Ann Radcliffe
(1764-1823)
El género de la novela gótica,
se caracteriza por una ambientación donde prevalecen los paisajes sombríos, con
bosques de oscura vegetación, lúgubres castillos, edificios de arquitectura
medieval, y un ambiente que por naturaleza estimula la melancolía en el lector.
Por allí paisajes grises suelen deambular los espectros y el mundo sobrenatural.
Ann Radcliffe fue la maestra de la novela gótica, su estilo es
romántico en sus vívidas descripciones de paisajes y escenas de viajes largos,
el elemento gótico es evidente a través de su uso de lo sobrenatural. Fue su
técnica del Gótica, la revelación final de los fenómenos inexplicables, lo que
ayudó a la novela gótica a lograr la respetabilidad que alcanzó en la década de
1790.
Ann Radcliffe no fue una escritora demasiado
prolífica, pero tan sólo seis novelas y alguna obra poética la convirtieron en
una figura clásica de la literatura inglesa. Considerada como una de las
fundadoras del género gótico de terror, Ann Radcliffe influyó en otros
escritores de la talla de Edgar Alan
Poe, con sus historias de terror ambientadas en tenebrosos castillos con
damiselas en apuros y espectros sobrenaturales, Radcliffe tuvo mucho éxito en
vida, con un amplio número de lectores, sobre todo mujeres, que acogieron con
gran interés sus historias y su obra terminó convirtiéndose en un claro
referente de la literatura gótica.
La biografía de
Ann Radcliffe es muy difusa y con muy pocos datos. Nacida el 9 de julio de 1764
en Londres, Anna Ward era hija de un comerciante inglés. La familia de Ann tenía
una posición acomodada en la
Inglaterra de finales del XVIII. Como muchas niñas de su
tiempo, Ann recibió una escasa formación centrada en aspectos artísticos como
la música o la pintura. Pero pronto Ann empezó a sentir una especial pasión por
la lectura.
En el año 1787 Ann
Ward se casaba con el periodista William Radcliffe, editor del English
Chronicle, la pareja, que nunca llegó a tener hijos, experimentó una relación
estable e inspiradora. Fue su marido quien animó a la nueva señora Radcliffe a
publicar las historias que escribía como un pasatiempo.
Poco tiempo después,
Ann publicaba su primera novela, “The Castles of Athlin and Dunbayne”,
una historia ambientada en las tierras escocesas que pasó bastante
desapercibida. A pesar del poco éxito de su primera obra, Ann continuó
escribiendo relatos de terror con damas lánguidas en apuros que terminaron
siendo las delicias de un amplio público femenino.
En
los años siguientes escribió otras cuatro novelas, ambientadas en lugares que
resultaban exóticos para sus lectores. Sus novelas fueron tremendamente
populares entre la clase alta y media alta, y eran literalmente devoradas por
las jóvenes señoritas que se sentían identificadas con sus intrépidas heroínas.
Así, escribió: A Sicilian Romance (1790), The
Romance of the Forest (1791), Los misterios de Udolfo (The Mysteries of Udolpho) (1794) y The Italian (1796).
Igualmente, escribió un volumen describiendo sus viajes a Holanda, Alemania y
el Lake District.
De las obras que
escribió, The Romance of the
Forest fue una de las que
obtuvo mayor aceptación. Su nombre se hizo famoso y empezó a influenciar a
otros escritores, entre ellos, a Jane Austen,
quien parodió Los misterios de
Udolfo en La abadía de Northanger.
Sir Walter Scott, Mary
Wollstonecraft o
Charles Dickens fueron algunos otros escritores que encontraron en la obra de
Radcliffe parte de su inspiración. Su meticulosidad a la hora de describir
paisajes y espacios interiores a los que coloreaba con un ambiente tenebroso
hicieron de sus seis novelas ejemplos de la novela gótica que tanto auge tuvo
en la Inglaterra
del siglo XIX.
La
vida de Ann Radcliffe llegó a su fin el 7 de febrero de
1823 como consecuencia de una insuficiencia respiratoria enmarcada en un cuadro
de neumonía.
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