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viernes, 3 de agosto de 2018

Poesía Triste L.C.D



He quedado así, digamos hecha pedazos, herida, llorando por dentro y por fuera, he quedado con el dolor de un grito interno que no quiere salir, he quedado tan llena de poesía, tan llena de versos que jamás podré susurrar en tu oído, tan llena de este loco amor el cual preferiste echar a la basura, he quedado así, llena de ti, llena de rimas y lágrimas y anhelos y suspiros, y cielos y gemidos sin ser exhalados, tan llena de tu infierno vacío que mis demonios no tienen espacio. He quedado tan llena de amor, enamorada, estúpida, avergonzada por amarte así, soñando, ¡tan llena me has dejado amor mío! Llena de ti, realmente llena de amor para darte y tu tan vacío.

L.C.D







A veces la tristeza anida en lo más profundo de nuestro
ser, todos nos sentimos solos cuando estamos heridos o
derrotados, nadie nota cuando estas muriendo por dentro,
deberíamos entonces dejar salir a jugar al niño que
llevamos dentro, tomar un papel y dejarse llevar por la
poesía que a todos nos habita, abrazar los versos para 
consolarnos, dejar llover la ausencia de esa persona tan 
amada, siempre que fracasamos en algo nos duele, pero 
aprendemos y crecemos, siempre después de la lluvia 
el sol brilla. Deberíamos dejar que el silencio florezca, 
todos morimos y renacemos en diferentes etapas de la
vida, no permitas que nada ni nadie impida que abras tus
alas, todos tenemos un brillo especial sólo hay que 
aprender a ver esa luz interna que nos alumbra cuando 
nos sentimos en la oscuridad, sumergirse en las sombras 
a veces es bueno para poder ver con claridad que eres 
único y especial y que el poder y la fuerzas para seguir 
adelante están dentro tuyo.


Somos como los hijos de la luna, los hijos de la noche,
atrapados por las garras del tiempo, náufragos en los
recuerdos, somos como el sonido de un silencio eterno, resignados al veneno del desamor, como niños perdidos que lloran a un costado del camino, recolectores de sueños rotos y de desilusiones, caminantes de luto acompañados por la soledad y la sombra, la melancolía y la oscuridad son nuestras mejores aliadas, ellas jamás nos juzgan y la lluvia que nos besa a escondidas para regalarnos ese corto instante de vida como consuelo, nuestra voz es muy parecida al sonido de la lágrimas que caen en el piso, como un susurro en unos labios temblorosos que leen una y otra vez la misma frase, fingir la sonrisa y la alegría mientras que nos sentimos morir por dentro es nuestra mejor actuación en ese escenario casi vacío donde la muerte nos ovaciona de pie con aplausos, mientras espera erguida beber de este dulce sabor a olvido al que estamos destinados sólo por vivir la vida entre palabras y habitar la poesía.
La vida fue y será siempre para mí oscuramente bella.
L.C.D







No necesito que me rescaten, ni que me levanten cuando caigo, eso aprendí hacerlo sola, a veces sólo necesito que me quieras con sinceridad, que sólo me abraces en silencio mientras transito los oscuros caminos de la nostalgia. 

L.C.D




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