Somos
supersticiosos por naturaleza, y con el paso del tiempo cada vez lo seremos
más, porque al fin y al cabo las manías
en muchas ocasiones son supersticiones. Esto, claro está, es mi opinión, pero
hoy estaba pensando en que tengo que hacerme la maleta para un año más,
disfrutar de una noche vieja en familia y
amigos, mi madre era muy supersticiosa y decía que debía usar ropa interior roja para recibir el
año nuevo, no rosa roja, para tener
buena suerte, por un lado una idea fantástica, por otro lado creyendo en vos
mismo lograras grandes cambios.
Con una mentalidad en sintonía con tus deseos, podes ayudar a
que el amor, la salud y el dinero lleguen más rápido y así iniciar el 2018 con la
mejor actitud y listos para cumplir nuestras metas el año nuevo.
Año viejo o Muñeco de la Noche
vieja
La quema de año viejo es una simpática costumbre que se
mantiene viva en algunos estados, se trata básicamente de la quema de un muñeco
de trapo que simboliza al año que se va. Este muñeco es rellenado completamente
de pólvora y paralelamente a las 12 campanadas del 31 de diciembre de cada año
es encendido. La quema del
año viejo es acompañada de la lectura de un testamento, este discurso está
completamente basado en las anécdotas vividas por los propios vecinos. La quema
del muñeco ya es considerado como un atractivo espectáculo sentimental por lo
que se lleva el año, pero la parte divertida no para todos es la lectura del
famoso testamento.
Año
Viejo no puede faltar realizaré este muñeco, una forma divertida de
festejar la llegada del año que esta y
llena de simbolismo, me trae hermosos recuerdos.
De
que se trata el muñeco de la noche vieja, básicamente
representa el año que termina, es un muñeco elaborado con ropa vieja, cartón o
papel, relleno de paja o aserrín y con
frecuencia con artefactos pirotécnicos bien colocados para no recibir el año en el
hospital de quemados, este muñeco se arma para ser quemado a la medianoche del 31 de diciembre, víspera del año nuevo. Esta práctica se realiza en varios países
latinoamericanos, desde México hasta Uruguay y en algunas regiones de Colombia y Venezuela. Aunque la
costumbre y tradición está más arraigada desde el punto de vista popular en Ecuador, en Argentina se
realiza cada año en La Plata en la mayoría de las ciudades y pueblos de la
costa hasta se realiza un concurso del
mejor muñeco de nochevieja en la radio local.
El ritual se debe distinguir
de la Fiesta del Judas que a pesar de tener características
similares tiene distintas connotaciónes y se celebra en algunas regiones de
España y de América Latina, al inicio de la semana de pascua o en el domingo
de resurrección el muñeco de la noche vieja no tiene nada que ver
con la fiesta de judas.
Igualmente el año viejo se
debe distinguir de las efigies que se
incineran en protestas políticas, aunque también suelen representar personajes
concretos o símbolos de organizaciones y países objetos del rechazo, porque se
realizan en cualquier época del año y sin los elementos rituales del 31 de
diciembre.
Los muñecos de la
noche vieja se elaboran en familia, grupos de amigos o vecinos y se exhiben en
los barrios y fuera del concurso que algunas autoridades regionales organizan,
generalmente representan en forma no específica a un anciano con pelo canoso y
arrugas, con expresión triste o lastimera si la máscara es muy elaborada,
aunque también puede ser una linda costumbre familiar realizada con precaución.
La elaboración,
exhibición estática o procesional y culminación con quema del Año viejo,
en medio de una fiesta cargada de símbolos, hace parte de las celebraciones de
fin de año o nochevieja.
La Nochevieja, Víspera de Año Nuevo, Año Viejo o fin de año, es la última noche del año en el calendario
gregoriano, comprendiendo desde 31 de diciembre hasta
el 1 de enero (Año Nuevo). Desde
que se cambió al calendario gregoriano en el año 1582, se suele celebrar esta festividad, aunque ha ido
evolucionando.
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