haber inspirado a Stephen King
para escribir su novela de terror El resplandor.
Situado en
las Montañas Rocosas de Colorado, una fama fantasmagórica le persigue durante
años, y se fue acrecentando desde la publicación de la novela de King en 1977.
En los últimos días, el hotel
Stanley ha vuelto a los titulares tras la publicación de unas fotografías en su
interior tomadas por el publicista Henry Yau con su teléfono móvil. Cuando
repasó las imágenes tomadas, Yau reparó en la figura de una mujer en la
escalera principal, vestida con ropa de otra época, y a la que asegura no haber
visto cuando tomó la fotografía.
Yau se apresuró a publicar la imagen en las redes sociales,
desde donde ha suscitado una gran controversia. ¿Se trata de un montaje, forma
parte de una nueva campaña de marketing o es un auténtico fenómeno paranormal?
Según relata el diario ABC, el hotel Stanley es santuario de
peregrinación de muchos estudiosos de este tipo de fenómenos. Algunos de ellos
aseguran que en este espacio hay una actividad paranormal importante, y afirman
que la pareja que fundó el alojamiento continúa su labor eterna.
5. La penitenciaría Eastern State
(Pensilvania, Estados Unidos)
Edificada en 1829, es una antigua
penitenciaría ubicada en la ciudad de Filadelfia. Se hizo conocida por el hecho
de ser la primera cárcel que introdujo el aislamiento, o, como se solía decir,
el Sistema de Pensilvania. El aislamiento de los prisioneros suponía una forma
de su rehabilitación. Los reos estaban completamente apartados: vivían, comían
e incluso hacían ejercicios a solas, en sus propios patios individuales. Cada
vez que un preso abandonaba su celda, se le ponía una capucha negra en la
cabeza, para asegurar que permanecía en reclusión.
Debido a los duros métodos utilizados en
Eastern State, muchos de los reclusos terminaron afectados por la locura, y, en
consecuencia, el Sistema de Pensilvania fue descartado en 1913. Desde entonces,
hasta el 1970, el edificio cumplía la función de una cárcel común, donde
permanecían p. ej. Al Capone o Willie Sutton.
Las informaciones de acontecimientos
sobrenaturales datan desde los años 40, pero incluso cuando la prisión terminó
abandonada (en 1971) las experiencias de este tipo aparentemente incrementaron.
Los datos incluyen:las figuras de unas sombras que se dan vuelta rápidamente
cuando uno se les acerca; una figura oscura vista en ocasiones en la torre de
guardias; el cotorreo maligno que llega desde la celda número 12; figuras
sombreadas deslizándose por las paredes de la celda número 6; caras fantasmales
en la celda número 4; sonidos extraños, tales como el ruido de pasos
incorpóreos, conversaciones distantes y golpes en las puertas de celdas.
6. Queen's
House (Casa de la reina)
Greenwich, Londres,
Reino Unido
Esta
casa blanca decorada con ébano fue el lugar del encarcelamiento de Ana Bolena,
Catalina Howard (la quinta esposa de Enrique VIII), Lady Jane Grey y la Reina Isabel I. Hasta
hoy en día por la escalera de tulipanes pasea de vez en cuando el fantasma de una
dama gris (no se sabe cuál de las prisioneras sería).
En 1966 el fotógrafo Ralph Hardy logró capturar la silueta de la fantasma subiendo las escaleras. Los expertos de Kodak determinaron que la foto era auténtica. Además de la dama gris, en Queen´s House hay otras anomalías: se escucha el canto de un coro infantil y de repente aparece el fantasma de una mujer que limpia la sangre del suelo.
En 1966 el fotógrafo Ralph Hardy logró capturar la silueta de la fantasma subiendo las escaleras. Los expertos de Kodak determinaron que la foto era auténtica. Además de la dama gris, en Queen´s House hay otras anomalías: se escucha el canto de un coro infantil y de repente aparece el fantasma de una mujer que limpia la sangre del suelo.
7. Casa de Amityville
A finales de la década de los setenta, la
película Terror en Amityville dio a conocer una de las casas encantadas más
populares de la historia. El film de Stuart Rosenberg ilustraba las peripecias
del matrimonio formado por George y Kathy Lutz, una pareja que en diciembre de
1974 se mudó a un enorme caserón de la localidad neoyorquina de Amityville. La
casa había sido testigo de un terrible hecho: el 13 de noviembre del mismo año,
Ronald “Butch” DeFeo mató a tiros a los seis miembros de su familia. El chico
tenía 17 años. Poco tiempo después de su llegada, los Lutz comenzaron a
experimentar una serie de fenómenos extraños: puertas que se abrían solas,
manchas en las paredes y la presencia cada vez más fuerte de una entidad
desconocida que se iba apoderando del padre sembraron la inquietud en el seno
de la familia, que acabó abandonando la casa. En la actualidad existe una
grandísima controversia en torno a la veracidad de los testimonios de los Lutz.
8. El escalofriante Hospital
Psiquiátrico de Kings Park
Este fue un
hospital psiquiátrico. En la época actual se encuentra en un estado de
abandono. Está localizado en el área Kings Park/Stony Brook, en Nueva York
(EEUU).
Dentro del amplio rango en el que se pueden encuadrar los lugares
abandonados, sin duda los hospitales y psiquiátricos poseen el primer puesto
por lo espeluznante y macabro de los escenarios en los que se transmutan con el
paso de los años. El Centro Psiquiátrico Kings Park ubicado en
la ciudad de Nueva York, en un entorno rural del condado de Suffolk, es una
institución mental abandonada que se cree está embrujada. Cuenta con mas de 150
estructuras haciendo de este hospital una comunidad auto-suficiente, incluyendo
una planta de energía, una estación de tren para transportar pasajeros, una
zona para enfermos de tuberculosis y otra para veteranos de guerra, entre muchas
otras. Muchos pacientes murieron a manos de sus compañeros
y sus muertes fueron cubiertas en los registros por el personal para ahorrarse
papeleo e investigaciones innecesarias; otros se perdieron en el inmenso bosque
que rodea al hospital y jamas fueron encontrados. Otros tantos se ahogaron
en el estrecho de Long Island y fueron listados como "desaparecidos",
habiendo en total mas de 400 muertes o desapariciones a lo largo de la historia
de el enorme hospital. El colosal Hospital
Psiquiátrico cerró sus puertas en el año 1996 y sus terrenos fueron abandonados
para siempre. (a excepción de 2 edificios alejados de las estructuras
principales que hoy en día aun alojan pacientes). En los túneles debajo del
hospital se han descubierto cámaras de tortura donde los pacientes eran
retenidos contra su voluntad, también se dice que se escuchan voces y gritos en
el laberinto de pasillos subterráneos de este gigantesco hospital.
El edificio 93 es el mas grande del complejo y es llamado por los
locales "el Corazón Latente del Hospital", cuenta con 13 pisos de
altura y albergaba en ese entonces la mayor cantidad de pacientes cuando el
hospital estaba en su mayor apogeo. Hace unos años un chico de
17 años llamado Thomas Geier se adentro junto a un grupo de amigos en el
hospital pero solo el fue lo suficientemente valiente para subir a la cima del
edificio 93.
Al llegar
allí comentó que una extraña sensación de desorientación lo invadió, quizo
llegar al pasillo por donde había entrado pero en lugar de eso se encontró con
otro pasillo que tenía una inscripción apenas visible en la oscuridad:
"Encuentra el Pecado Aquí". Corrió asustado por medio de los oscuros
pasillos del hospital intentando hallar la salida, mientras sentía como si
fuese perseguido por alguien; pero en medio del laberinto de puertas y
corredores Thomas se perdió. Después de un tiempo,
logró encontrar una salida y al cerrarla descubrió una inscripción en la
puerta.
Ésta había
sido escrita con aerosol, y se podía leer: "Maldad Adentro". Su historia es una de las tantas que rodean este
enigmático hospital que hoy en día sigue de pie debido a los altos costos que
tendría que pagar el gobierno para demolerlo, más de 80 millones de dólares.
Estuvo operando
desde 1885 hasta 1996, es ahí cuando el estado decide cerrarlo definitivamente.
Las personas
que pasan o transitan por el área han reportado haber escuchado gritos y
alaridos de dolor provenientes del interior del inmueble derruido y desvencijado.
En muchas
ocasiones se reciben testimonios de apariciones fantasmales o gente que asegura
escuchar alaridos de dolor provenientes de antiguos edificios, hospitales y
sanatorios. El caso de Kings Park Psychiatric Center parece ser uno de ellos. Un
lugar que acogió a un sinnúmero de personas aquejadas de enfermedades mentales.
El dolor y sufrimiento de la gente habría quedado impregnado en sus paredes y,
cada cierto tiempo, dejan escucharse nuevamente, como recordatorio de aquellos
duros años de estadía en este psiquiátrico.
El edificio
esta programado para ser demolido a futuro.
El acceso al
lugar está limitado y prohibido por la ley.
9. Hospital Newsham Park Orphanage
Liverpool
El rostro fantasmal en el orfanato
abandonado
El edificio no sólo fue un orfanato, también fue el
Hospital Newsham Park, además de un hospital psiquiátrico antes de que fuera
finalmente cerrado por el ayuntamiento en 1997. El rostro fantasmal, que fue
capturado a través de Google Street View, llamó la atención de varias personas
que informaron al medio británico Liverpool Echo, diciendo que el rostro
parecía ser el de una niña fantasma llorando en la ventana.
Pero esta no es la primera vez que ha sido visto un
fantasma en la propiedad, muchas personas han informado sobre avistamientos de
fantasmas en la planta superior y en una de las salas. Las personas que han
visitado el orfanato abandonado han afirmado oír extraños ruidos, además de una
sensación de miedo y de tristeza mientras se encontraban en el edificio.
Algunos expertos en lo paranormal han realizado investigaciones y han
conseguido sorprendentes evidencias de la existencia de fantasmas, como voces
fantasmales, orbes que aparecían y desaparecían misteriosamente y una niebla
blanca.
Incluso si nunca hubiera habido avistamientos de
fantasmas, el orfanato abandonado en la actualidad parece un lugar aterrador.
Con capacidad para 400 huérfanos (y décadas después para 400 pacientes
psiquiátricos), el edificio abandonado es de la época victoriana e incluye un
gran salón de actos, un depósito de cadáveres, largos corredores y enormes
dormitorios, un total de nueve pabellones psiquiátricos independientes, salas
de tratamiento, una amplia cocina con lavadero, además de que los pisos están
conectados entre sí por escaleras de caracol con rejas anti-suicidio.
Rostro fantasmal antiguo orfanato abandonado
Y en el piso superior se encuentran perfectamente
alienados los llamados 14 armarios “traviesos”. En estos armarios los niños que
eran considerados rebeldes eran castigados encerrándolos en su interior sin luz
durante varios días. Es en esta zona donde han ocurrido la mayoría de
avistamientos de fantasmas, en su mayoría figuras fantasmales de niños
corriendo y llorando.
Después de que la imagen fuera publicada en los
principales medios de comunicación y en las redes sociales, muchos residentes
cerca del lugar afirmaron ver rostros parecidos cunado pasan por el orfanato
abandonado. Algunas personas escogen otras calles para no pasar cerca del
edificio, ya que dicen escuchar voces en su interior, y en otros casos incluso
han llegado a ver rostros parecidos a la de la imagen de Street View.
Expertos en imágenes se han quedado sorprendidos por
el rostro, y aunque algunos han sugerido que simplemente se trata de un
fenómeno óptico causado por las cámaras de Alta Definición, otros no han podido
dar una explicación racional a la aparición. Pero todos han coincido que no se
trata de ninguna manipulación realizada con programas tipo Photoshop.
¿Qué piensas sobre el rostro de la niña fantasma? ¿Es
una evidencia de que el orfanato abandonado está realmente embrujado?
10- El medico fantasma del hospital St. Thomas
Jamie-Leigh Brown, de 21 años, había decidido visitar
junto con sus amigos el antiguo hospital de St. Thomas en Stockport,
Inglaterra, un lugar que los residentes consideran embrujado. Jamie simplemente
quería divertirse mientras recorría el fantasmagórico hospital embrujado,
aunque la historia del edificio es cualquier cosa menos divertida.
“Sólo habíamos decidido visitar el hospital para
divertirnos y ver todo el lugar”, explicó Jamie-Leigh. “Pero comenzamos a
escuchar ruidos por encima de nosotros y oímos como pasos, pero no vimos nada
en realidad.”
Jamie-Leigh se encontraba en uno de los pasillos
vacíos del Hospital St. Thomas cuando decidió hacer una fotografía. Pero como
estaban tan asustados por los extraños sonidos que procedían del piso superior,
ella y sus amigos no comprobaron la imagen en ese mismo momento. Lo que
hicieron fue salir corriendo del edificio, pero cuando Jamie-Leigh llegó a su
caso vio aterrorizada una figura espectral en el fondo de uno de los pasillos.
Según se puede apreciar en la imagen, hay una figura
fantasmal detrás del hueco del ascensor, justo sobre el hombro del amigo de
Jamie-Leigh. Ni Jamie-Leigh ni sus amigos habían estado en esa zona, y de hecho
estaban todos tan aterrorizados escuchando los ruidos inexplicables que lo
único que deseaban en ese momento era salir del edificio lo antes posible.
“Realmente me asusté”, dijo Jamie-Leigh al The Sun,
quien cree que podría ser el fantasma de un médico que aún se encuentra en el
hospital. “Está de pie en el hueco del ascensor. Es realmente aterrador pensar
que mi amigo se estaba dirigiendo hacia la zona donde estaba el fantasma.”
Según Daily Mail Online, el hospital St. Thomas, anteriormente
conocido como Hospital de Shaw Heath, cerró sus puertas hace más de una década
después de tratar a miles de pacientes psiquiátricos en los últimos años. El
edificio también fue “una casa de trabajos forzados” construida en 1841 con
capacidad para 690 reclusos. En 1894, el British Medical Journal creó una
“comisión” para investigar las condiciones de trabajo, descubriendo que los
reclusos vivían “como en latas de sardinas”.
Entonces se construyó un hospital en 1905,
convirtiéndose en el Hospital Shaw Heath, antes de convertirse en el St.
Thomas. Desde su cierre en 2004, el edificio fue adquirido por la Universidad Stockport
como parte de su proyecto de expansión. Y hace tres años el edificio fue
protagonista de un episodio del programa de televisión paranormal “Most
Haunted”. En el capítulo, aseguraron que ha habido otros avistamientos de
figuras macabras en el lugar, incluyendo una “mujer vestida como enfermera o el
fantasma de una monja”.
Al llegar allí comentó que una extraña sensación de desorientación lo invadió, quizo llegar al pasillo por donde había entrado pero en lugar de eso se encontró con otro pasillo que tenía una inscripción apenas visible en la oscuridad: "Encuentra el Pecado Aquí". Corrió asustado por medio de los oscuros pasillos del hospital intentando hallar la salida, mientras sentía como si fuese perseguido por alguien; pero en medio del laberinto de puertas y corredores Thomas se perdió. Después de un tiempo, logró encontrar una salida y al cerrarla descubrió una inscripción en la puerta.
Ésta había sido escrita con aerosol, y se podía leer: "Maldad Adentro". Su historia es una de las tantas que rodean este enigmático hospital que hoy en día sigue de pie debido a los altos costos que tendría que pagar el gobierno para demolerlo, más de 80 millones de dólares.
Las personas que pasan o transitan por el área han reportado haber escuchado gritos y alaridos de dolor provenientes del interior del inmueble derruido y desvencijado.
En muchas ocasiones se reciben testimonios de apariciones fantasmales o gente que asegura escuchar alaridos de dolor provenientes de antiguos edificios, hospitales y sanatorios. El caso de Kings Park Psychiatric Center parece ser uno de ellos. Un lugar que acogió a un sinnúmero de personas aquejadas de enfermedades mentales. El dolor y sufrimiento de la gente habría quedado impregnado en sus paredes y, cada cierto tiempo, dejan escucharse nuevamente, como recordatorio de aquellos duros años de estadía en este psiquiátrico.
El edificio esta programado para ser demolido a futuro.
El acceso al lugar está limitado y prohibido por la ley.
Excelente!
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