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jueves, 5 de enero de 2017

Abrahel “La reina de los sucubus”


Abrahel “La reina de los sucubus”


Abrahel es un demonio con características Femeninas, está asociada con aquellos espíritus nocturnos denominados súcubos. Se dedica a seducir a los pobres de espíritu, principalmente a los campesinos y gente de poca instrucción, aunque ser pobre de espíritu no solamente tiene que ver con el poder económico que tengas, Abrahel gusta más de seducir campesinos según su leyenda, tomando siempre la forma de una mujer bellísima que los cautiva y dispone de ellos a su antojo, llevándolos a cometer verdaderas locuras. 
Abrahel, es un predominante súcubo (escritos también hablan de un demonio masculino que adopta la forma una mujer) su piel tiene un peculiar hedor, poseedora de una belleza fantástica que cautiva y mata a quienes son atrapados, se apodera de la voluntad de sus amantes dispone de ellos a su antojo, convirtiéndolos en juguetes de su capricho, sus reales propósitos son mortíferos, debido a que esta bella y dispuesta mujer busca conformar un sequito que siga la venerable figura de Satanás en la tierra.

Abrahel es uno de los súcubos más temibles de las leyendas medievales. Sus apariciones son tan variadas y eróticamente letales que se ha ganado el justo nombre de Reina de los súcubos.


Su nombre comenzó a adquirir cierta popularidad cuando el demonólogo Nicolás Remy la describió en su Demonolatria (1581). Siempre toma la forma de una mujer alta y de delicadas formas, pero no puede ocultar completamente su naturaleza demoníaca. Nicolás Rémy,  la describe  con una mezcla de prudente respeto y de temor, aporta un dato que oscila entre la crítica y el elogio, según cómo se lo interprete; al momento de su aparición, y con sólo contemplarla, "todos los miembros del observador se vuelven rígidos".



La leyenda del Pastor

Según algunos escritos, Abrahel conquistó a un pastor llamado Pierrot en 1581 en una aldea a orillas del Mosela. Abrahel se entregó al pastor a cambio de la vida del hijo de éste, al que mató con una manzana envenenada. Al darse cuenta Pierrot de su complicidad en el tema se desesperó. Abrahel se le apareció de nuevo prometiendo la resurrección del muerto si era adorada como Dios. Así lo hizo Pierrot y adoró a Abrahel con lo que su hijo volvió pero con una semblanza lúgubre. Al año el demonio abandonó el cuerpo del niño que cayó fulminado despidiendo un gran hedor. Fue enterrado de forma oculta.



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Eternas Lunas

L.C.D





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