Suicidaré mis últimas lágrimas- Lucila Castro Díaz

Suicidaré mis últimas lágrimas.

Y pensar que por ti jamás me cansaba de contar lágrimas, lágrimas desnudas, lágrimas de amor,  lágrimas que solo el silencio sirvió de consuelo.

Yo fui una bella ilusión para salvar tu poesía, fui callada y nadie le dije lo que tu corazón sentía, aquella música solitaria de pájaros sobre nuestros versos, fui dejando pasar mis horarios perdidos, tus manos prometieron colmadas y rebosada de centellas,  amor eterno, tus palabras juraron lúbricas y ceremoniales palabras desnudas, yo te creí cada una,   debí darme cuenta que el amor eterno se convierte en un eterno dolor, no percibí el trágico abandono que ocultaban tus palabras ausentes, tus silencios que herían este tonto corazón mío,   mi sed ávida, solo necesitaba tus brazos enredándome, mientras veía caer al vacío, la soledad latente desde del origen mismo de este amor, debí darme cuenta,  cuando se abrieron tus ojos de un sueño ocioso, que ya había una despedida, amaste mis sueños inútilmente porque no partiste conmigo a naufragar en lo incierto, te quedaste en la orillas, saludando seguro y sin miedo del destino, de lo el te traería, me voy mansamente como fluye el agua en las fuentes, a reposar mis heridas, en las alas de los ángeles que están en la noche, sobre mis ojos saltan lágrimas como cadáveres de los pocos momentos de felicidad y de seguridad que me regalaste en tus noches sin sueño, en mis pensamientos saltan lágrimas como ilusiones que salieron solas a juntar flores en los prados de nuestros sueños, flores que murieron antes de ser cortadas, creí que mis sueños jamás salían solos a beber de la noche, a beber de la mágica luna, que me besaba sin besarme.

Pensar que tu voz cobro la forma de mi propia voz, Jamás tuve tu voz en mis días, ¡Y pensar que yo reía en tu risa! ¡Lloraba en tus lágrimas!,

En mis pasos cansados se suicidan mis días radiantes, Esta noche ya nada importaba, yo me suicido un poco cada día,  aprendí a vivir con las sombras y los fantasmas del pasado, Y trazo mi tumba mientras contorno mi silencio y el tuyo, 

y mis días de sonrisa se suicidan, esa sonrisas por las cuales deseaba un poco de vida...Nadie nace en la oscuridad, pero solo recuerdo estar siempre en las sombras, camino por estas desérticas calles llevando mi luto interior, mi palabra es ajena a lo que yo hablo porque quizás este lenguaje no nos pertenece,

Mi prosa y mis versos se suicidan esta noche, me voy rápido como vinieron tus palabras llevadas por el viento, me retiro bajos cielos negros e infinitos, caminaré por el crepúsculo contando estrellas muertas,

En mi corazón marchito ya no cabe la vida de una enamorada, me voy trágicamente herida, a suicidar dentro de mi todo este amor que ya nunca mas volveré a sentir, hasta quedar vacía y jamás volver amar, un suicidio del amor, un suicido de las caricias, de los besos que jamás fueron míos, fueron del viento, lloraré toda esta noche mis últimas lágrimas de amor, y así en el amanecer recobrar la fuerza del no amar.