Una pequeña y
hermosa casa de un apacible barrio norteamericano, Latoya se mudó con sus tres
hijos, pero al poco tiempo la tranquilidad se esfumo, primero fueron golpes
provenientes del sótano, así como pasos y puertas, pero más adelante podían verse sombras que aparecían por momentos en los rincones de la casa.
Pero estos eventos sobrenaturales tras mudarse a su nueva casa,
no fueron nada, lo peor fue cuando una noche su hija de 12 años empezó a
levitar sobre la cama, había enjambres de moscas en pleno invierno y aparecían
huellas misteriosas, así como “amigos invisibles” La historia de la familia Ammoons digna de una película de terror.
¿Real
o simple ilusión? La misteriosa silueta que aparece detrás de la ventana de la
casa de Latoya Ammons correspondería a una entidad demoníaca, según afirmaron
los mismos policías que hicieron la toma. El caso de la familia
Ammons se volvió muy famoso después de que publicaran una foto de la casa, en
cuyo porche cubierto aparece una curiosa “figura” visible. La foto fue tomada
por los funcionarios de la Policía local, los cuales aseguraron que la casa se
encontraba vacía en esos momentos.
Todo comenzó en noviembre de
2011, cuando la familia Ammons (Latoya de 32 años, su madre Rosa Campbell y sus
tres hijos) se mudaron a una casa de alquiler en Carolina Street, Gary, una
calle tranquila junto a otras pequeñas casas de un solo piso. Poco después,
comenzaron a suceder extraños incidentes, tales como moscas enormes que de
repente irrumpieron en la casa durante todo diciembre, pasos en el sótano y
huellas de botas mojadas por el suelo de la sala de estar.) , era noviembre de 2011, pero esta casa no era
lo que Latoya creía, era la morada para los más de 200 espíritus demoniacos que
la habitaban, solo seis meses después, la familia huyó despavorida, estos
eventos sobrenaturales eran reales o producto de sus imaginaciones
hiperactivas?
La primera señal de que algo andaba
terriblemente mal llegó en forma de un enjambre de moscas negras gigantes, a
pesar del frío clima de diciembre. “Los matamos, pero siguieron regresando”, recuerda
la madre de Ammons, Rosa Campbell. "Esto
no es normal."
Preocupada, pero reacia a dejar su nuevo hogar, la
familia decidió quedarse allí. Las cosas se calmaron hasta marzo del año
siguiente, cuando de acuerdo con Ammons, fue
testigo de cómo su hija levitaba sobre la cama. En este
punto la aterrada madre ya no sabía qué hacer, y las semanas siguientes las
cosas solo empeoraron: risas macabras y voces graves
comenzaron a aparecer en los rostros de sus pequeños en
episodios cortos pero que dejaron a la familia completamente traumatizada. Unos
videntes contratados por la madre de Latoya la informaron que más de 200 espíritus habitaban en esa casa.
Y las cosas siguieron empeorando. El primero consejo de
los videntes fue que abandonaran de inmediato el lugar, pero esto no era una
opción para la familia, que estaba corta de presupuesto. Por lo tanto,
realizaron una pequeña ceremonia, construyeron un altar en el sótano (con
imágenes de Jesucristo, de la Virgen María y con una biblia abierta en el salmo
91), No temerás el terror de la noche, ni la
flecha que vuela de día, ni la pestilencia que acecha en las tinieblas, ni la
plaga que destruye mediodía." dibujaron cruces en su ropa y su cara
y quemaron incienso mientras rezaban el salmo: “No temerás el terror de la
noche/tampoco las flechas que vuelan en el día/ni la pestilencia que acecha en
la oscuridad/ni la plaga que destruye al mediodía”. Sin
embargo, aunque por algunos días las cosas parecieron calmarse, luego volvieron a empeorar.
Las posesiones ya no solo afectaban a los 3 pequeños,
también lo hacían con la madre. La única que parecía inmune a estos eventos era
la abuela, Rosa Campbell, quién asegura que desde su
nacimiento ha estado blindada contra el mal. Latoya ha
sido la única capaz de recordar los episodios de posesión, en los que dice
que se sintió débil, con la cabeza embotada y el cuerpo cálido. Su
hijo menor comenzó entonces a hablar con un muchacho al que nadie más podía
ver, y que contaba lo que se sentía ser
asesinado. Y algunas veces fue arrojado del baño, llegando a sufrir lesiones
que requirieron algunos puntos.
La familia comenzó a dormir fuera de la casa
(donde algunos amigos o, en casos desesperados, en algún hotel), mientras que
las cosas empeoraban. Llegó un punto en el que los
niños se despertaron en el hospital, pues habían resultado
imposibles de controlar, y las autoridades comenzaron a tomar cartas en el
asunto. Preocupadas por un posible maltrato, evaluaron la familia y enviaron
algunos oficiales a que investigaran la casa. En un vuelco un tanto dramático
para Ammons, la custodia de sus 3 hijos le fue retirada por
temor a que corrieran peligro bajo su cuidado.
En mayo del año 2012, la casa que alquilaba la señora
Latoya Ammons, fue visitada por varios oficiales de policía, quienes llegaron
al lugar para investigar un reporte bastante extraño.
No
se trataba de un robo ni de un caso de violencia doméstica, sino que de un
reporte de posesiones y ocurrencias paranormales. Según había declarado la
propia dueña de la casa, ella y sus tres hijos (de 12, 9 y 7 años) no sólo eran
acosados por demonios, sino que la misma casa, a la cual se habían mudado en
noviembre del año anterior, estaba poseída por espíritus malignos. El inmueble
parecía exudar un extraño aceite y en su interior se paseaban figuras y
entidades oscuras que caminaban y atacaban a la familia. Los niños, que eran
arrastrados por los sillones, antes de entrar en terribles convulsiones y
salmodiar versos satánicos, aseguraban que habían visto a algo parecido a un
“monstruo negro y horrible” que los acechaba.
Charles
Austin, un veterano y escéptico policía de 62 años que creía haberlo visto todo
en su vida policial, sólo sabía que los servicios sociales de la ciudad le
habían informado que los tres hijos de la señora Ammons habían dejado de ir al
colegio por algo relacionado con demonios, por lo que no fue extraño que, al
igual que el resto de sus colegas, pensaran que sólo se trataba de una broma o
de un simple fraude. Los uniformados tuvieron que entrar de todos modos a la
casa, guiados por la madre de Latoya Ammons, Rose Campbell, quien les había
contado previamente a los policías que en una ocasión en que fueron visitados por
un psíquico especialista en fenómenos paranormales, el menor de los niños, con
sus ojos en blanco, había comenzado a “girar su cabeza y hablar en lenguas
extrañas”.
El
oficial Austin agrega que cuando él y su equipo bajaron con sus radios al
sótano, una voz en la radio gruñó la palabra “Hey”, para a continuación gritar
“salgan de aquí”. Luego la comunicación se tornó confusa y después quedó copada
con estática. Austin y sus colegas, pese a lo asustados que estaban, tomaron
numerosas fotografías de las figuras y de todos los inexplicables sucesos que
presenciaron, pero la mayoría de las imágenes desaparecieron de sus cámaras y
teléfonos celulares porque la mayoría de los aparatos de comunicación
comenzaron a mostrar inexplicables fallas después de esa visita. Sin embargo,
en una de las pocas imágenes que la Policía tomó posteriormente desde el
exterior de la casa, se puede ver la silueta de una supuesta figura demoníaca
agazapada detrás de una ventana. Además, uno de los policías también logró
grabar uno de los extraños sonidos que se escucharon cuando bajaron al sótano.
El
agente Austin, luego de salir de la casa junto a sus compañeros, reveló que
cuando se iba a subir a su auto el asiento del conductor comenzó a moverse por
sí solo, hacia atrás y hacia adelante. “Todos los que estuvimos ahí ese día en
el sótano y que vimos lo que vimos y pasamos por lo que pasamos después… todos
pensamos lo mismo y todos lo llamamos igual. Ese pedazo de tierra era un portal
del infierno”.
Capitán Austin, quien
inicialmente desestimó las declaraciones de Ammons y Campbell. Sin embargo,
tras varias visitas a la casa y entrevistas con la familia Austin replanteó su
postura y ahora afirma que cree completamente en la versión que dan las dos
mujeres. De acuerdo con él, las pruebas de esta posesión demoníaca son bastante
contundentes.
La familia, entonces,
obtuvo el apoyo de un sacerdote quien habría sido ubicado por el hospital, que accedió a realizar un ritual de exorcismo para librarse de los espíritus.
El padre, llamado Michael Maginot, comenzó por intentar algunas bendiciones,
pero pronto se dio cuenta que el asunto requería una intervención mucho más
enérgica. Eventualmente realizó un exorcismo sobre Ammons, quién, afirmó, se
encontraba poseída por uno de estos demonios. En el evento estuvieron presentes
el oficial de policía y el encargado estatal de velar por la seguridad de los
niños.
De acuerdo con los testimonios, la ceremonia fue de todo menos sencilla. De acuerdo con Ammons, comenzó por rezar con el padre Maginot, pero pronto tuvo que detenerse debido a un intenso dolor en su interior, “como si algo tratara de agarrarse de allí”. Antes del gran exorcismo que Maginot realizó en Ammons, oró por ella e hizo llamamientos para expulsar demonios. Él nombró a los demonios que atormentaban a Ammons durante el ritual después de que ella buscó sus identidades en línea (mientras la computadora seguía apagándose) porque afirmó que los nombres tenían poder. Mientras los policías experimentaban esa inolvidable jornada de terror, el padre católico Michael Maginot, un experto en practicar exorcismos, fue llamado después de que una trabajadora de servicios sociales y una enfermera le comunicaran que habían visto a uno de los hijos de Layota Ammons trepar por la pared como una araña y caer de pie enfrente de ellas. Estas funcionarias, además, aseguraron que escucharon fuertes ladridos y gruñidos de animales cuando entraron en la casa, pese a que allí no había ni una sola mascota, para después ver una siniestra sombra que se deslizó furtivamente. Una de ellas, finalmente, reportó que uno de sus dedos se había “congelado” luego que tocara un extraño fango aceitoso que parecía gotear desde el techo del inmueble, sin mencionar que un sacerdote que había a revisar la casa, sintió que lo apuñalaban reiteradamente en el estómago mientras leía la Biblia en el sótano de la misma.
Después de hablar con
los testigos, investigar meticulosamente el caso y recibir la autorización de
su Obispado, el Padre Maginot decidió practicar un exorcismo a Latoya Ammons, quien
se había mudado a un departamento en Illinois, mientras sus hijos eran cuidados
por una institución del Estado Luego de atar algunos cabos, el padre había
llegado a la conclusión que uno de los demonios que habitaban la casa intentaba
apoderarse de Latoya, para transformarla en una “fuente” del mal. “Ella, en sus
momentos de normalidad, hablaba de que veía a una sola entidad demoníaca que
parecía dirigir a las otras. Cuando yo le preguntaba cómo se llamaba este ser,
ella de inmediato comenzaba a experimentar convulsiones y otros síntomas
clásicos de la posesión. En un momento determinado puse mi crucifijo sobre su
frente y su cuerpo comenzó a agitarse violentamente. En ese momento me convencí
que la fuente del mal era ella y no sus hijos. Los demonios saltaban a través
suyo a sus hijos, para después volver a ella. Después que terminó la ceremonia
pareció volver a la normalidad. Cuando se fue le regalé un crucifijo y un gran
rosario hecho con medallas benedictinas. Ella me contaría posteriormente que, a
poco de salir de la iglesia, el rosario se rompió por sí sólo en cinco partes,
al igual que la figura de Cristo. Pero faltaba otra cosa. Cuando fui a buscar
mi bicicleta encontré el asiento totalmente torcido, como si alguien de fuerzas
hercúleas lo hubiera destrozado. Yo ya sabía quién había hecho aquello. Era una
clara advertencia para mí”. El
tercer y último exorcismo que el padre Maginot le practicó a Latoya Ammons fue
en latín, y consistió básicamente en rezar a Dios y condenar al demonio. “En la
parte en que recé a Dios ella no experimentó ninguna reacción, pero cuando
comencé a condenar al demonio se agitó en violentas convulsiones. Ello fue muy
interesante por cuanto Latoya Ammons no tenía ninguna noción del latín”.
Zak Bagans, investigador paranormal, compró
la casa supuestamente devastada en 2014, allí filmo un documental que título
Demon Hause, donde domostraba que el interior de la casa supuestamente había
demonios, documental que muchos escépticos opinaron que se trataba de una farza,
quen o podía ser tomado en serio los testimonios del oficial de policía, que
Latoya realmente sufría de alucinaciones, el antiguo dueño de la casa dijo que
no había demonios, que era una casa normal, y que todo fue una mentira de
Latoya para no pagar el alquiler, al parecer nunca se sabe la completa verdad
en los casos paranormales, en enero del 2016 la casa fue demolida
Bagans decía: “Algo
había dentro de esa casa que tenía la capacidad de hacer cosas que yo nunca
había visto antes, cosas que otros que tenían la forma más alta de credibilidad
tampoco podían explicar”. "Había algo allí que era muy oscuro, pero muy
inteligente y poderoso".
Lo que no termina
de entenderse es la demolición de la casa, ¿supuestamente al demolerla los
demonios regresarían al infierno? O estos se esparcieron por la ciudad.
Latoya Ammons tenía una advertencia para los
escépticos: paranormales: "Cuando
escuches algo como esto, no asumas que no es real porque lo he vivido" "Sé que es real".
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