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jueves, 20 de abril de 2017

Los Poetas Malditos


Poeta malditos; Fueron condenados por ultraje a las morales públicas y a la fe cristiana, repudiados e incomprendidos por la sociedad y murieron con más pena que gloria. Paul Verlaine los denominó “los poetas malditos” en 1884, epíteto con el que pasarían a la historia. Rimbaud, Mallarmé, Corbière, el propio Verlaine, Desbordes-Valmore y Auguste Villiers de L'Isle-Adam fueron los primeros, aunque con el tiempo este sobrenombre acabaría siendo aplicado a un sinfín de escritores.

Un poeta maldito;  una temprana actitud de oposición frente a la sociedad, una vida complicada y una difícil interpretación poética, focalizado en el concepto de incomprensión social e incomprensión literaria.


El concepto de Verlaine del poeta maldito fue en parte tomado del poema de Charles Baudelaire llamado Bendición, que inicia su libro Las flores del mal.  El uso de esta expresión y del término de malditismo para referirse a cualquier poeta, escritor e incluso artista plástico que compartía con los otros creativos este sentido de  no pertenencia, llevar una vida bohemia y rechazo a las normas, por lo que a su vez desarrollan un arte completamente divergente.

Existió un tiempo en donde la palabra artista significaba una persona con pocos recursos que dedica todo su tiempo a crear entre obsesiones, problemas, alcohol y excesos. En nuestra historia, hemos conocido a estos genios que única y exclusivamente hacen lo que mejor saben hacer, encerrados, explorando sus demonios y entregándose al desenfreno de la vida. Estos artistas son aquellos que marcaron una época, la vie bohème de finales del siglo XIX y XX. Vinieron a ser conocidos como los vanguardistas, los escritores furiosos que hablaban de los lados no estéticos del arte y la vida.
En el campo de la literatura, estos personajes son conocidos como los poetas malditos, literatos que por su estilo de vida y forma de escribir son conocidos por su afición por hablar sobre la decadencia de la naturaleza humana.

El apodo de “poetas malditos” tiene su origen en un libro de Paul Verlaine llamado “Les poetes maudits”, publicado en 1888.
Los autores identificados bajo el apodo de “poetas malditos” fueron los máximos exponentes del artista bohemio, decadente y profundamente crítico con la sociedad de su tiempo. De todos ellos quien mejor representa la figura de poeta maldito es Jean Arthur Rimbaud, adolescente rebelde, poeta visionario, marginado social... Rimbaud vivió sólo 37 años, pero lo hizo intensamente.
El primero de todos ellos, Boudelaire, influido especialmente por Edgar Allan Poe, hizo de Las flores del mal (1857) su obra más famosa. Inmediatamente después de su publicación, el Gobierno francés acusó a Baudelaire de atentar contra la moral pública. No sólo lo multaron, sino que censuraron algunos de los poemas, que no pudieron volver a leerse hasta 1949.
El uso de la expresión “poetas malditos”, ante la influencia de la obra de Verlaine, se extendió a todos los dominios nacionales y pasó a designar así a todo aquel escritor talentoso, poco importase su nacionalidad, que presentase un dejo de incomprensión social y una cierta tendencia provocante y cuyos textos, dado su alto nivel de codificación poética, fuesen de oscuros significados. Pero no solo se trata de autodestrucción, también existe una línea ideológica que los agrupaba como tales, casualmente todos llevaron vidas trágicas y con similitudes.


Se podría agregar, casi como una extraña coincidencia, que la mayoría de estos poetas padecieron una muerte abrupta y prematura, antes de que su herencia literaria fuese ampliamente reconocida, Arthur Rimbaud, ya es bien sabido, escribió todo lo que tenía que escribir hasta la edad de 21 años para luego partir a África y morir a los 37 años; Tristan Corbière muere en 1875 a la temprana edad de 29 años, luego de una vida de soledades y enfermedades por igual; Baudelaire muere a los 46 años luego de ser perseguido durante 10 años por “ofensa a la moral religiosa y a las buenas costumbres” luego de la publicación de su obra maestra “Las flores del mal“; Edgan Allan Poe fallece a los 40 años bajo circunstancias oscuras y misteriosas, aparentemente lo habrían emborrachado y drogado. Y la lista podría seguir extendiéndose. Luego de haber leído todo los significados de poemas malditos me atrevo a incluir algunos autores que llevan el titulo de “poetas malditos”, Alejandra Pizarnik, poeta Argentina cuya trágica infancia, y una corta vida ligada a los fármacos y constantes depresiones, se suicida a los 36 años edad, bien podría ponerse el titulo de poeta maldita,  H.P Lovecraf cuya vida también rozó lo oscuro y muere pobre de un cáncer y sin éxito a los 46 años, John Keats, Elizabeth Eleanor Siddal, con una infancia sumergida en la pobreza, 1862 muere por suicidio con láudano, en fin hay muchísimas poetas mujeres que se suicidaron y sus vidas y sus obras las marcaban como poetas malditas. Espero les guste este aporte, cada poema expresa la triste oscuridad de sus almas, lo que nos han dejado estos maravillosos poetas malditos.



"Con esta denominación se intentaba agrupar a los poetas franceses que de una forma decidida había contribuido al desarrollo de la modernidad, que se caracterizaban no sólo por lo novedoso de sus ideas y poética, sino por su forma de estar en la vida, a contracorriente de todas las corrientes establecidas y academicistas del momento. Baudelaire, Rimbaud, el propio Verlaine y Mallarmé son cuatro de los principales representantes del Simbolismo, el movimiento que renovó la lírica en Francia a finales del siglo XIX.El movimiento simbolista nació en Francia hacia 1870 e introdujo un aspecto totalmente revolucionario: el verso libre. Los poetas dejaban así de estar sujetos a las normas de la métrica; estaban más interesados en percibir la realidad a través de los sentidos y en transformarla en poemas llenos de símbolos, sugerencias y resonancias musicales".

Entre los literatos que han recibido el calificativo de malditos se encuentran –aparte de Verlaine y su grupo– escritores como Charles Baudelaire, François Villon, Aloysius Bertrand, Antonin Artaud, Olivier Larronde, Innokienti Ánnienski, John Keats, Federico García Lorca, Alejandra Pizarnik, Edgar Allan Poe, J.C. Onetty, Arthur Rimbaud, Isiddore Ducasse, Stephan Mallarme e incluso músicos contemporáneos como Jim Morrison e Ian Curtis.


Bendición

Charles Baudelaire


Cuando, por un decreto de las potencias supremas,
El Poeta aparece en este mundo hastiado,
Su madre espantada y llena de blasfemias
Crispa sus puños hacia Dios, que de ella se apiada:
-“¡Ah! ¡no haber parido todo un nudo de víboras,
Antes que amamantar esta irrisión!
¡Maldita sea la noche de placeres efímeros
En que mi vientre concibió mi expiación!
Puesto que tú me has escogido entre todas las mujeres
Para ser el asco de mi triste marido,
Y como yo no puedo arrojar a las llamas,
Como una esquela de amor, este monstruo esmirriado,
¡Yo haré rebotar tu odio que me agobia
Sobre el instrumento maldito de tus perversidades,
Y he de retorcer tan bien este árbol miserable,
Que no podrán retoñar sus brotes apestados!”
Ella vuelve a tragar la espuma de su odio,
Y, no comprendiendo los designios eternos,
Ella misma prepara en el fondo de la Gehena
Las
hogueras consagradas a los crímenes maternos.
Sin embargo, bajo la tutela invisible de un Ángel,
El Niño desheredado se embriaga de sol,
Y en todo cuanto bebe y en todo cuanto come,
Encuentra la ambrosía y el néctar bermejo.
El juega con el viento, conversa con la nube,
Y se embriaga cantando el camino de la cruz;
Y el Espíritu que le sigue en su peregrinaje
Llora al verle alegre cual pájaro de los bosques.
Todos aquellos que él quiere lo observan con temor,
O bien, enardeciéndose con su tranquilidad,
Buscan al que sabrá arrancarle una queja,
Y hacen sobre El el ensayo de su ferocidad.
En el pan y el vino destinados a su boca
Mezclan la ceniza con los impuros escupitajos;
Con hipocresía arrojan lo que él toca,
Y se acusan de haber puesto sus pies sobre sus pasos.
Su mujer va clamando en las plazas públicas:
“Puesto que él me encuentra bastante bella para adorarme,
Yo desempeñaré el cometido de los ídolos antiguos,
Y como ellos yo quiero hacerme redorar;
¡Y me embriagaré de nardo, de incienso, de mirra,
De genuflexiones, de viandas y de vinos,
Para saber si yo puedo de un corazón que me admira
Usurpar riendo los homenajes divinos!
Y, cuando me hastíe de estas farsas impías,
Posaré sobre él mi frágil y fuerte mano;
Y mis uñas, parecidas a garras de arpías,
Sabrán hasta su corazón abrirse un camino.
Como un pájaro muy joven que tiembla y que palpita,
Yo arrancaré ese corazón enrojecido de su seno,
Y, para saciar mi bestia favorita,
Yo se lo arrojaré al suelo con desdén!”
Hacia el Cielo, donde su mirada alcanza un trono espléndido,
El Poeta sereno eleva sus brazos piadosos,
Y los amplios destellos de su espíritu lúcido
Le ocultan el aspecto de los pueblos furiosos:
-“Bendito seas, mi Dios, que dais el sufrimiento
Como divino remedio a nuestras impurezas
Y cual la mejor y la más pura esencia
Que prepara los fuertes para las santas voluptuosidades!
Yo sé que reservarás un lugar para el Poeta
En las filas bienaventuradas de las Santas Legiones,
Y que lo invitarás para la eterna fiesta
De los Tronos, de las Virtudes, de las Dominaciones.
Yo sé que el dolor es la nobleza única
Donde no morderán jamás la tierra y los infiernos,
Y que es menester para trenzar mi corona mística
Imponer todos los tiempos y todos los universos.
Pero las joyas perdidas de la antigua Palmira,
Los metales desconocidos, las perlas del mar,
Por vuestra mano engastados, no serían suficientes
Para esa hermosa Diadema resplandeciente y diáfana;
Porque no será hecho más que de pura luz,
Tomada en el hogar santo de los rayos primitivos,
Y del que los ojos mortales, en su esplendor entero,
No son sino espejos oscurecidos y dolientes!”










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