jueves, 26 de enero de 2017

Sucesos paranormales en los rodajes de películas


Nos hemos encontrado que durante los rodajes de algunas películas de terror, ocurrieron sucesos paranormales y cosas extrañas que dieron  la vuelta al mundo. También es cierto que alguno de estos sucesos puede haberse producido o inventado por la propia productora para generar más publicidad y marketing a la película, como es el caso de la película “3 hombres y un biberón” que en realidad era parte de la decoración y se trataba de una gigantografía ya que uno de los protagonistas hace de actor de cine y tenía varios de ellos. Aquí te dejo algunos de los sucesos paranormales ocurridos en los rodajes de películas.




La profecía (1976)

Este hit del género de terror nos presentaba a un Anticristo un tanto repelente en la persona del pequeño Damien (Harvey Stephens).
Una coincidencia curiosa: tanto Gregory Peck (actor principal) como el guionista David Seltzer acudieron al rodaje en avión. Pero por separado, en vuelos distintos… Ambos de los cuales fueron alcanzados por un rayo mientras estaban en el aire, librándose por poco de caer a tierra. En otra ocasión, el actor de Matar a un ruiseñor canceló a última hora su billete para  otro avión, el cual se estrelló falleciendo todos sus pasajeros. Otro susto gordo se lo llevó el director Richard Donner: el hotel de Londres donde se alojaba el cineasta fue víctima de un atentado del IRA Provisional.
Otro apunte inquietante es que los animales que participaron en la producción se portaron de una forma mucho más violenta de lo usual. Uno de los guardianes del zoo donde se rodó una de las mejores escenas de La profecía (desde que la vimos, no nos acercamos ni en sueños a la jaula de los monos) murió a las garras de un león, y la jauría de perros Rottweiler empleada en otra secuencia atacó a sus cuidadores.
Un dato más para aumentar el punto macabro: durante mucho tiempo, esta película fue conocida por tener “la mejor decapitación de la historia del cine” debido a la escena en la que una lámina de cristal secciona el cuello de uno de los personajes. En 1977, durante el rodaje de Un puente lejano, la novia del director de efectos especiales John Richardson perdió la cabeza (pero de verdad) en un accidente casi idéntico.


El mago de Oz (1939)



Esta adaptación del clásico infantil es uno de los musicales más exitosos de la historia, realizado  por Victor Fleming, Mervin LeRoy y King Vidor.
La mayor parte de las desgracias que aquejaron a El mago de Oz durante su rodaje son consecuencias de rodar una película fantástica.
Nos ha dejado Mickey Carroll, el último superviviente de los Munchnicks como llamaron a los enanos de El Mago de Oz (1939) Carroll era el único que tenía una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Se ha comentado que esta película fue desgraciada desde el inicio del rodaje, el primer actor que encarnó al Hombre de Hojalata, Robert Young, estuvo al borde de la muerte por una severa reacción alérgica al maquillaje. El primer perro de Dorothy murió al ser pisoteado por uno de los guardias de la bruja y Margaret Hamilton, la Bruja del Oeste, sufrió graves quemaduras al incendiarse la escoba sobre la que iba montada.
También sobre los Munchnicks se cuentan muchas historias. El estudio contrató a todos los enanos y enanas del Sindicato del Espectáculo, al parecer se pasaban el día bebiendo, jugando al póker y tocándole el culo a todo miembro femenino que se ponía a su alcance, se dice que celebraban orgías, incluso circula una siniestra leyenda relacionada con estos pequeños actores: aseguran que uno de ellos se ahorcó durante el rodaje, precisamente uno de los tres Munchnicks protagonistas que aparecen en la foto y que ese momento fue recogido por las cámaras. En este video aparece un extraño objeto colgante al fondo del decorado que se supone sería el cuerpo del enano suicida. La explicación más ‘lógica’ del asunto es que en dicho momento de la película se emplearon pájaros cedidos por el zoo de Los Ángeles, y que el movimiento misterioso corresponde a una grulla moviendo las alas.

 

La semilla del Diablo (1968)


La película de Roman Polanski se apuntó a la moda del satanismo implicando a Mia Farrow en un embarazo muy, muy problemático.
Gran parte del rodaje de La semilla del Diablo transcurrió en el neoyorquino Edificio Dakota, inmueble asociado al satanismo y al mal fario desde que el mago Aleister Crowley lo escogió como su residencia en la ciudad Dejando de lado otros detalles, como el depauperado aspecto de la protagonista (ocasionado, según se dice, por las palizas que le arreaba su entonces marido Frank Sinatra), y que el filme contó con Anton LaVey (maestre de la Iglesia de Satán) en un cameo, la anécdota más extrema atañe al productor William Castle.
 Durante el rodaje de la película, este experto en trucos publicitarios tuvo que ser hospitalizado a causa de un fallo renal grave, y durante sus delirios se le oyó gritar: “¡Por el amor de Dios, Rosemary, suelta el cuchillo!”. Castle se recuperó de su dolencia, pero al hacerlo se enteró de que el compositor Kryzstof Komeda, músico habitual en las películas de Polanksi hasta entonces, se hallaba ingresado en el mismo centro a causa de un coágulo cerebral, por cuya causa moriría poco más tarde. La semilla del Diablo fue su último trabajo.
 Por desgracia, en Agosto de 1969, la casa de Polanski en Los Ángeles fue asaltada por adeptos de la secta de Charles Manson. Sobre las razones del crimen se ha especulado mucho (que el antiguo dueño de la villa era un productor discográfico con el que Manson había tenido disputas, por ejemplo, o que la familia quería distraer a la policía sobre los crímenes de su ex miembro Bobby Beausoleil), pero lo único cierto son los resultados: cuatro víctimas mortales, entre ellas la actriz Sharon Tate, esposa de Polanski, embarazada de su hijo y que había intervenido como secundaria en La semilla del Diablo. El cineasta polaco se libró por chiripa de acabar entre la lista de muertos, ya que aquel día se hallaba en Londres.
Al día siguiente, los secuaces de Manson asesinaron a Leno LaBianca (dueño de un supermercado) y a su esposa, escribiendo en la pared del domicilio “Helter Skelter”, el título de una canción de los Beatles que ellos asociaban a sus creencias apocalípticas. Lo cual resultó casi premonitorio: el 8 de diciembre de 1980, John Lennon cayó asesinado a tiros por Mark David Chapman frente a la puerta de su residencia de Nueva York. Que era, por si no lo has adivinado, el Edificio Dakota.

 

El exorcista (1974)




La película: Junto con La semilla del Diablo, este escalofriante trabajo de William Friedkin fue uno de los causantes de que Hollywood le perdiese el miedo al satanismo. Y de que muchos espectadores se hicieran de cruces al ver a una niña pequeña. En principio, el de el El exorcista fue uno de esos rodajes malos para la salud repleto de tropiezos y sustos: un incendio que obligó a retrasar la producción seis semanas, los accidentes en los que Linda Blair y Ellen Burstyn recibieron daños permanentes en la columna vertebral, y la manía del director de rodar en una cámara frigorífica. La mala pata se acumuló hasta el punto de que Friedkin le planteó a un cura (que ejercía como asesor) un exorcismo de verdad en el escenario. El clérigo se negó alegando, con lógica, que eso sólo echaría más leña al fuego. Pero todavía quedaban algunas coincidencias macabras por registrar. Si conoces el argumento del filme, por ejemplo, te sorprenderá saber que la actriz Vasiliki Maliaros (reclutada por Friedkin para encarnar a la madre del Padre Karras) falleció antes de que este se estrenara. Otro intérprete fallecido antes del estreno fue Jack MacGowran, uno de cuyos trabajos anteriores había sido El baile de los vampiros para Roman Polanski. En total, se dice que entre cinco y nueve personas relacionadas con la producción pasaron a mejor vida antes, durante y en los dos años posteriores a esta.
Otro de los rumores apunta a que una de las víctimas de la ‘maldición’ fue el hermano de Max Von Sydow, pero esto parece no ser cierto. El aristocrático actor sueco lo pasó fatal interpretando al Padre Merrin, entre las largas sesiones de maquillaje y los insultos que (por exigencias del guión) le profería Linda Blair… Pero es hijo único. Lo que sí es cierto es que, con la película ya en las carteleras, el reverendo Billy Graham (uno de los líderes de la ultraderecha religiosa en EE UU) lo acusó de ser “una película poseída por Satán”.

 

 

 Poltergeist y secuelas (1982-1988)



Gracias a esta saga producida por Steven Spielberg y fundada por el director Tobe Hooper (La matanza de Texas), los fans del terror de los 80’ aprendimos dos cosas muy importantes: no dejes que tus hijos vean demasiado la tele, y sobre todo, nunca te compres una casa edificada sobre un antiguo cementerio indio.
Según los ‘expertos en fenómenos paranormales, el hecho (no comprobado) de que Hooper usara esqueletos reales en el clímax de la película original puso de muy mal humor a los espíritus malignos. Pero, supercherías aparte, la verdad es que la llamada  “maldición de Poltergeist”  tiene poco de divertida, y mucho de trágica.
Durante el rodaje, para variar, se registraron fenómenos presuntamente paranormales (luces que se apagaban y se encendían, incendios
en el escenario sin causa aparente, y los ataques de pánico del joven Oliver Robbins), pero la primera en caer bajo el maleficio fue la actriz Dominique Dunne, estrangulada por su novio en 1982, menos de seis meses después del estreno del filme. La siguiente víctima fue Julian Beck, actor de 60 años que murió antes del estreno de Poltergeist II (1986) a causa de un cáncer de estómago que le fue diagnosticado durante el rodaje. Otro actor que participó en dicha secuela, Will Sampson, falleció al año siguiente víctima de un fallo renal.
La madre de Zelda Rubinstein, la intérprete de la médium Tangina, murió mientras se filmaba la tercera entrega en 1988. Y la ironía más negra de todas llegó en 1988 cuando la jovencísima Heather O’Rourke, protagonista de la trilogía, falleció con 12 años de edad por una enfermedad estomacal (diagnosticada erróneamente como una gripe)
que le provocó envenenamiento sanguíneo.

 


El exorcismo de Emily Rose (2005)



Basada en el caso real de Anelisse Michel, una joven alemana que murió en 1976, tras ser exorcizada por el cura de su parroquia.

 “Durante el rodaje de  El exorcismo de Emily Rose, la radio de mi habitación se encendía sola todos los días a la misma hora: las tres y media de la madrugada”, declara la actriz Jennifer Carpenter, que interpretaba a la chica presuntamente poseída. “Me ponía de los nervios, porque siempre sonaba la canción Alive, de Pearl Jam, justo el momento en el que (el cantante) Eddie Vedder grita ‘¡Estoy vivo!”. Carpenter afirma que tardó mucho en recuperarse de la experiencia, pero nosotros nos preguntamos si no sería todo una broma pesada de los técnicos de rodaje.

La morada del miedo (2005)




Remake de Terror en Amityville, película sobre el caso ‘real’ de una casa embrujada que hizo furor en 1978.
Las películas sobre el caso de Amityville tienen fama de atraer a los espíritus, y esta no es una excepción. Para empezar, antes del rodaje los técnicos encontraron un cadáver en una de las localizaciones. Se trataba de un pescador ahogado, al que la corriente había arrastrado hasta el lugar. Más adelante, la víctima de presuntos fenómenos paranormales fue el mismísimo Ryan Reynolds: el actor de Green Lantern se despertaba todas las noches a las tres de la mañana, lo mismo que le ocurría a su personaje en la vida real.
Se supone que alrededor de dicha hora (casi la misma de Jennifer Carpenter, si lo piensas) ocurrió un asesinato en la casa de la familia protagonista. Puestos a encontrar fenómenos sobrenaturales, por otra parte, a nosotros se nos ocurren dos: la película fue la última producción de la MGM antes del comienzo de sus problemas financieros, y su calidad resultó tan cuestionable que la empresa renunció a mostrarla a los críticos.

El Cuervo


Brandon Lee fue el protagonista de la película. Este murió durante el rodaje con mucha polémica, ya que durante una escena de acción este fue disparado con un arma de fogueo que realmente no lo era. Cayó fulminado. Se echó la culpa al equipo de efectos especiales de la película, aunque este no fue el único hecho extraño. A parte el equipo de grabación sufrió diversos incidentes. Un técnico tuvo graves quemaduras en un ascensor y un especialista se callo de un andamio rompiéndose  varias costillas.

Annabelle


El equipo de grabación reconoció que durante el rodaje la muñeca cambiaba de posición ella sola. Además una de las lámparas se empezó a mover ella sola hasta caer. Por otra parte la “dueña” de Annabelle afirmo que esta le dejaba notas escritas, cosa que el director afirmó lo mismo, aunque estas declaraciones resultan graciosas y no parecen nada reales.

"Rebelde sin causa” 
Dirigida por Nicholas Ray en 1955, el mito que sobresaltó todas las pantallas en esta ya histórica película fue sin duda un James Dean del que parecía que todo apuntaba a un futuro apabullante en la meca del cine. El 30 de septiembre de ese año Dean moría estrellando su Porsche Spyder en un accidente. Tenía solo 24 años y no pudo ver el estreno de su tercera y última película. La maldición de Rebelde sin causa se extendió cuando el actor de reparto Nick Adams, amigo íntimo de Dean, fallecía por una sobredosis de fármacos 11 años después, por causas aún sin aclarar. En 1976 el joven Sal Mineo(con solo 37 años) fue apuñalado una noche cuando regresaba a su domicilio, poco después de haber roto con su ex novia, la cual intentó suicidarse tras la ruptura. A todos estos sucesos se unió la trágica muerte de la bella Natalie Wood, quien murió ahogada en 1981 cuando cayó al mar desde un yate en el que viajaba con Robert Wagner (su marido) y Christopher Walken (con quien se la relacionaba). Al parecer los dos actores habían discutido la noche anterior. La maldición parece clara: Ninguno de los protagonistas del film superó los 43 años.

"El conjuro”  

"El conjuro” está basada en la historia de los Parron, una familia que experimentó la presencia de fantasmas en su casa de Rhode Island. Cuando la producción los invitó a visitar el set, un fuerte remolino invadió el lugar y comenzó a girar a su alrededor. A los pocos días se incendió el hotel en el que se alojaba el elenco. Afortunadamente, todos lograron escapar.






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