No tenemos remedio, si hay
algo que nos gusta es pasar miedo…. Nos encanta eso de que se nos pongan los
pelos de punta… Si no dime…¿por qué nos vuelven locos las películas de
terror?…. ¿Por qué las historias de miedo son las protagonistas indiscutibles
las noches de amigos?.. ¿Por qué siempre conocemos a alguien que “conoce a
alguien” que ha vivido alguna de esas extrañas historias que erizan la piel?
¿Porque nos apasionan los cuentos de terror? Aquí les traigo algunas leyendas
urbanas para pasar una noche de miedo, nos asusta lo desconocido cuando en
realidad el terror esta dentro nuestro.
El rompecabezas maldito
Una familia compró un rompecabezas de madera en una
tienda de antigüedades. Armar puzles era su pasatiempo favorito; solían
presumir de haber completado, a veces en una noche, paisajes y demás figuras de
más de mil piezas.
Eran los típicos rompecabezas que puedes comprar en
cualquier parte, esos que en la caja muestra la imagen final después de unir
todas las piezas.
Esta vez, notaron que aquel rompecabezas, parecía
llevar allí mucho tiempo, la caja era muy antigua y no tenían manera de saber
qué imagen obtendrían.
El dependiente, era un señor muy mayor educado y aparentemente muy sabio, trató de disuadirlos de comprar aquello, la razón no era que no quisiera venderlo, sino la leyenda que circulaba en torno al rompecabezas.
A la familia solo tenía ojos para aquel puzle y no prestó atención al anciano… Solo oyeron frases “se termina en una noche”, “el resultado es más que una sorpresa” pero no le dieron importancia. Asintieron al enterarse de que, al parecer, su creador había sido un criminal ejecutado en Baviera por crímenes singularmente horribles…. oyeron, pero no escucharon.
Llegaron a casa al final del día, el momento perfecto para empezar.
Abrieron su mesita de los puzles y pusieron al lío… emocionados y deseando ver la imagen final.
Al principio hablaban entre ellos, pero poco a poco los iba atrapando y se sumieron en el silencio. Estaban ansiosos por ver el final. Como siempre, esperaban dar forma a un castillo, un paisaje campestre o, en todo caso, una famosa pintura.
Su nerviosismo les llevó a la obsesión
con terminar.
Las piezas de madera, eran perfectas, fabricadas con un gusto exquisito y aparentemente eran infinitas, pasaban rápidamente por sus manos y se iban incrustando en el lugar correspondiente, algo por un lado normal, dada su experiencia con los rompecabezas.
La familia tenía una mascota, un perro faldero, que ladró numerosas veces al escuchar ruidos; pero sus dueños, concentrados en exceso, ignoraron las advertencias del animal.
Cada vez era más evidente lo que representaba el
rompecabezas, pero alguna fuerza inexplicable les impedía dejar lo que estaban
haciendo.
Ya se habían reconocido, incluyendo al perro, y quizá la curiosidad los movía a completar la obra para saber si en la escena aparecía alguien más.
No apareció nadie…….
Los cadáveres, brutalmente mutilados, de la familia y la mascota fueron hallados en la cocina, reproduciendo perfectamente el rompecabezas que terminó adornando el centro de la sala. La policía fue incapaz de deducir lo ocurrido y, desde luego, jamás encontró al responsable……
El destino del rompecabezas es
desconocido…. quizá esté por ahí, en algún mercadillo, esperando que alguien lo
compre de nuevo ”
Habrá que tener cuidado con lo que se
compra por ahí, y sobretodo siempre hacer caso de las advertencias de quien
nos avisa del peligro….
En San Gregorio, localidad cercana a Venado Tuerto, Provincia de Santa Fe, sus pobladores relatan que una mañana de cerrada llovizna, un abastecedor del frigorífico Maru de Rufino encontró en la ruta
Cuentan
los vecinos de Ciudadela, Provincia de Buenos Aires, que cierta noche un
colectivo de la –por entonces línea 237 pasaba en su habitual recorrido por la Avenida Alvear. Al
llegar a la altura del Cementerio Israelita, uno de los pocos pasajeros que
viajaban a esas horas, vio una nube blanca que provenía del camposanto y que se
acercaba hacia el vehículo.
Cuanto más se aproximaba, se definían y perfilaban nítidamente sus rasgos de mujer. Durante un breve lapso, la extraña criatura acompañó el paso del transporte, flotando a la par, hasta que finalmente se desvaneció ni bien el colectivo abandonó la zona del cementerio.
Cuanto más se aproximaba, se definían y perfilaban nítidamente sus rasgos de mujer. Durante un breve lapso, la extraña criatura acompañó el paso del transporte, flotando a la par, hasta que finalmente se desvaneció ni bien el colectivo abandonó la zona del cementerio.
La Chaqueta
Un chico está estudiando un sábado para
preparar sus exámenes de graduación. Para relajarse un poco decide ir a un pub
que esta justo debajo de su casa. Se acerca a la barra y pide una coca-cola
para despejarse.
De repente ve a una chica muy guapa y
atractiva, era rubia, pelo largo, ojos claros y cuerpo frágil. Él se acerca a
hablar con ella aprovechando que estaba sola en un extremo de la barra. Se
presentan y se pasan hablando un par de horas hasta que ella dice que se tiene
que ir a su casa ya que es muy tarde. El chico mientras va con ella a la puerta
le intenta convencer de que le deje acompañarle a su casa, ella se niega.
La chica sale a la calle y empieza a
tiritar, esa noche hace mucho frío y el chico en un acto de caballerosidad se
quita la chaqueta y la envuelve con ella, aprovecha la situación para abrazar a
la chica y acompañarla la mitad del camino a su casa, ella le pide que la deje
continuar sola y él encuentra la excusa perfecta para volverla a ver otro día.
Al dejarle la chaqueta podrá quedar de nuevo con ella para que se la devuelva.
Ella le da su dirección y se despiden con un tierno beso.
Al día siguiente su corazón parece que
va a explotar cuando se acerca a la dirección que la chica le señaló. Lleva
casi toda la noche sin dormir pensando en ella y llama tímidamente a la puerta.
Le recibe una mujer mayor que le pregunta quien es.
El chico pregunta por Laura, el nombre
de la chica, y la mujer nerviosa y enfadada le recrimina que allí no hay
ninguna Laura y que vaya a hacer bromas pesadas a otro lado.
Desesperado por perder a su amor, el
chico insiste y es entonces cuando advierte que junto a la mesita de entrada a
la casa hay una foto de Laura. La señala y le dice a la señora que ella es la
chica a la que busca.
La mujer encolerizada le agarra de una
oreja y le lleva a rastras hasta un cementerio cercano. Por el camino los
ánimos se van suavizando y la mujer le cuenta entre lágrimas que Laura era su
hija menor, había fallecido años atrás. La encontraron muerta camino a casa, al
parecer una noche fría cuando volvía de divertirse con las amigas sufrió un
ataque de asma del que no pudo sobrevivir.
Al llegar al cementerio y sin mediar
palabra el chico señaló una de las tumbas – “Esa es la tumba de Laura” – la
mujer le preguntó que como podía saberlo si nunca había estado…
Allí sobre su lápida estaba la chaqueta
del chico.
La Gitana
Cuentan que un día una mujer caminaba
por la calle cuando de pronto una gitana se le acercó corriendo y, en tono muy
preocupado y algo agitado, le dijo que era clarividente y que había visto
algo terrible en su aura que podría marcarle el destino. Para esclarecer bien
de qué se trataba le tomó la mano y empezó a leer sus líneas, sin embargo sus
visiones no parecían del todo claras por lo que le dijo a la mujer que debía
volver por la noche para así poder ayudarla mejor con las cartas del tarot y la
bola de cristal. La mujer le dijo desdeñosamente que no le hiciera perder el
tiempo pero aún así la gitana le señaló su casa y le rogó que no olvidase venir
esa misma noche.
Al llegar a su casa después del trabajo
la mujer recordó las palabras de la gitana y se inquietó un tanto al pensar que
si estaba tan preocupada y ni siquiera la cobró podría ser porque en verdad
creyó ver algo. No obstante prefirió no ir al lugar indicado, no sabía cuales
eran las intenciones reales y acudir de noche a un callejón apartado era muy
peligroso.
A la mañana siguiente cuando fue no
encontró a la gitana sino a una ancianita que le dijo que la gitana había
salido y le había dejado una carta de suma importancia, una carta que debía ser
leída cuanto antes fuera posible. Nuevamente la mujer no dio mucha importancia
a la gitana y optó por leer la carta cuando estuviese en la comodidad de su
hogar.
Una manzana antes de llegar a su casa la mujer tropezó y cayó en mitad de la
carretera justo cuando un camión se venía a toda velocidad. El camión le hizo
puré casi toda la mitad superior del cuerpo. Fue algo verdaderamente
escalofriante.
Cuando la Policía llegó al lugar del
accidente un detalle perturbador fue hallado en uno de los bolsillos del
pantalón de la mujer. Allí, dobladita, había una pequeña carta que decía:
“Estimada señora, esta carta es para
advertirle que el día de mañana no salga usted de su casa para nada, ya que ese
día usted morirá atropellada. Ante su ausencia, decidí tirar las cartas del
tarot por mi cuenta ya que realmente estaba preocupada por la mancha que vi en
su aura… Espero que cuando lea esto no sea demasiado tarde”
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