La mujer del velo era un personaje muy
querido del pueblo “Mesa Grande”, había estado ahí desde siempre, incluso los
más ancianos la recordaban de su niñez, yendo y viniendo por las callejuelas
empedradas, asistiendo a la iglesia, realizando las compras en el mercado y
participando en todas las actividades sociales del lugar. Los niños en espacial
adoraban sus galletas, las cuales colocaba en una mesita del porche, para que
ellos las tomaran de paso a la escuela que estaba al final de la calle.
A pesar de todo esto, su rostro seguía
siendo un misterio, todo el tiempo lo cubría con el velo, y aunque existía
cierta curiosidad por este hecho, al final las personas se acostumbraban,
tomándolo como algo muy natural. Era lo mismo con cada generación, los niños
preguntaban porque la señora no mostraba su cara, a veces querían verla, pero
al paso de los días, la tela que la cubría pasaba a segundo plano, y solo se
interesaban por las atenciones que ella brindaba.
En general su vida en el poblado había
sido tranquila, aparentemente ella disfrutaba mucho vivir ahí, levantarse
temprano por las mañanas, sentarse en el parque para alimentar las palomas y
saludar a sus vecinos. Luego volvía a su casa para hornear un rato e inundar las
calles con provocativos aromas antes del atardecer. Terminaba su día asistiendo
a misa de siete, y después de despedirse de mano de la mayoría de las personas,
emprendía camino, pasito a pasito, siempre acompañada de algún buen samaritano,
el cual esperaba hasta que ella estuviera a salvo dentro de casa.
Desafortunadamente, las cosas no pueden
ser siempre tan perfectas, y un día, un chiquillo maleducado hizo el plan
perfecto para arrebatarle el velo mientras estaba ocupada en la kermese del
pueblo repartiendo sus postres. Peor fue, que lo lograra, en ese momento todo
el barullo cesó súbitamente, todos y cada uno de los habitantes del pueblo
detuvieron sus actividades, para voltear donde la amable señora, lo primero que
llamaba la atención era la mantilla que volaba lentamente lejos de ella,
empujada por un viento suave que soplaba solamente a su alrededor.
En cuestión de segundos, empezaron a
surgir muecas de asombro, desagrado, hasta terminar el terror y pánico, pues la
adorable anciana se despojaba de sus ropas dejando ver un atuendo más acorde
con su semblante descarnado, no podía ocultarlo más, su secreto había sido
descubierto junto con su verdadero rostro, y no tuvo más remedio que hacer su
trabajo, tomando su guadaña con mucha tristeza, empezó la cosecha de almas, se
llevó al pueblo entero, todas esas personas con las que había convivido tanto
tiempo, pues no quería correr el riesgo de que se propagara la noticia, de que
la muerte habita con nosotros.
El Origen de “El sonriente. “Basado en
una leyenda urbana”
Escrita por L.C.D
Cuando las noches eran particularmente
frías, A Tomás le gustaba salir al bar donde se juntaban la mayoría de los hombres
a beber tantas copas de whisky como le fuera posible, con la excusa de que debía
calentar el cuerpo, jugaban al póker, hablaban de mujeres, pero Tomás no tenía
ninguna historia que contar solo se sentaba ahí bebía y se reía de lo que
escuchaba, cuando ya estaba borracho los hombre del bar, se burlaban de él le
pedían que cuento chiste, Tomas no era nada gracioso y sus chistes eran muy
malos, esa era su rutina diaria, trabajaba en una radio local como extra junto
a un grupo de mujeres hacían las risas de fondo de los comediantes, en varias
ocasiones le había enseñado sus chiste al locutor estrella pero este se burlo
de él diciéndole que jamás podría tener una enorme sonrisa y un gran carisma
como él . Esa era una rutina por veinte años todos los días eran iguales, Tomas
soñaba con conducir el programa de la tarde y hacer reír a todas las familias
del pueblo años. Pero a veces los sueños no pueden hacerse realidad, una noche
Tomás salía del bar, a eso de las tres de la madrugada, el frío era intenso,
había comenzado a nevar, la borrachera era tal que el pobre caballero cayó de
cara al suelo, el frío extremo y la borrachera le provocaron un derrame cerebral,
pero este episodio no acabo con su vida después de meses de rehabilitación logro
caminar, la parálisis en su rostro lo
dejó con una gran sonrisa y los ojos muy abiertos tanto que no podía casi
cerrar la boca ni los ojos.
Paso encerrado en su departamento unos meses, en los cuales tomaba clases de baile de la tv, ahora quería agregar a su rutina de chiste un baile estilo cantando bajo la lluvia, una noche cansado del encierro el hombre volvió a visitar el bar como solía hacerlo de manera habitual, se sentó en la barra y pidió un trago, todos lo miraban, con el correr de los días sus conocidos rápidamente le apodaron “El sonriente”, utilizando aquello como tema central para todas las bromas, cuando estaba ebrio lo hacían bailar, Tomas aún no se daba cuenta y el bailaba durante largos minutos.
Al verlo ir y venir tambaleándose por
las callejuelas, entonando canciones que solo el entendía, las personas no
hacían más que burlarse sin limitarse, incluso habían empezado a gastarle
bromas pesadas, cuando se quedaba dormido en alguna esquina, tirado en la
acera, escondían sus zapatos, robaban su botella de alcohol, lo apodaban el
sonriente, el payaso borracho, el cara torcida y demás. Una Noche las bromas
llegaron demasiado lejos, y un hombre lanzo sobre el una botella de vodka,
Tomas Salio molesto del bar y unos jóvenes lo vieron caer en la esquina,
entonces intentaron jugarle una broma pesada, la ultima idea de los humoristas,
fue ponerle una vela mientras yacía
tirado en el suelo, esperando que, al despertarse, se llevara el susto de su
vida, pensara que estaba siendo velado porque había muerto, sin embargo, la
sorpresa fue para ellos, encendieron la vela y al instante Tomas giró dormido
sobre ella y enseguida las llamas lo envolvieron, mientras que las personas
veían el suceso, llenos de asombro, algunos incluso entrando en pánico. Al
consumirse la última llama, no había nada más que ver, el sonriente se había muerto.
Las autoridades concluyeron que había
muerto, para ellos fue sencillo explicar el hecho, el pobre borracho murió
porque estando ebrio y empapado en alcohol quizás intentando encenderse un
cigarrillo se prendió fuego, Tomas no tenía amigos ni familia era un hombre muy
solo, el caso fue archivado. Tomas paso a ser “El sonriente” pues había
personas que aseguraban haberlo visto por la madrugada cerca de las calle donde
murió y que fueron perseguidos por él, el hombre los seguía calle por calle
bailando y enseñando una gran sonrisa, Tomas siguió realizando su rutina en las
calles, un año después de su muerte encontraron al conductor estrella de la
radio local muerto en su cama, este tenía tallado sobre su rostro una sonrisa
sangrienta y había algunos testigos que decían haberlo visto correr por la
calles desesperado diciendo que “El sonriente bailarín lo seguía” cuenta la
leyenda que una vez que el sonriente se cruza en tu camino tu destino ya esta
marcado, solamente tu podrás verlos, te dará un gran baile y en la oscuridad de
tu alcoba escucharas una risa en la oscuridad, no habrá vuelta atrás el
sonriente solo quiere ver tu rostro tan feliz como el suyo.
Si te gusto esta estrada dame like y compartilo con tus amigos de facebook, te deseo unas eternas lunas
L.C.D
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