Exorcismo: se denomina exorcismo a la acción sobrenatural de
expulsión, realizada contra una fuerza maligna, utilizando un método religioso
para expulsar, sacar o apartar a dicho ente de la persona u objeto que se
encuentra poseído(a) por la entidad maligna. El origen de la palabra exorcismo
deriva del latín exorcismus, que a su vez deriva del griego exorkismos, que
significa estar sujeto a un juramento.
Posesiones demoníacas: es como se denomina desde el punto de vista religioso a un tipo de trastorno del comportamiento que se atribuye al apoderamiento del espíritu del hombre por otro espíritu, generalmente uno o más demonios, que obra en él como agente interno y unido con él.
Como uno es poseído y de que manera se puede evitarlo.
Una persona puede decidir ser poseída o no, si su decisión es dejar entrar al demonio, puede lograrlo mediante juegos satánicos (por ejemplo, el famoso juego de la copa), libros (como el codex), intentando comunicarse con el mas allá y, principalmente, alejándose de Dios. Si la persona no tiene la intención de ser poseída, lamentablemente, lo puede ser, nuevamente jugando juegos diabólicos (por curiosidad), recibiendo maldiciones por gente que practica magia negra o simplemente apartándose de Dios.
Dicho esto, si bien no se puede “evitar” del todo, podemos lograr reducir el porcentaje de que Satanás entre dentro nuestro conociendo las consecuencias, ignorando todo lo relacionado con la magia oscura y, especialmente, estando cada vez mas cerca de Dios (yendo a Misa, rezando seguido, confesándose, comulgando, confirmándose, siendo buena persona, respetando los diez mandamientos, etc.)
Consecuencias que trae ser poseído.
Ser poseído puede traer graves efectos, tales manifestaciones pueden ser: memoria o personalidad borrada, convulsiones, respiración agónica, aversión a lo sagrado, aparición de enfermedades sin causa aparente, acceso a conocimientos sobre sucesos distantes y ocultos (gnosis) y a lenguajes extranjeros (glossolalia) o hablar y entender lenguas desconocidas por el sujeto, cambios drásticos en la entonación vocal y en la estructura facial, aparición repentina de lesiones (arañazos, punciones y diferentes marcas) y cicatrices “espontáneas” y fuerza desproporcionada. Si no se expulsa al demonio a tiempo, el poseído puede llegar a la muerte.
Como exorciza
El ritual de exorcismo incluye la repetición continua de oraciones y ordenes de expulsión, y el uso de objetos que pueden repeler al ente, en este caso un demonio, como crucifijos, agua bendito, reliquias, entre otros. El exorcismo en la teología católica halla su base en los textos evangélicos donde se narran las liberación y expulsiones de demonios que realizo Jesús.
Punto de vista católico y científico sobre las posesiones infernales.
Muchas religiones tienen un protocolo para distinguir una posesión demoníaca de otro tipo de patologías de carácter no espiritual. En el caso de la religión católica, sólo se procede al ritual del exorcismo una vez los psiquiatras han estudiado el caso. La finalidad del exorcismo sería la expulsión del demonio o las entidades que tomaron el control del individuo. Estas creencias religiosas se oponen a la evidencia científica y al estudio objetivo de los fenómenos mentales detrás de las posesiones. Algunas posesiones que se pueden observar en
• Mateo 4:23-25: Personas poseídas curadas por Jesús.
• Mateo 7:21-23: Muchos expulsarán demonios en el nombre de Jesús.
• Mateo 8:14-17: Jesús cura a muchos que están poseídos por demonios.
• Lucas 7:21: Jesús libera a mucha gente de posesiones por espíritus malignos.
• Lucas 13:10-17: Jesús expulsa en Sabbat a un espíritu que causa enfermedades en el cuerpo de una mujer.
• Lucas 13:31-32: Jesús continúa expulsando demonios aún cuando Herodes Antipas está buscándole para matarle.
• Juan 7:20: Una «turba de judíos» que querían matar a Jesús decían que estaba poseído por demonios.
• Juan 8:48-52: Los judíos dicen que Jesús es un Samaritano poseído por demonios.
Saliéndose del punto de vista religioso y entrando a lo científico, la posesión demoníaca se considera que es el trastorno disociativo de la histeria, denominado desorden de trance o posesión, y diagnosticado como trastorno psiquiátrico por el DSM-IV y el ICD-10. Comúnmente se le denomina «demoniopatía» o «demoniomanía» y se describe como la creencia del paciente de estar poseído por una divinidad o demonio, y de obrar bajo su control. Diversos trastornos como el desorden múltiple de personalidad, el trastorno de identidad disociativo, el síndrome de Tourette y la epilepsia, son relacionados o interpretados como posesiones demoníacas.
Quienes pueden exorcizar y que necesitan.
Para practicar el exorcismo es necesaria la autorización del obispo diocesano, que puede ser concedida para un caso específico o de un modo general y permanente al sacerdote que ejercita el ministerio de exorcista en la diócesis.
En el presente ritual se encuentran el rito el exorcismo propiamente dicho y las oraciones que hay que recitar públicamente cuando se juzga prudentemente que existe una influencia de Satanás sobre lugares, objetos o personas, sin llegar a la fase de una posesión verdadera y propia. Además, existe una serie de oraciones que los fieles deben rezar privadamente cuando tienen fundadas sospechas de que son sometidos a influencias diabólicas.
13 Posesiones demoníacas reales
1- Clara Germana Cele
El caso de Clara Germana Cele ocurre en
1906, cuando esta estudiante cristiana de 16 años se encontraba en la misión de
San Miguel, en Sudáfrica. Se cuenta que clara, en algún tipo de ritual oscuro y
sin motivo aparente, hizo un pacto con Satanás. A partir de ahí la muchacha era
capaz de hablar y entender lenguas que para ella eran desconocidas, rechazaba
los objetos religiosos y además tenía conocimiento de los pensamientos e
historias de la gente que se encontraba a su alrededor. Los sacerdotes del
lugar se encargaron de realizar un severo exorcismo sobre el cuerpo de Clara,
que intentó estrangular a uno de ellos con su propia estola. Más de 160
personas llegaron a ver como el cuerpo de esta cristiana levitaba sobre el
suelo. Dos días después del comienzo del exorcismo, los espíritus fueron
expulsados del cuerpo de Clara.
2- Roland Doe/ Robbie Mannheim
Este caso de posesión demoníaca es aquel
en el que se basa el filme “El Exorcista”. Roland Doe o Robbie Mannheim es un
seudónimo que le atribuyó la iglesia católica a este muchacho, para mantener su
anonimato. La historia se desarrolla a finales de 1940, cuando el pequeño
Robbie intenta contactar con su tía fallecida, a través de la Ouija. Tras el
intento, los demonios poseyeron el cuerpo del niño. Se decía que escuchaba
voces que el resto no podía determinar, y que los objetos (tanto religiosos
como “normales”) levitaban a su alrededor. El pánico surgió cuando aparecían
mensajes en la propia carne del niño, escritas por unas garras invisibles,
dejándole profundas heridas. El exorcismo se produjo bajo la aprobación de la
iglesia, y el sacerdote tuvo que aplicar unas 30 sesiones que terminaron de
forma agónica pero satisfactoria.
3- David Berkowitz
David Berkowitz, también conocido como “El
Hijo de Sam” o “The .44 Killer” fue un asesino en serie característico por
dejar notas provocativas en el escenario del crimen. Durante su oleada de crímenes
llegó a matar a seis personas y a herir a otras siete. Ese verano de 1976 se le
conoció como “El Verano de Sam”. Cuando Berkowitz fue identificado y
enjuiciado, confesó los crímenes alegando que fue por culpa de un demonio que
lo había poseído. Fue condenado a seis cadenas perpetuas, aunque su condena fue
modificada en 1990 al haber pruebas que enlazaban a “Sam” con una secta
satánica.
4- Arne Cheyenne Johnson
El caso de Arne Cheyenne Johnson es
conocido por ser el primero juicio por “demonio asesino”. La defensa intentó
demostrar que el acusado no era culpable de los crímenes cometidos, pues estaba
poseído. Arne asesinó a su casero en Conneticut, en 1981. Los abogados
intentaron determinar que este acto se debía a la infancia traumática del
asesino. Además se consultó con los famosos parapsícólogos Ed y Lorraine
Warren, que determinaron la posesión demoníaca como veraz, en este caso. El
juez dictaminó que la posesión no era una defensa contra el asesinato y condenó
a Arne Cheyenne Johnson a veinte años de cárcel, de los cuales solo cumplió
seis.
5- Michael Taylor
El caso de Michael Taylor transcurre en
Ossett, Gran Bretaña. En 1971 el matrimonio acude a una apacible reunión de
amigos, cuando la esposa, Christine, acusa a su marido de tener una aventura.
Michael comenzó a soltar improperios y obscenidades, que rápidamente fueron
seguidas de actos violentos y erráticos terminando con la salida del marido de
la casa, haciendo pensar a sus vecinos que estaba poseído. Este comportamiento
continuó durante meses, hasta que el propio Michael decidió contactar con el
clero para que le quitasen el mal del cuerpo. El exorcismo duró un día pero los
sacerdotes alegaron que el “Demonio del Asesinato” aún estaba en su cuerpo.
Taylor llegó a su casa y asesinó brutalmente a su esposa y a su perro. En el
juicio fue absuelto por demencia.
6- Julia
Este caso es bastante desconocido, pero
ocurre en 2008, de la mano del doctor Richard E. Gallagher. Este psiquiatra y
profesor asociado a la
Universidad Médica de Nueva York documentó un caso de una
paciente poseída por demonios, a la que llamó “Julia”. Podemos determinar este
caso como único pues normalmente los psiquiatras apoyan que los casos de
posesión son fraudes o severos trastornos mentales. Gallagher llegó a recoger
sesiones en las que “Julia” levitaba sobre la mesa, hablaba lenguas
desconocidas y tenía el don de la clarividencia. Años después aún no se sabe
que ocurrió con “Julia”.
7- George Lukins
Este caso ocurre en 1778, siendo uno de
los más antiguos, así como de losmejor documentados. Lukins solía hablar en
lengua desconocida, tener una sensiblilidad a los lugares santos… pruebas
suficientes para que sus vecinos, preocupados, se pusieran en contacto con la
iglesia. George fue enviado a un hospital, pero su estancia de más de veinte
meses no le ayudó, pues todo el hospital temía sus violentos ataques y actos
“demoníacos”. Por eso la iglesia decidió llevarse a Georgia a un lugar
apartado, un templo secreto, en el que se cuenta que sus demonios fueron
expulsados, aun así nunca más se tuvo noticias del caso ni del paradero de
George.
8- Anna Ecklund
Esta devota católica comenzó a mostrar
signos de posesión demoníaca a los 14 años. Anna comenzó a hacerse sensible a
los objetos religiosos, practicaba obscenidades sexuales y hablaba en lenguas
completamente desconocidas para ella. En 1912, los sacerdotes expulsaron
rápidamente los demonios del cuerpo de Anna. Según pasó el tiempo, lo demonios
volvieron a invadir el cuerpo de la joven, llegando a tener una ingente
cantidad de seres corriendo por sus venas. Los sacerdotes decidieron llevarla a
un lejano convento, en el cual se le volvieron a practicar varios exorcismos
que casi dejan sin vida a la pobre Ecklund. Finalmente se consiguió expulsar
todo ser maligno de su interior. Tiempo después se descubrió que los causantes
del mal de Anna eran su padre y su tía, practicantes de brujería.
9- Marta
El proceso duró desde 2002 hasta 2008 y
fue dirigido por el Padre Antonio Fortea, una autoridad mundial en lo que
“demonología se refiere” y una gran personalidad en España. El caso giraba en
torno a Marta una joven que habría pertenecido a un secta demoníaca y habría
sufrido una serie de maldiciones por parte de un chico de la misma secta, que
canalizaba su ira en la chica. Tras años de lucha, Fortea consiguió liberar a
marta de su mal.
Ocurrió en 1992 cuando agentes de Policía Nacional acudieron al
domicilio de Estefanía Gutiérrez Lázaro, en el madrileño barrio de Vallecas. La
joven falleció en extrañas circunstancias tras jugar a la güija con sus amigas.
Tan extrañas, que aún hoy no se ha
encontrado una explicación científica para su fallecimiento y los
acontecimientos que sucedieron en casa.
Es la historia de un juego inocente con un
trasfondo oscuro y un desenlace trágico.
10.- El caso Estefanía (1991)
Aquel suceso se investigó desde todo los
ángulos posibles. No había un informe de defunción definitivo, claro y lógico.
Y la familia, tras la muerte de la muchacha, siguió contando sucesos que les
aterrorizaban. Por ello, en la madrugada del 27 de noviembre de 1992 decidieron
llamar a la Policía
Nacional. Según contaban, los crucifijos de la casa se movían
sin control y una enorme figura les vigilaba desde el pasillo. Cuando los
agentes se personaron en el número 8 de la calle Luis Marín, el padre de la
fallecida esperaba en la calle. Y al domicilio accedieron cuatro agentes. Y lo
que se encontraron no ayudo a solucionar nada. Más bien al contrario.
En su atestado de aquella visita, los
policías describieron “una situación de misterio y rareza”. Así, por ejemplo,
estando sentados junto a la familia, “pudieron oír y observar como una puerta
de un armario perfectamente cerrada, cosa que comprobaron después, se abrió de
forma súbita y totalmente antinatural”. Además, un fuerte ruido se produjo en
la terraza y al salir, “allí no había nadie”. El miedo se apoderó de todos.
“Momentos después pudieron percatarse y observar como en la mesita que sostenía
el teléfono y, concretamente, en un mantelito, apareció una mancha de color
marrón consistente identificada como babas”. No sólo eso. Había más sorpresas
en aquella casa. Cuando siguieron con la inspección, que no tuvo nada de
rutinaria, observaron un crucifijo en el que el Cristo estaba separado de la
cruz, y huellas de un arañazo en el póster y la pared
11.- Francesca Fabrizzi (1982)
Este caso es muy famoso debido a que es
uno de los atribuidos oficialmente al Papa Juan Pablo II. Ocurrió el 27
de marzo de 1982. Una italiana llamada Francesca Fabrizi, que entonces tenía 22
años, llegó al Papa a través de Ottorino Alberto, obispo de Spoleto, cuyo
exorcista no había podido recuperar a Francesca de su estado. La reacción de la
mujer ante el Sumo Pontífice muy inmediata: “Al verlo, comenzó a gritar y
rodar por el suelo, sin escuchar que el Papa mandaba energicamente al diablo
salir de ella”, describió Gabriele Amorth, autor del libro ‘The Last
Exorcista’, y principal exorcista de El Vaticano.
Sin embargo, de repente, y después de
largo momentos de lucha y citas bíblicas, todo cambió cuando Juan Pablo II
dijo a Francesca, “Mañana, voy a decir misa para usted”. Fue en ese momento
cuando la italiana se calmó, según este testigo que calificó lo que vio como
espeluznante a pesar de estar acostumbrado a estos episodios fantásticos.
Un año más tarde, la mujer visitó al Papa.
Sus ataques habían cesado. Estaba casada y embarazada. En ese momento, Juan
Pablo II dijo al cardenal Jacques-Paul Martin, ex prefecto de la Casa Pontificia ,
“Nunca he visto una cosa así. Una verdadera escena bíblica”.
12- Posesión en la cárcel de Santa Marta
(Colombia)
En este caso, siete mujeres aseguraron
estar poseídas tras usar la tabla güija. Ocurrió en el patio 8 de la citada
prisión cuando siete reclusas tras experimentar una serie de síntomas similares
denunciaron haber sido poseídas por un espíritu con el que se habían comunicado
en reiteradas ocasiones a través de dicho instrumento. De acuerdo a testimonios
del interior de la cárcel las mujeres se reían con carcajadas estridentes,
experimentaban temblores y pasaban de la alegría estrepitosa a un llanto
sostenido sin mediar acto alguno. Además, gritan pidiendo que no se las lleven.
Pero… ¿Quién o quienes se las llevaban? Según contaban los medios locales,
pastores evangélicos y sacerdotes católicos se enfrentaron sin éxito al
supuesto caso de posesión.
Sin embargo, algunos expertos en
psicología aseguraron que se trataba de eventos de sugestión o de histeria
colectiva resultado de un impresionante hacinamiento carcelario.
13- EL EXORCISMO DE ANNELIESE MICHEL (Emily Rose)
Las películas
El exorcismo de Emily Rose y Réquiem se inspiran en un caso real sucedido en
Baviera (la región más católica de Alemania) en 1976, cuando dos sacerdotes
católicos fueron juzgados (y declarados culpables) por la muerte de la joven
estudiante Anneliese Michel, por la que habían rezado exorcismos durante nueve
meses. La chica murió de hambre, y se consideró que los sacerdotes y sus padres
fueron negligentes al no llevarla al hospital para ser sedada y alimentaba por
suero. Se les condenó a 6 meses de cárcel, con libertad condicional. El caso
Klingenberg tuvo resonancia en toda Europa y dio lugar a varios estudios
científicos y teológicos, amén de varias películas.
Anneliese
Michel nació en 1952 y fue educada por sus padres en la fe católica. Con 14
años empezó a tener ataques y sacudidas, y parálisis momentáneas que le
impedían controlar su cuerpo. No podía llamar ni a sus padres o a sus tres
hermanas. Un neurólogo le diagnosticó epilepsia. El tratamiento médico apenas
tenía efecto. En 1970, con 16 años, empezó a tener visiones de caras demoníacas
cuando rezaba y luego a escuchar voces que le decían que "estaba
condenada" y que "ardería en el infierno". Anneliese ya había
asumido un comportamiento cada vez más irascible. Sentía aversión por los
objetos sagrados, como los crucifijos. Seguía viendo caras demoníacas, an la
gente que la rodeaba, y en los objetos circundantes. Su conducta era cada vez
más agresiva: insultaba, pateaba y mordía a los otros miembros de la familia,
además de dormir siempre en el suelo, de alimientarse con moscas, arañas, y
carbón, llegando a beber su propia orina. En cierta ocasión arrancó la cabeza
de un pájaro muerto. Durante dos días permaneció bajo una mesa, ladrando como
un perro. Anneliese podía ser oída gritando durante horas por toda la casa, al
tiempo que rompía crucifijos, destruía imágenes de Jesucristo y lanzaba
rosarios contra las paredes. Ella también cometía actos de automutilación, se
arrancaba las ropas y orinaba por la casa con frecuencia. Todo esto fue
comentado a los médicos, que no pudieron ayudarla.
La primera
confirmación no oficial de la posesión fue dada por una vieja mujer que
acompañaba a Anneliese en una peregrinación. Ella notó que Anneliese evitaba
pasar al lado de cierta imagen de Jesucristo y rechazaba beber agua de una
fuente bendita. La vieja mujer también aludía a que Anneliese desprendía un
espantoso mal olor.
En 1973 sus
padres empezaron a buscar un exorcista por diversas parroquias, pero se les
decía una y otra vez que era mejor seguir con el tratamiento médico y que no
había pruebas claras de que hubiese posesión propiamente dicha, como hablar
lenguas extranjeras desconocidas, telepatía o levitación. Finalmente, el 1974,
el padre Ernst Alt se convenció de que un exorcismo era necesario, aunque no
consiguió permiso del obispo de Wurzburg hasta septiembre de 1975, quien
encargó al padre Arnold Renz que ayudase a Ernst Alt.
De septiembre
de 1975 a
julio de 1976 los sacerdotes mantuvieron un par de sesiones semanales de
exorcismo con la muchacha (ya de 23 años). Usaban el Ritual Romano (escrito en
1614, con pocas modificaciones desde entonces; es el que se ha usado hasta que
Juan Pablo II aprobó un nuevo ritual en 1999; tanto uno como otro consiste
simplemente en rezar y gestos inofensivos como mojar con agua bendita y trazar
la señal de la cruz). A las sesiones asistían miembros de la familia. Se rezaba
por la muchacha que se agitaba y demostraba una fuerza descomunal y golpeaba a
todos a su alrededor y rompía objetos religiosos. Varias personas eran
necesarias para sujetarla. En las cintas que se escucharon en el juicio (40
cintas grabadas) se oía la voz deformada de la muchacha con varias
personalidades que discutían entre ellas sobre qué demonio debía dejar primero
a la chica. Anneliese manifestó estar poseída por al menos seis espíritus
maléficos diferentes: Lucifer, Belial, Caín, Judas Iscariote, Hitler y
Fleischmann, un brujo del siglo XVI.
Durante un tiempo,
Anneliese pareció mejorar, pudo retomar los estudios e ir a misa. Pero seguía
con sus ataques de parálisis y quedándose inconsciente. Entonces dejó de comer
durante semanas, y cuando le rezaban las oraciones del exorcismo se ponía a
hacer genuflexiones compulsivamente, hasta 600 al día, dañando sus rodillas.
Los síntomas
de la posesa eran notables: la adopción temporal de posturas extrañas, con su
cuerpo totalmente rígido (distonía); el uso de la primera persona del plural
-nosotros- para describirse a sí misma; sus pupilas permanecían muy dilatadas,
a pesar de no haber estímulo externo alguno para ello; amnesia total o parcial;
la aparición de distintas personalidades entre los demonios y espíritus que la
habitaban; la insensibilidad de su cuerpo a los golpes y heridas; Anneliese
percibía claramente como su cuerpo actuaba independientemente de su propia
voluntad (despersonalización); miedo o rechazo de la sexualidad; incontables
casos de arrobamientos y éxtasis; parálisis temporal; emisión de insoportables
hedores; gritos descomunales; y la pérdida del autocontrol y la invasión del
cuerpo y la mente por demonios y espíritus. Hay que destacar la permanencia de
estos síntomas a pesar de los tratamientos médicos y en ausencia de cualquier
causa médica conocida.
Durante el
período en el que estuvo sometida al exorcismo, Anneliese relató un sueño que
había tenido, en el cual se habría encontrado con la Virgen María, y ella
le habría propuesto dos elecciones para su situación: por un lado ser liberada
de inmediato del yugo de los demonios, o bien continuar su martirio para así
hacer pública la posesión demoníaca de la que era víctima, de manera que todos
conociesen que existe un mundo espiritual habitado por demonios, los cuales
también actúan en el mundo material. Anneliese habría escogido voluntariamente
la segunda opción para dar testimonio con su martirio. De esta forma, su
ejemplo como posesa serviría de aviso a toda la humanidad de que el demonio
existe y de que nos ronda a todos, y que trabajar por la propia salvación debe
ser una meta siempre presente.
Ella afirmaba
que muchas personas decían que Dios estaba muerto, que habían perdido la fe,
entonces ella, con su ejemplo, les mostraría que el demonio actúa con fuerza
entre los hombres.
"Sé que
hicimos lo correcto porque yo vi el signo de Cristo en sus manos. Ella portaba
los signos de la estigmatización, y eso fue una señal de Dios para que fuera
exorcizada. Ella murió para salvar a otras almas perdidas, para pagar por sus
pecados." Dijo Anna Michel, la madre de Anneliese, en el año 2003.
Anneliese se
forzaba a a sí misma a ayunar para alejar la influencia demoníaca. Está
confirmado que la posesa conocía el momento de su muerte, pues poco antes del
deceso afirmó que había llegado el momento de su liberación. El 30 de julio de
1976 pidió la absolución a los sacerdotes y al día siguiente murió de hambre,
como testificaron los forenses. El padre Alt fue quien avisó a las autoridades.
Una década
después de la muerte, el cadáver fue exhumado. Se tomó una foto de ataúd con
una zarpa demoníaca posada encima.
El cementerio
donde está enterrada la mujer se ha convertido en lugar habitual de
peregrinación. Incluso se venden postales en las que aparece el firmamento del
cementerio con una aparición de la
Virgen recortada entre las nubes.
Coincidió que
en 1974 apareció en EEUU y en Alemania la película de William Friedkins El
Exorcista y psiquiatras de toda Europa aseguraban que aumentaban en sus
consultas casos de personas con ideas obsesivas. En 1978, durante el juicio,
los psiquiatras dijeron que los sacerdotes, al hablarle de posesión, habían
dado a Anneliese los contenidos de su comportamiento psicótico (enfermedad
mental en la que se creen oír voces), que se había añadido a su vieja epilepsia
y que había sido impactada también por sus años de desarrollo sexual.
Padres y
sacerdotes fueron considerados culpables de negligencia, de no haberla
hospitalizado, sedado y alimentado con suero, aunque quedó probado que los
últimos años Annaliese se negó a ser hospitalizada. Se les condenó a 6 meses de
cárcel por denegar auxilios médicos de manera imprudente a su hija. Una
comisión de la
Conferencia Episcopal Alemana declararía posteriormente que
Anneliese no estaba poseída.
El exorcista
oficial de la diócesis de Roma, uno de los más veteranos y experimentados del
mundo, se refirió a este caso en su libro de 1990 (la primera edición italiana)
Habla un exorcista, y aporta más datos que no se suelen mencionar en las
actuales reseñas del caso que se han hecho con motivo de la película:
Los datos que
entonces aparecieron en los periódicos y en otras publicaciones como el libro
de Kasper y Lehmann Diaboli, Demoni, Possessione (Queriniana, 1983) hacían
sospechar que los dos sacerdotes habían creído con demasiada facilidad que
estaban ante un caso de posesión diabólica. A continuación se publicó un
libro en el que se estudiaban los hechos en profundidad: Anneliese Michel, de
Kaspar Bullinger (Editorial Rughland, Alltotting, 1983). En dicho estudio, en
resumen, se disculpaba completamente a los dos exorcistas, se demostraba que
tanto la actuación del obispo que había autorizado los exorcismos como la de
los sacerdotes habían sido serias. Se precisaban las causas de la muerte de la
muchacha, independientes del sacramental administrado. En todo caso el episodio
contribuyó a desalentar a los sacerdotes de aceptar el cargo de exorcistas.
Aquí les comparto un video sobre el caso de Emily con audios reales del exorcismo
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