sábado, 15 de octubre de 2016

Las 2 Leyendas Urbanas más aterradoras


La mujer del velo era un personaje muy querido del pueblo “Mesa Grande”, había estado ahí desde siempre, incluso los más ancianos la recordaban de su niñez, yendo y viniendo por las callejuelas empedradas, asistiendo a la iglesia, realizando las compras en el mercado y participando en todas las actividades sociales del lugar. Los niños en espacial adoraban sus galletas, las cuales colocaba en una mesita del porche, para que ellos las tomaran de paso a la escuela que estaba al final de la calle.

A pesar de todo esto, su rostro seguía siendo un misterio, todo el tiempo lo cubría con el velo, y aunque existía cierta curiosidad por este hecho, al final las personas se acostumbraban, tomándolo como algo muy natural. Era lo mismo con cada generación, los niños preguntaban porque la señora no mostraba su cara, a veces querían verla, pero al paso de los días, la tela que la cubría pasaba a segundo plano, y solo se interesaban por las atenciones que ella brindaba.



En general su vida en el poblado había sido tranquila, aparentemente ella disfrutaba mucho vivir ahí, levantarse temprano por las mañanas, sentarse en el parque para alimentar las palomas y saludar a sus vecinos. Luego volvía a su casa para hornear un rato e inundar las calles con provocativos aromas antes del atardecer. Terminaba su día asistiendo a misa de siete, y después de despedirse de mano de la mayoría de las personas, emprendía camino, pasito a pasito, siempre acompañada de algún buen samaritano, el cual esperaba hasta que ella estuviera a salvo dentro de casa.


Desafortunadamente, las cosas no pueden ser siempre tan perfectas, y un día, un chiquillo maleducado hizo el plan perfecto para arrebatarle el velo mientras estaba ocupada en la kermese del pueblo repartiendo sus postres. Peor fue, que lo lograra, en ese momento todo el barullo cesó súbitamente, todos y cada uno de los habitantes del pueblo detuvieron sus actividades, para voltear donde la amable señora, lo primero que llamaba la atención era la mantilla que volaba lentamente lejos de ella, empujada por un viento suave que soplaba solamente a su alrededor.


En cuestión de segundos, empezaron a surgir muecas de asombro, desagrado, hasta terminar el terror y pánico, pues la adorable anciana se despojaba de sus ropas dejando ver un atuendo más acorde con su semblante descarnado, no podía ocultarlo más, su secreto había sido descubierto junto con su verdadero rostro, y no tuvo más remedio que hacer su trabajo, tomando su guadaña con mucha tristeza, empezó la cosecha de almas, se llevó al pueblo entero, todas esas personas con las que había convivido tanto tiempo, pues no quería correr el riesgo de que se propagara la noticia, de que la muerte habita con nosotros.



El Origen de “El sonriente. “Basado en una leyenda urbana”

Escrita por L.C.D




Cuando las noches eran particularmente frías, A Tomás le gustaba salir al bar donde se juntaban la mayoría de los hombres a beber tantas copas de whisky como le fuera posible, con la excusa de que debía calentar el cuerpo, jugaban al póker, hablaban de mujeres, pero Tomás no tenía ninguna historia que contar solo se sentaba ahí bebía y se reía de lo que escuchaba, cuando ya estaba borracho los hombre del bar, se burlaban de él le pedían que cuento chiste, Tomas no era nada gracioso y sus chistes eran muy malos, esa era su rutina diaria, trabajaba en una radio local como extra junto a un grupo de mujeres hacían las risas de fondo de los comediantes, en varias ocasiones le había enseñado sus chiste al locutor estrella pero este se burlo de él diciéndole que jamás podría tener una enorme sonrisa y un gran carisma como él . Esa era una rutina por veinte años todos los días eran iguales, Tomas soñaba con conducir el programa de la tarde y hacer reír a todas las familias del pueblo años. Pero a veces los sueños no pueden hacerse realidad, una noche Tomás salía del bar, a eso de las tres de la madrugada, el frío era intenso, había comenzado a nevar, la borrachera era tal que el pobre caballero cayó de cara al suelo, el frío extremo y la borrachera le provocaron un derrame cerebral, pero este episodio no acabo con su vida después de meses de rehabilitación logro caminar,  la parálisis en su rostro lo dejó con una gran sonrisa y los ojos muy abiertos tanto que no podía casi cerrar la boca ni los ojos.



Paso encerrado en su departamento unos meses, en los cuales tomaba clases de baile de la tv, ahora quería agregar a su rutina de chiste un baile estilo cantando bajo la lluvia, una noche cansado del encierro el hombre volvió a visitar el bar como solía hacerlo de manera habitual, se sentó en la barra y pidió un trago, todos lo miraban, con el correr de los días sus conocidos rápidamente le apodaron “El sonriente”, utilizando aquello como tema central para todas las bromas, cuando estaba ebrio lo hacían bailar, Tomas aún no se daba cuenta y el bailaba durante largos minutos.

Al verlo ir y venir tambaleándose por las callejuelas, entonando canciones que solo el entendía, las personas no hacían más que burlarse sin limitarse, incluso habían empezado a gastarle bromas pesadas, cuando se quedaba dormido en alguna esquina, tirado en la acera, escondían sus zapatos, robaban su botella de alcohol, lo apodaban el sonriente, el payaso borracho, el cara torcida y demás. Una Noche las bromas llegaron demasiado lejos, y un hombre lanzo sobre el una botella de vodka, Tomas Salio molesto del bar y unos jóvenes lo vieron caer en la esquina, entonces intentaron jugarle una broma pesada, la ultima idea de los humoristas, fue ponerle una  vela mientras yacía tirado en el suelo, esperando que, al despertarse, se llevara el susto de su vida, pensara que estaba siendo velado porque había muerto, sin embargo, la sorpresa fue para ellos, encendieron la vela y al instante Tomas giró dormido sobre ella y enseguida las llamas lo envolvieron, mientras que las personas veían el suceso, llenos de asombro, algunos incluso entrando en pánico. Al consumirse la última llama, no había nada más que ver, el sonriente  se había muerto.

Las autoridades concluyeron que había muerto, para ellos fue sencillo explicar el hecho, el pobre borracho murió porque estando ebrio y empapado en alcohol quizás intentando encenderse un cigarrillo se prendió fuego, Tomas no tenía amigos ni familia era un hombre muy solo, el caso fue archivado. Tomas paso a ser “El sonriente” pues había personas que aseguraban haberlo visto por la madrugada cerca de las calle donde murió y que fueron perseguidos por él, el hombre los seguía calle por calle bailando y enseñando una gran sonrisa, Tomas siguió realizando su rutina en las calles, un año después de su muerte encontraron al conductor estrella de la radio local muerto en su cama, este tenía tallado sobre su rostro una sonrisa sangrienta y había algunos testigos que decían haberlo visto correr por la calles desesperado diciendo que “El sonriente bailarín lo seguía” cuenta la leyenda que una vez que el sonriente se cruza en tu camino tu destino ya esta marcado, solamente tu podrás verlos, te dará un gran baile y en la oscuridad de tu alcoba escucharas una risa en la oscuridad, no habrá vuelta atrás el sonriente solo quiere ver tu rostro tan feliz como el suyo.





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L.C.D




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